miércoles, 17 de noviembre de 2021
Otra vez triunfa la barbarie, otra vez triunfa la ética antiestética
lunes, 30 de agosto de 2021
Francisco Ramos del Manzano y Fernando Valenzuela, claves en la minoría de edad de Carlos II
Del reinado de Carlos II, el último de los Austrias, se suelen decir más cosas negativas que positivas, quizá por encontrarnos ante el remate final de la dinastía que formó a España como el primer imperio interoceánico de la historia y, también, por ser una persona completamente deficiente, 'hechizada', que no estaba en sus plenas facultades. La gente quizá soslaya las reformas económicas producidas durante su reinado y que la gran crisis, vinculada a su reinado por haberse producido en 1666, cuando el joven Carlos no era más que un niño de cinco años, y el 'mandamás' era Johann Eberhard Nithard, el confesor de Mariana de Austria, madre del niño Carlos, y que accedió al cargo de Inquisidor del Reino - y por tanto, máxima autoridad religiosa en España -, y quién no tenía absolutamente ningún conocimiento sobre administración o economía, pero sí de teología y de ser un manipulador que colocaba a sus correligionarios en los puestos de más influencia del Reino. Finalmente, en 1669, y tras un pronunciamiento militar, encabezado por Juan José de Austria, medio hermano del rey Carlos II por parte de padre e hijo de la actriz María Calderón, Nithard fue depuesto, influyendo en esta decisión sus estrepitosos fracasos en las negociaciones de Aquisgrán y Lisboa en 1668. En el caso de la primera negociación, la coyuntura pudo haberse enfriado, al menos hasta que cuatro años más tarde, estallase el conflicto franco-neerlandés, de forma que España hubiese podido formalizar una alianza con las antiguas provincias rebeldes para hacerle la 'pinza' a Francia, y en el caso de la segunda, fue un ataque a la línea de flotación de la Monarquía Hispánica, porque en un momento en que las tensiones territoriales seguían estando altamente latentes en las distintas tierras del imperio el que se reconociese a un territorio, que durante sesenta años estuvo unido en unión dinástica con España y fue glorío del Imperio, como independiente, y por tnato, sin posibilidad alguna de volver a recuperarla.
Los mimbres con los que comenzaba el mal llamado 'Rey Hechizado' no eran los más resistentes, y más teniendo que cargar con las heredadas deudas de sus antecesores, deudas elevadas que empezaron a manifestarse cuando en 1557, Felipe II de España observó con pasmo como su padre, Carlos I de España y V del SIRG, se había fundido todos los lingotes que venían desde América en contentar a los Fugger, cuya economía se vio resentida casi dos décadas más tarde, así como también la Banca de Amberes. La deuda pública en la Corona de Castilla, conocida como juros - los vitalicios, los perpetuos y al quitar -, llegó a niveles tan altos en 1662, siendo la cuarta suspensión de pagos del rey Felipe IV (tras las de 1627, 1647 y 1652). Con esto tuvo que lidiar Carlos II, a quién se le 'envenenó' desde muy joven por su delicada salud con pócimas y brebajes. No preocupaba, en sí, la preceptiva educación en los quehaceres gubernamentales del rey niño como si el hecho de que dejase descendencia para que continuasen los Austrias... o, al menos, para asegurar una pacífica transición entre Austrias y Borbones, pues se diga lo que se diga, esta última dinastía ya estaba encaminada a reinar en España, tras los continuos enlaces matrimoniales entre ambas coronas, y también porque ante el crecimiento francés, a España le interesaba no perder su preponderancia en Europa, pues el Sacro Imperio Romano Germánico seguía siendo una intrincada y atomizada fabada de margraviatos, ducados y condados, muchos de ellos, en continuas guerras civiles revestidas de religiosidad y de enfrentamientos entre católicos y luteranos, que amenazaban a la estabilidad de la dinastía hegemónica del siglo XIV. Su casamiento con María Luisa de Orleans, sobrina nieta de Luis XIV de Francia y prima segunda del rey Carlos II (pues ella era nieta por parte paterna de Ana de Austria, hija de Felipe III de España), atestiguó esto. Como nota aparte, y sin querer descontextualizar, era tal el amor que sentían el uno por el otro, que la inesperada muerte de la reina en 1689 por una apendicitis, sumió a Carlos II en una depresión, que le llevó a seguir subestimando sus labores. Digna de una telenovela, pero no de las malas.
Lo cierto es que la gestión de Carlos II no fue tan nefasta como se nos ha hecho pensar, fue más la herencia recibida y el ocaso de los Austrias los que impregnan estos análisis, pero si uno lo ve con óptica, ¿qué más podía hacer? No le dieron un impoluto velero, sino tres tablas de madera roída, y aún así, incluso subestimándose él mismo, hizo lo que pudo.
