
De todos
modos, oteen una vez más el título de mi artículo que es “Joven agricultor, que
te entregas a luchar” y que seguramente hayan leído con el tono de la “Canción
del Legionario”. Básicamente porque los agricultores somos eso, legionarios telúricos,
que intentamos aprovechar con total tino todo aquello que la naturaleza nos
provee, que participamos decididamente en la mejora del ecosistema y que
luchamos de forma disidente, desinteresada, irreverente y sin un estratosférico
presupuesto contra un Estado que humilla y denigra a sus ciudadanos, contra una
Unión Europea que desde Maastricht pasó de ser una entidad supranacional a ser
un estado que va eliminando – y así lo reconoce el primer artículo de la mal
llamada “constitución europea” – las diferencias entre las naciones – y se
refiere a diferencias de soberanía no a desigualdades, no nos engañemos - y que
ha provocado que nuestros vinos se vendan como vinos de Burdeos porque da más
realengo, que agricultores valencianos hayan tenido que aplastar sus naranjas
que tanto sudor, sangre y lágrimas les ha costado porque la Unión Europea – que
ya les gustaría a ellos ser descendientes de Atenas, de Roma o de aquel puñado de
españoles que resistieron en Covadonga contra el ‘moro invasor’ – tiene firmados
convenios con Sudáfrica y Marruecos que les traen las naranjas más baratas
generando depreciación y falta de competencia, más bien competencia desleal, y
por no hablar de aquellos camioneros y tractoristas que tenían que cruzar día a
día la frontera con Francia para vender sus productos, confiando con buenas
intenciones en aquello llamado espacio Schengen y que eran saboteadas por los
gendarmes franceses. Los mismos que daban cobijo a etarras y les señalaban donde
iban a actuar nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los mismos
que ante la culpable pasividad de Bruselas esclafaban naranjas, uvas y olivas,
y provocaron que muchos que perdieron navidades enteras junto a sus seres
queridos, perdieran también la dignidad. Porque no solo se pisotearon cultivos
que costaron sangre, sudor y lágrimas, que costaron callos, sabañones y picaduras
de tábanos, se pisoteó el ímpetu y el espíritu de salir delante de aquellos
esforzados individuos.Y esto,
amigos míos, es la Unión Europea que sale del Tratado de Maastrich promulgado
el 1 de noviembre de 1993, aquel que introducía la primacía del Derecho
Comunitario en todos los ordenamientos jurídicos nacionales, y que casualmente
era algo que Francia, la República Federal Alemana e Italia podían saltarse si
querían, teniendo más validez cualquier decisión del Tribunal de Justicia de la
Unión Europea que las de los tribunales nacionales, no siendo la decisión de
ayer de sentenciar que Junqueras era eurodiputado al momento de la sentencia
del Tribunal Supremo de octubre, la conocida como “sentencia del procés”,
y que por tanto gozaba de inmunidad parlamentaria, facilitando que Puigdemont y
Comín, también encarcelados, puedan acogerse a esa medida, la única vez en la
que España se ha visto perjudicada por esas decisiones. No es algo ilegal,
porque el Derecho Comunitario así lo establece, pero ya hablando de veleidades
morales, sí que es bastante asqueroso y traicionero.No únicamente
la disolución de toda soberanía nacional, de buscar globalizarse a pasos
agigantados a través de una élite masona controlada por Soros – quién va a
intentar boicotear por todos los medios el ‘brexit’ tras una investigación que
el premier Boris Johnson va a abrir contra él y que ya tiene prohibida
la entrada a la Hungría de Orban por sus sucios tejemanejes – y de pisotear a
los países del sur, conocidos en inglés con el acrónimo de PIGS, sabiendo ya
ustedes que en la lingua franca de la Unión Europea significa cerdos, y
no únicamente nos ponen a nosotros españoles y a nuestros hermanos íberos, no
es sorpresa que pongan a italianos y a griegos también, no únicamente por el
desprecio que sienten a esas Roma y Atenas de la que dicen descender los eurócratas,
sino por haberse endeudado obscenamente. Ponen también a Irlanda que en 2010
sufrió un rescate y que su crecimiento en 2010-2011 fue el más ralentizado de
toda Europa con un 0.2 pero a cinco centésimas de España, que se situó en el
0.25, y hasta han osado hacerlo con el Reino Unido, que ya viendo que este envite
no va con ellos van haciendo la del avestruz, ocultar la cabecita y que todo el
vendaval les pase. No, aparte de esas tres premisas despreciativas está el de
destrozar todo tipo de iniciativa y de genialidad que retoñe en cualquier europeo
autóctono. La disolución de la soberanía nacional a través del eufemismo de la “cesión”,
de las patrias, es solo la punta del iceberg, esta institución quiere que todos
los jóvenes estemos aborregados, quieren destruir más de 3000 años de arte, de
configuraciones políticas y jurídicas de las naciones a través de sus costumbres
y sus particulares idiosincrasias, de recogimiento familiar, de bondad y en definitiva,
de todo lo natural. La naturaleza de las cosas, ese es el mayor enemigo del
globalismo, y arremeterán contra ella, porque ellos piensan que sus arbitrarias
leyes están por encima de los designios de la naturaleza. ¿Y qué puede ser la máxima
expresión de ‘iusnaturalismo’ y vivir conforme a los designios de la naturaleza?
El emprender, la iniciativa personal, el salir adelante nada más que por
nuestro espíritu. Saben que la primigenia Europa de Platón, Sócrates y Aristóteles,
la de Gregorio Magno, Ambrosio de Milán o Isidoro de Sevilla, surgió por el empeño
en salir adelante y por interpretar el devenir de los acontecimientos, y ellos
no, nos quieren tener esclavos. Y como ya avisé en la anterior entrada de “Agricultura.
Disidencia contra el mundo contemporáneo” su primer objetivo de destrucción es el
desagradecido y excesivamente azuzado sector primario.

- Y a otro sinfín de personas más, que por ser disidente y no comulgar con los dogmas del pensamiento único, por pensar según mi arbitrio, equivocándome y acertándome a parejas situaciones, me despreciaron y me hicieron de menos. Insultos como facha, paleto, aldeano y demás, retumban en mí, pero no para hacerme daño, sino para saber que del odio de esa gentucilla de medio pelo yo avanzaré hasta límites insospechados.
Les habla
D. Javier Ramos Beltrán en Requena a 22 de diciembre de 2019.