En lo que a Valenzuela respecta, este hijo de un humilde capitán destinado en Nápoles, era similar a Nithard en lo referente a reunirse de su camarilla, pero con dos diferencias: la presentación de un programa político y pragmático para abordar la situación económica empezando por el blindaje de la seguridad del monarca y que contaba con el cariño del pueblo, todo aún a pesar de las habladurías que le llevaban a ser vinculado con la reina de un modo que no se ceñía únicamente a lo político, pues no en vano, se intentó desmerecer el que en 1671 recibiera un hábito de Santiago y que la reina lo nombrase primer caballerizo, aún a pesar de la oposición del caballerizo mayor de ese entonces. Tres años más tarde, Gaspar de Bracamonte Guzmán, conde de Peñaranda y presidente del Consejo de Italia, le concedió una plaza de conservador en el organismo que él dirigía, incrementando la influencia de Valenzuela, quién un año más tarde adquirió un señorío en tierras de Ávila, tanto la villa de San Bartolomé de Pinares como los de Villasierra, del que fue nombrado marqués el día 3 de noviembre de 1675. Ese mismo año fue nombrado embajador de la Corte en Venecia y capitán general del Reino de Granada. Siendo válido, pero no del todo como una figura de considerable poder, aún a pesar de sus preceptivas alianzas, su método para incrementar las maltrechas arcas reales, fue copiado del realizado por el Conde-Duque de Olivares, Gaspar de Guzmán y Pimentel, con la diferencia de que Valenzuela no era del mismo estrato social que otros válidos como Francisco de Lerma, como lo era el otorgamiento de mercedes - o premios - a cambio de dinero, que sirvió en su origen. No obstante, y aún a pensar de que buscase algunas convenientes alianzas, Valenzuela fue pronto descabalgado, pues deseaba reducir el número de ministros y oficiales regios, y otras buenas intenciones como las de apuntalar la Armada, quedaron en agua de borrajas, ante la enemistad - y envidia - de los estacionarios nobles. Por otra parte, Valenzuela, guió su programa de acción política en dos vertientes: seguir mostrando una imagen fastuosa de una Monarquía Hispánica decadente a través de la mejora del teatro y demás divertimento cultural, también quizá para intentar afianzar la posición del nuevo válido, una posición nueva para él como lo era la 'alta sociedad'. Sin embargo, pronto se hicieron de notar sus débiles alianzas frente a las de Don Juan José de Austria, quién contaba con los cardenales de Aragón y Portocarrero, el marqués de Castel Rodrigo, Medellín, el conde de Ayala o el príncipe de Astillano, partidarios de la - en adelante - facción 'juanista', quién se advino al poder con la proclamación de mayoridad de Carlos II en 1675. Se convino, tras una entrevista en el Real Alcázar de Madrid, que tanto Valenzuela como Don Juan tendrían que permanecer lejos de la corona, ambos en Italia, aunque finalmente permanecieron en la Península. No obstante, que Valenzuela continuase en la Península, era visto con muchos reparos por sus contrincantes políticos, así que cuando volvió, con el rey Carlos II siendo ya mayor de edad, se vio la intensificación de su programa de festejos palaciegos. La figura de Valenzuela es otra figura española, de tantas, opacada por la envidia de sus coetáneos, pues sin ser de orígenes nobles, nada más que el hijo de un capitán de compañía, tuvo puestos de responsabilidad en, relativamente, poco tiempo. Motivó también la publicación de un manifiesto en diciembre que exigía el encarcelamiento de Valenzuela, generando la rebelión de Don Juan José con sus tropas en Zaragoza, refugiándose el válido en el real monasterio de San Lorenzo de El Escorial, de donde fue detraído, sin reparo alguno, por Don Juan José. A Valenzuela le hicieron la vida imposible, pues se le acusó, injustamente, de ser un corrupto, por parte de un pueblo fácilmente manipulable, aunque su 'desfalco' fueron sólo diez millones. Una lástima que alguien que fue bueno y se pasó de mentecato sea hoy tratado injustamente sin que la historiografía se moleste un poco en indagar su historia. Fue desterrado a Filipinas durante diez años hasta 1686, cuando fue a parar a Nueva España.
Así pues, aunque Don Juan José de Austria, accediese al cargo de válido en 1676, sólo duró hasta su repentina muerte en 1679. Fue una guerra civil dentro de los cargos de válido, pero también asimétrica, pues Don Juan José disponía de los medios, de las tropas y del apoyo popular. ¿Debió haber gobernado él como monarca? La transición hacia la dinastía borbónica ya era patente, así que esto sólo es hacer historia-ficción. Lo cierto es que en desagravio de Valenzuela, hay que hablar de como muchas veces, la visceralidad supera al análisis histórico.
JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 30 DE AGOSTO DE 2021
Fuentes: Francisco Ramos del Manzano (DBE)
sábado, 31 de julio de 2021
Caravaggio, ¿pintor del pueblo a la par que heraldo de Trento?
Para ponernos en contexto, desgranemos la figura de Santa Catalina de Alejandría y el por qué de su importancia como símbolo de la cristiandad. Por su contextualización histórica, algunos han querido ver en ella, una suerte de adaptación a la cultura cristiana de Hipatia, por su cultura y sus dotes para las interpelaciones. No en vano, su festividad, 25 de noviembre, es la festividad de los estudiantes.
Aunque pueda dar de sí una entrada con todos los atributos que tiene esta santa y las más representaciones culturales que se le han hecho, el eje de esta publicación está en torno a si Caravaggio fue un pintor del pueblo a la par que un heraldo de las enseñanzas del Concilio de Trento, concilio que surgió como una forma de mitigar la reforma protestante, a través de una especie de reforma de los principios dogmáticos del catolicismo (por otra parte, la religión cristiana verdadera y auténtica). Santa Catalina de Alejandría, destacó desde muy joven por su inteligencia, por su talento, por su maña en las artes (igual que un servidor, sólo que al menos ella no tuvo que aguantar a un psicológo cantamañanas diciéndole que no le subiría de curso, porque tenía que intentar llevarse mejor con los de su edad), y con sólo 18 años, se presentó ante el emperador Majencio - reinó entre 303 y 312 -, uno de los mayores represores de cristianos, para demostrar su excesivo rigor a todos aquellos que no creyeran en las inicuas y falsas deidades. Majencio, sorprendido pero arrebatado por el brío de una joven, que había osado el defender con argumentos una religión tan perseguida, y por entonces considerada una secta radical del judaísmo. Hay que recordar que Majencio fue el precursor de Constantino como emperador romano, y mientras que su sucesor fue el emperador que promulgó el Edicto de Milán en el 313 dC, que permitió la tolerancia con la fé cristiana, y además era hijo de Helena de Constantinopla, la de la Vera Cruz, quién también sirvió de influencia para su hijo, el emperador que ocupa esta historia, no fue más que uno de tantos emperadores que el declive romano destiló, un tiránico y despótico hedonista, cuyas arbitrarias resoluciones eran fuente de ley. Majencio trajo a los mejores filósofos para que pudiesen rebatir la posición de una joven, que ya estaba forjando su santidad, a través de la resistencia a unos argumentos impuestos, y todo a través de la palabra, logrando que muchos se convirtiesen. La ira de Majencio la llevó a pedir que la torturasen y la asesinasen en la rueda, pero sorpresivamente, ella acabó por destrozar la rueda (como se representa en esta obra), y al final fue mandada decapitar a la torre. Esta santa, anterior en el tiempo a Hipatia de Alejandria, experimentó una pareja mitificación en el tiempo, por representar la victoria de la razón y del conocimiento, que lograba una más efectiva conversión que los espadones. La que hoy en día es considerada una de las catorce santas útiles junto a Santa margarita y Santa Bárbara, vio renacer su creencia en el marco del Concilio de Trento (1545-1563), cuando entre las guerras de la Liga de la Esmalcalda y las de Religión en Francia, afloraba no ya el protestantismo religioso que clamaba contra la 'Gran Ramera de Babilonia' en la que se había convertido la Iglesia Católica, sino que germinaba un protestantismo político, entre aquellos principados alemanes disolutos, tradicionalmente enemistados con Roma, y en la antaño 'très chrétien' monarquía francesa, que amenazaba con descabezar el cesaropapismo y destrozar la hegemonía continental del Sacro Imperio Romano Germánico.
No obstante, del Concilio de Trento hubo cosas interesantes a sacar como el hecho de la normativización de los apellidos, la presencia real de Cristo en la Eucaristía, justificación del camino divino por las obras, la conservación de los siete sacramentos, las indulgencias y la veneración a la Virgen María y a los santos, en contraposición a la iconoclasta religión protestante. Incluso, en el plano del arte, la Santa Parentela acabó por establecer a San Joaquín, 'zanjando' el debate cuasi dogmático de la ascendencia genealógica de Jesucristo.
En como era Caravaggio como persona, no vamos a entrar. Eso en su día, ya fue enjuiciado por quiénes le acusaron de asesinato por matar a Ranusso Tomacci y, posteriormente, amputarle el pene, o por los que le denunciaron por robar o por enfrascarse en riñas. Sí, le bullía con facilidad la sangre y era muy propenso a las escaramuzas. Pero fue un artista inconmensurable, introductor de la fórmula tenebrista, que si bien se descartó en el barroco del XVII, pudo servir de inspiración para la pintura contemporánea. No obstante, esa componenda de denuncia social y de retratar fidedignamente a la gente, sin importar su posición social, sin importar su localización y sin importar lo sacro de sus imágenes, fue inspiración para Rembrandt, Velázquez o Murillo. Y no era la perogrullada de decir que "había que acercar la Iglesia al pueblo", no. Era hacer de pinturas sacras, pinturas totalmente 'vulgares' y 'toscas', sin divinización de por medio. Y esto era, básicamente, el arte etrusco y romano. Sí, ese arte que no idealizaba narices triangulares, ni cuerpos atléticos, sino que a los patricios y a los emperadores los retrataba/esculpía, como eran en aquel momento, narizones de verruga y prominente papada.
Y, ya por último, la representación del 'Viaje a Damasco', la 'Conversión de San Pablo', pintada en 1601. Un primer cuadro, no aceptado, provocó que avezadas gentes dijeran: 'Has puesto al caballo en medio, tirando a Saulo, ¿acaso es Dios?' 'No, pero ocupa su punto de luz' respondió Caravaggio. Pablo de Tarso, un gentil de Judea, que a la par que ciudadano romano, profesaba la religión judía, y estuvo - según la tradición cristiana - presente durante el martirio del protomártir San Esteban, autorizado supuestamente por él, siendo uno de los más recalcitrantes judíos, encargándose de perseguir a los seguidores del Nazareno por todas las sinagogas, amedrentándoles para que abandonará su fe, llegando a la muerte siendo preciso. De camino a Damasco, solicitó cartas que le diesen ordenes expresas de perseguir a cuanto seguidor del Nazareno hubiese por esas tierras, y ya partiendo con esas autorizaciones, cayó del caballo, deslumbrado por una luz que aseguró ser Cristo, preguntándole por qué le perseguía. La ceguera momentánea de Pablo de Tarso, paralizó los procesos y persecuciones contra los seguidores del Nazareno, hasta que Ananías de Damasco, le devolvió la vista y lo bautizó - lo cristianó - en su casa-capilla de Damasco. A partir de entonces, Pablo, empezó a ejercer su ministerio por Arabia y por Turquía, siendo en este último país, concretamente en Antioquía, donde empezó a recibir un reguero de paganos que querían convertirse al cristianismo, recibiendo entonces los seguidores de Cristo, el apelativo de 'cristianos'. Se embarcó en hasta tres viajes por Europa, en donde, merced a su ciudadanía romana, pudo acceder al conocimiento de los antiguos, adecuando una religión semita y superficial hasta una religión de razón, protagonizando además el primer Concilio de la Iglesia Católica, el Concilio de Jerusalén en el año 50 d.C., donde se debatió el tema de la circuncisión para los conversos desde el judaísmo, y también a un incidente en Antioquía con Pedro, patriarca de la Iglesia, en el que imponiéndose la visión de Pablo dejó de verse al cristianismo como una secta judía, pues se planteó que los gentiles ('no judíos') que se convirtieran al cristianismo tenían que observar las leyes dietéticas y circuncidarse, lo que implicaba una conversión al judaísmo, algo a lo que el santo que esta parte de la entrada ocupa se opuso. Fue así, como el cristianismo se hizo homologable en Europa, dejando de verse como una religión supersticiosa y semita, como la 'secta-muleta' del judaísmo. Y, en eso, se incidió en el Concilio de Trento, que la religión cristiana verdadera, era la hija de aquella victoria de la visión de Pablo, e incluso se hablaba de que el protestantismo era una vuelta al judaísmo de superstición e iconoclastia.
Caravaggio, no es que fuese un heraldo de Trento, propiamente dicho, pero aquellas pinturas, fueron encargos religiosos, hechos al pintor más famoso de Roma entre 1600 y 1606, al pintor bajo el que se reunieron todos los pintores jóvenes, esperando ser enseñados por el nuevo maestro de la pintura italiana. Un maestro en cuya pintura se reflejaba la tosquedad, la virulencia, la realidad y las pinceladas fuertes, y la no necesidad de dibujos preparatorios, como en este cuadro de San Mateo
En la pintura del martirio del Evangelista San Mateo, se ve a Caravaggio, al fondo a la izquierda, asistiendo - y documentando - horrorizado el martirio, mientras justo en la parte superior a él, se ve al verdugo, lanzando a un San Mateo que hace la figura de la cruz bajo las piernas de su asesino, entre que es lanzado a una fuente de agua, que, según las Escrituras, regeneraba. No obstante, el gnóstico cristiano, Heraclio, rechazaba la visión de que San Mateo muriese por martirio. Caravaggio, aquí, hizo un alarde del simbolismo, con esa cruz que hacen las piernas de San Mateo bajo su verdugo, un verdugo que violentamente lo sujeta de la mano, mientras todos los espectadores a su alrededor intentan huir, confundidos y atolondrados.Y, ya por último, el cuadro de la vocación de San Mateo, representa la escena en la que Cristo llama al futuro Evangelista, entonces tasador de impuestos, diciéndole que vaya con él, que le siga. No obstante, la escena está representada quizá en uno de esos momentos de descanso, en una taberna, destacando además una vestimenta contemporánea a Caravaggio, quizá reflejando una crónica de la vida del momento, queriendo Caravaggio hacerse partícipe de ese momento, de ese pequeño momento narrativo, de esa cotidianidad interrumpida por la aparición de lo milagroso, que refleja la Verdad, a imagen del cuadro de San Pablo. La imagen gustó mucho por su naturalidad, pero también fue fuente de críticas. Encargo religioso hecho por Matteo Contarelli para que en su capilla figurasen motivos de San Mateo, siendo el primer gran encargo religioso hecho a Caravaggio, entonces bajo la protección papal. Entre medio de esta pintura - primera en empezarse y la última en finalizarse - y la anterior - primera en finalizarse y última en empezarse - cuelga el cuadro de "La inspiración de San Mateo". A destacar otro cuadro, supuestamente adquirido en su tiempo por Vincenzo Giustiniani después de ser rechazado por los comitentes, y destruido en la Segunda Guerra Mundial, en que San Mateo escribe los Evangelios dictado por un ángel.
Así fue Caravaggio, un "realista" del Barroco, innovador en el tenebrismo y en cuyas pinturas podía representar toda esa violencia canalizada, toda esa rabia, para reflejar una realidad palpable dentro de escenas sacras, dentro de escenas religiosas. Su vida personal, eso ya será otro cantar, peo aquí no nos ocupaba su vida (dentro de la intrahistoria), nos ocupaba su arte.
JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 31 DE JULIO DE 2021
miércoles, 30 de junio de 2021
Torre de la Parada. El pabellón de caza de los Austrias menores y su gran legado artístico.
"Cultura Hespéride" está de celebración. Mañana se conmemorará el cuarto aniversario de la primera publicación de esta bitácora, y oficialmente, el cuarto aniversario desde que el virtual Jardín de las Hespérides, y aún sin poder ofrecerse nada porque la situación sanitaria así lo permite, quería recomendar a todos mis lectores, una obligada visita a 'Orbis Vacui', proyecto de divulgación sociocultural sito en Valencia. La revolución cultural de las personas de buena voluntad empieza por los proyectos sencillos y que crecen a ritmo galopante.
En esta entrada de hoy, hablaremos de uno de los suntuosos pabellones, que lamentablemente desapareció en el 1714, en el marco de la Guerra de la Sucesión Española. Nos referimos a la Torre de la Parada, situada en el Monte del Prado, a las afueras de Madrid, y que durante mucho tiempo, fue una suerte de pedanía dependiente del municipio de Madrid, pero con gran interés cinegético, especialmente para los nobles y reyes, como rinde cuenta de ello, el Libro de la Montería de 1340, publicado bajo el reinado de Alfonso XI, y que nos llega hasta hoy, gracias a la labor recopiladora de Pedro el Ceremonioso, que desmenuzaba todos los recovecos geográficos de España y los lugares idóneos para ir de montería. Más allá de las recomendaciones cinegéticas que se realicen, es una fuente geográfica de gran calado, de como se veía la España medieval.
De hecho, uno de los motivos por los que Madrid es capital desde 1561 bajo el reinado de Felipe II, no fue únicamente porque fuese una ciudad carente de importancia durante las revueltas comuneras o porque allí no se encontrasen dirigentes que hiciesen sombra al poder real, sino por sus vistas excepcionales y su paraje.
Sin embargo, es con el nieto de Felipe II, Felipe IV, cuando esta torre empieza a renovar sus aires. Felipe IV era un enamorado de las artes, alguien que supo conjugar su exacerbado hedonismo con su placer por el arte y la cultura, como bien muestra la construcción y amejoramiento del Palacio del Buen Retiro, y en los primeros años de su reinado, allá por la década de 1630, se emprendió, a cargo de Juan Gómez de Mora, arquitecto real, en poco tiempo, una importante transformación arquitectónica y decorativa del edificio. El arquitecto rodeó los dos primeros cuerpos de la Torre con una edificación, en la que utilizó una mezcla de ladrillo y mampostería, finalizándola en 1636.
El otro día, fue el aniversario del nacimiento de Pedro Pablo Rubens (nació en 1577), y entre sus obras más conocidas, están las representaciones gráficas de los relatos de la Metamorfosis de Ovidio en esta torre, contratando para ello a Jan Boeckhorst, Jean Baptiste Borkens, Jan Cossiers, Cornelis de Vos - y también, someramente su hermano Paul, encargado de las representaciones de animales -, el niño prodigio de la pintura flamenca que fue Jan Van Eyck, Jacob Peeter Gowy y Peeter Simons, pero el más importante fue Jacques Jordaens, cuyo cuadro ilustra esta bitácora.
Cabe destacar que las cincuenta y dos obras que narraban los relatos mitológicos y que fueron encargadas y diseñadas por Rubens, son lo más destacado de esta Torre de la Parada, comenzando en noviembre de 1636 a trabajar el proyecto. Lo que Rubens consideraba, siendo el bocetista, era la 'invención' del ciclo, donde se entremezclaron la capacidad imaginativa y una gran potencia narrativa, de los que el Prado tiene en propiedad media docena, hechas a mano alzada pero con firmeza. De los cuadros que, hoy jalonan el Museo del Prado y previamente destacaron en la Torre de la Parada nos encontramos El rapto de Deidamia, o lapitas y centauros; El rapto de Proserpina; El banquete de Tereo; Orfeo y Eurídice; El nacimiento de la Vía Láctea; Mercurio y Argos; La fortuna; Vulcano forjando los rayos de Júpiter; Mercurio; Saturno devorando a un hijo; El rapto de Ganímedes; Heráclito, el filósofo que llora; Sileno, o un fauno y Demócrito, el filósofo que ríe.
Sin duda, es patrimonio artístico español, pero también flamenco, en un momento en que la Guerra de los Ochenta Años, estaba en su punto más álgido, pero a la vez había cooperación entre las Provincias Rebeldes y el Imperio Español.
Lo que hoy se agrupa en el Museo del Prado como una serie de cuadros, tenía a su vez, sus propias series, con temas campestres, cinegéticos y cortesanos, donde se narraban no únicamente historias mitológicos, sino también representaciones de animales, retratos de miembros de la familia real, escenas de cacerías como también obras religiosas que adornaban al oratorio, todo en consonancia a lo que, en los tratados artísticos del XVII, se consideraba para las construcciones de recreo.
Otro de los pintores a destacar es el florentino Vicente Carducho, pintor que murió en 1638, después de que acabase su colaboración para la torre, y que destaca por las veintiséis pinturas que hoy figuran en el oratorio, de las que en el inventario de 1700 se citan seis como la vida de la Virgen, Adán, Eva, una Concepción, diez ángeles con atributos marianos y otros cinco cuadros sobre la Virgen, sitos en el techo.
En lo que a las representaciones animales (cincuenta y tres cuadros) que fueron realizadas por Frans Snyders y Paul de Vos, estas no fueron bocetos de Rubens, quién únicamente supervisaba el proyecto, destaca que únicamente tenían función decorativa, sirviendo la gran parte de ellas como sobrepuertas o sobreventanas. El pintor Peter Snayers representó en seis pinturas las cacerías de Felipe IV o de su hermano, el cardenal-infante, todas ellas en el Prado.
Los cuadros anteriormente mencionados de Heráclito y Demócrito, se hipotetiza que formaban junto a Esopo y Menipo, de Velázquez, un grupo de cuatro filósofos antiguos. Velázquez tiene retratos cinegéticos como los de Felipe IV, cazador, El cardenal-infante Don Fernando de Austria y El príncipe don Baltasar Carlos, cazador; El Dios Marte, como así también, cuatro retratos de diferentes sujetos y enanos y la conocida como Tela Real, que hoy se conserva en la National Gallery de Londres.
Edificio modesto, pero a la vez lleno de gran cultura.
Finalmente, del edificio de la Torre de la Parada, sólo quedan las ruinas, dentro del Pardo. Poco más queda. En 1714, los austracistas ocuparon este edificio y el fuego destrozó lo que, irónicamente, había sido una de las peritas en dulce de los Austrias menores.
JAVIER RAMOS BELTRÁN, EDITOR EN JEFE DE CULTURA HESPÉRIDE, A 30 DE JUNIO DE 2021.
¡4 AÑOS Y A SEGUIR SUMANDO!
viernes, 30 de abril de 2021
Breve repaso de la Unión de Lublin, el afianzamiento de Polonia-Lituania, la "Antemurale Christianitis", y la introducción del "rex regnat et non gubernat".
Si hay un Estado que merezca respeto por su salvaguarda decidida de Europa y sentar precedentes en lo que a separación de poderes y parlamentarismo se refiere ese es Polonia-Lituania, que es la forma vulgar con la que se conoce a la República - o Mancomunidad - de las Dos Naciones (en latín, Res Publica Utriusque Nationis). Podrá parecer que a día de hoy, Lituania es únicamente un pequeño país del Báltico y que Polonia es un país sin más, pero nada de eso fue en un pasado, donde sin ser especialmente superpotencias tuvieron su grandísima cuota ade importancia.
Lituania, la última nación en europea en ser cristianizada, durante el siglo XII, estaba compuesta por nueve tribus bálticas: galindios y prusianos a orillas del Vístula, escalvianos, yotvigios, lituanos (también lituanos de las tierras altas) y selonianos por el centro, curonios y semigalianos en la saliente con el Golfo de Riga, y los latgalianos en el río Daugava. Nueve tribus bálticas sin apenas tecnificación, que profesaban sus respectivas religiones de corte pagano y politeísta, aunque con la Iglesia de Riga como su principal baluarte frente al expansionismo de las órdenes germánicas fronterizas. No obstante, aún a pesar de que se fundase la Fratres militiae Christi Livoniae (Hermanos Livonios de la Espada) por parte del obispo de Riga, Alberto de Buxhoeveden, en 1202, el proceso de evangelización en Lituania iba a ser duro y costoso frente a la ardua resistencia de sus pueblos, destacando la estrepitosa derrota contra los samogitios, pueblo dentro de la tribu lituana y liderados por Vykintas, en Saule en 1236, derrota que acabó con la muerte del segundo herrmeister de la orden Volquin von Naumbur, y la disolución de esta hermandad, que tuvo que unirse a la Orden Teutónica tras una dispensa papal que obligó a Hermann Balk, quién cinco años antes había cristianizado Prusia entrando triunfalmente por el Vistula, a acogerles. Cabe destacar que Königsberg, la actual Kaliningrado, y que fue la ciudad natal del filósofo Immanuel Kant (de ascendencia lituana), fue fundada en 1235 por el susodicho Balk, y que, hablando en puridad, ni son alemanes, ni son rusos, sino lisa y llanamente prusianos, que eran la tribu lituana más al sur. Irónico que la diosa Borussia, máxima ejemplificación de Alemania, no fuese germánica, sino lituana. Y que Federico II de Prusia, el gran ídolo de muchos dirigentes, incluyendo Hitler, por su pragmatismo y su romanticismo, no fuese el caballero alemán imaginado, sino lisa y llanamente un pescador del Báltico. Pero en fin, "Gott Mitt Uns" y la "Schwarze Adler" son hoy, símbolos de una Alemania (lituana) del pasado.
En 1236, Lituania adquiere el rango de Ducado, el Gran Ducado. Aprovechando las tierras rutenas que los mongolos habían invadido, los lituanos buscaron expansión, firmando a menudo tratados con ciudades fronterizas como Novgórod, y afianzando su dominio en el Báltico bajo el dominio de Danílo Galitsky, quién fue nombrado en 1253, como primer Rey de Rutenia. No obstante, Mindaugas, su gran enemigo y contra el que se habían coaligado las principales órdenes religiosas y Danílo Galitsky, como otras tantas veces se apoyaron, se coronó en 1251 como Rey de Lituania, supuestamente el día 6 de julio, considerado hoy en Lituania como Día de la Patria. El Reino de Lituania, ya como reino cristiano, reconocido por el Papa Inocencio IV, fue la gran esperanza de la cristiandad para contener a la Horda Dorada del Imperio mogol. Se pasó de adorar al dios Perkunas a acoger al cristianismo con gran gozo. Tras ordenar el rey Mindaungas la construcción de la Catedral de Vilna en 1251, Lituania avanzó con paso firme hacia el cristianismo. De esta etapa destaca San Vitas, primer obispo cristiano de Lituania. No obstante, en uno de los errores más garrafales de la cristiandad como lo fueron las cruzadas bálticas contra pueblos europeos que profesaban el paganismo, Lituania abandonó la religión cristiana, produciéndose el Gran Levantamiento Prusiano que duró más de catorce años.
Mindaungas, consiguió por tanto el primer estado unificado de Lituania, y todo a pesar de que a su muerte se produjesen períodos de grandísima inestabilidad, solamente subsanados con el ascenso de la dinastía de los Gediminidis, de la que descienden los Jagellón.
Cuando Vladislao II de Jagellón se convirtió al cristianismo en 1387 para contraer matrimonio con Eduviges I de Polonia y formalizar la unión personal de Polonia y Lituania, este último estado, acabó por cristianizarse tras un largo período de conflictos, intentonas y escaramuzas por estar envueltos entre católicos al norte y ortodoxos por el Este, materializándose la Unión de Krewo el 1 de julio de 1385.
Polonia, por otra parte, desde el 966, ya era un reconocido territorio. Precisamente, ese año 966 se considera el año del bautizo polaco, destacando Miecislao I y Boleslao I como sus duques, antes de que Polonia se convirtiese en un reino en el año 1025. El Congreso de Gniezno, en el 11 de marzo de 1000, también marca el inicio de la identidad nacional polaca, pues se reconocía a Adalberto de Praga, primer dirigente eslavo canonizado, como un defensor de la cristiandad, y al nuevo estado polaco, como un miembro de pleno derecho de la familia de los reinos cristianos.
Los piastas fueron la dinastía reinante hasta 1370, teniendo que aguantar una larga fragmentación - la primera de muchas - desde 1138 hasta 1320. Casimiro III el Grande fue el último rey varón de los piastas, sucediéndole en el trono, su sobrino materno Luis I de Hungría, merced a un acuerdo por el que este sería sucesor de su tío si moría sin descendencia. No obstante, la hija de Luis I de Hungría, Eduviges I de Polonia - posteriormente, Santa Eduviges, patrona de Hungría y de la Europa Unida (que no Unión Europea) - como ya hemos dicho con anterioridad, cumplió con la Unión de Krewo, volviendo Polonia a la dinastía Jagellón, uniéndose esta con Lituania en una unión personal fructífera.
Polonia-Lituania fue el mayor reino cristiano, protagonizando épicas batallas, como la de Grunwald en 1410, en la que es otra hazaña polaca, donde derrotaron a la Orden Teutónica, a orillas del lago Masuria, en la actual Tannenberg. El 15 de julio, en honor a las tropas encabezadas por Jogaila y que se alzaron con la victoria, es un festivo en Polonia, Lituania y Bielorrusia.
En esta Polonia nació Nicolás Copérnico, el más reconocido de los heliocentristas, precursor de los pensamientos de Galileo Galilei... y dos siglos más tarde, Johannes Hevelius.
La unión personal de Polonia y Lituania se afianzó el día 1 de junio de 1569 en la ciudad polaca de Lublin, a fin de encontrar un sucesor para Segismundo II Augusto I Jagellón, quién no tuvo descendencia. Finalmente, se hizo efectiva una unión de dos siglos, creándose la Mancomunidad de las Dos Naciones, equívocamente una república, pues seguía siendo una monarquía, pero con una particularidad, que era una monarquía electiva, y en palabras de Jan Zamojski, "rex regnat et non gubernat". Pero no al estilo del Sacro Imperio Romano Germánico, atomizado por reinos, margraviatos, ducados y condados, sino una auténtica unión. A ese período se le conoce como rzecpospolita.
La Unión de Lublin estuvo a punto de no salir, por el temor de los nobles lituanos a poder sufrir pérdidas y a que Polonia fuese la centralizadora de todo esto. No obstante, y aún a pesar de las reticencias lituanas acabó saliendo por un gran consenso.
Se decidió que habría un parlamento común, el Sejm, con 114 diputados polacos y 48 lituanos, y un senado con 113 polacos y 27 lituanes, y que habría un único señor de Polonia y Gran Duque de Lituania. Aún a pesar de todo ello, poseían diferentes ejércitos. A destacar los famosos húsares alados, la infantería ligera de vistosos plumajes, que se destacaron en acciones como la de Viena en 1683 o en las dos batallas de Chocim en 1621 y 1673, donde derrotaron a los otomanos, sempiternos enemigos de la civilización europea.
Volviendo al "rex regnat et non gubernat" se produjo una auténtica separación de poderes que relegó al Jefe de Estado a ser un mero representante exterior. La Libertad Dorada - o Democracia de los Nobles - fue el punto álgido de esta grandísima manifestación en 1573, estructurado en elecciones libres para todos los nobles que quisieren participar, la convocatoria del Sejm cada dos años por el rey, tomar a los Artículos del Rey Enrique como la constitución - que además aseguraba transparencia a sus dirigentes -, derecho de insurrección de los nobles contra el Rey, derecho de un diputado a oponerse a la mayoría de la sesión del Sejm ("liberum veto") y también el derecho a configurar organizaciones o parlamentos paralelos.
Lo que hoy se ve como algo normal, en la Mancomunidad de las Dos Naciones ya se practicaba, resultando revolucionario. Influyó también para las guerras civiles inglesas que enfrentaron a los realistas de Carlos Estuardo y los parlamentarios de Devereux, Fairfax y Cromwell. Si bien es cierto, no era una democracia al uso, pues la nobleza - szlachta -, la única con derecho a voto y a ser votado, era únicamente un 10% de la población.
Aunque algunos lo hayan querido comparar a la Unión Europea actual, su unión atiende más al actual Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por no tratarse de una confederación, sino de una unión personal entre dos países diferenciados. Conceptos como confederación o federación provienen de esta época.
sábado, 27 de febrero de 2021
El ataque de la suciedad antiestética
No hubo más motivo de orgullo en el aciago 2020 para mí, que el acudir a la manifestación agrícola del día 14 de febrero del 2020 en Valencia. Manifestación calificada de alto riesgo desde el Ayuntamiento de Valencia y desde la GVA. Una manifestación pacífica en la que sólo hubo tractores, coches, humildes agricultores con azadas y corbellas, y lo mejor y más granado de nuestro campo, protestando contra la depreciación, contra los intermediarios crapulosos que se enriquecen a costa del sudor, las lágrimas, los callos y el sufrimiento del noble agricultor, un agricultor que fundamenta su nobleza en callos y sabañones. Y fue una manifestación sin ninguna algarada violenta, sin provocaciones, sin amenazas, sin destrozos, sin agresiones... Igualito a lo ocurrido en las manifestaciones por ese «grandísimo» artista que es Pablo Hasel.
La suciedad antiestética e inmoral no se muestra únicamente en la fealdad, sino en el carácter decrépito, holgazán, envidioso e inmaduro de quién la porta. Se muestra también en esos comportamientos que demuestran que la finísima línea entre el incivilizado orangután y el supuesto humano civilizado, el «zoon politikón», no es más que eso, una finísima línea.
Ardieron las calles - intento que esta sea una expresión figurada y no creer que haya podido pasar de verdad - no para protestar por un sistema injusto que ha destrozado a Montesquieu y la separación de poderes, sino para defender a un rapsoda mediocre y millonario, hijo de un crapuloso, que a su vez era hijo de otro crapuloso enriquecido durante el franquismo y que han participado en ese clasismo institucionalizado y sistemático que es el separatismo catalán.
En ocasiones, me gustaría entender que puede pasar por las cabezas de los ideólogos de esas manifestaciones, aunque quizá, sabiendo que son los niños de papá consentidos que nunca responden por las maldades que hacen, ya nos podemos imaginar lo que por esas cabezas pasan.
Mientras en Europa va destrozándose su patrimonio cultural e histórico, su tradición y todo lo que hemos sido, a fin de buscar la subversión cultural e ideológica, y la homogeneización como si fuésemos borregos no pensantes, y mientras vemos atropellos contra señores mayores que dieron la vida por las futuras generaciones, aquí en España, país donde se conculcan derechos y no va a la zaga de otros países europeos en los que a destrucción de patrimonio material e inmaterial respecta, sólo se sale para defender al haragán. Defended al pobre hombre agredido en Linares por un energúmeno pederasta y borracho, defended a los sanitarios, que ya no pueden dar más de sí ante vuestros desmanes, defended a los maestros, defended a los comerciantes... defendednos a los agricultores.
Los mismos que se apuntan un tanto heroico por salir a manifestarse por un cerdo mediocre y haragán en este enfermo y decadente país donde se ve a la noche a las mesalinas y a los sátiros ponerse mutuamente la cornamenta, son los mismos que criminalizaron las manifestaciones agrícolas y son los mismos que consideran facha y rancio todo tipo de manifestación cultural.
*Javier Ramos Beltrán, a 27 de febrero de 2021*
viernes, 5 de febrero de 2021
21 años. 4 años de Cultura Hespéride.
Reflexiones sobre la Última Cena. Hic calix novus testaméntum est in meo sanguine.
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