jueves, 22 de octubre de 2020

¿Qué pasa con la cultura, qué pasa con la ética de la estética?

Hagamos como Ludwig Wittgenstein, y establezcamos que ética y estética "sind Eins" (son uno), hagamos un "nulla ethica sine æsthetica", tan necesaria en este mundo cobarde y ávaro, sin justicia, sin belleza y también sin Dios, e intentemos establecer que, no es nada superficial este axioma latino. ¿Es que no son acaso la ética y el arte, auténticos emanantes de la estética y de la belleza? ¿Es que bondad y belleza no están relacionadas? Peor es lo que propone el posmodernismo beauvorista, "evolución" de las peores artes surgidas al albor del siglo XX y mal llamadas vanguardistas. Fue entonces cuando el arte dejó de tener esa función ético-estética, cuando dejó de ser la máxima expresión de la furia y el amor, del espíritu y la bravura, y de las sensaciones contrapuestas de genios. Se democratizó el arte, y se democratizó mal. Entonces cayó el Dios del arte, cayó Occidente, cayó la cultura, cayeron los cardum romanos, cayeron las columnas, cayeron el dórico, el jónico y el corintio, cayó el románico del Pantocrátor, el gótico de la Theotókos que recuperaba la perspectiva lineal, el renacimiento del antropocentrismo botticeliano y davinciano, el barroco de las tinieblas italianas e hispánicas y del regocijo flamenco, el recargadísimo rococó, el neoclasicismo que influyó hasta en la configuración de los Estados Unidos de América - quiénes querían ser una Atenas americana -, la rabia y la incomprensión del romanticismo o las marcadas y coloridas pinceladas del impresionismo. Cayó el arte y nacieron nuevos ídolos. Ni tan siquiera un antropocentrismo, no fue más que un egocentrismo hedonista que defendía - si es que defendía algún ideal - la ideología del 'porqueyolovalguismo', sin haber mérito de ninguna clase, dejándose de hacer arte. Dejándose de proclamar la única verdad, la verdad de la estética, dejándose de lado el susurro divino que a tantos hombres, que a tantos artistas inspiró a llegar a las más altas cotas.

¿Y qué es el mundo de hoy día? ¿Qué son hoy los Pedro Sánchez en España? No me refiero a un nombre que llevan millones de españoles y que es igual de común que un "Antonio López", un "Juan García" o un "José Martínez", me refiero a ESE - si es que se necesita ponerle en mayúsculas -, a alguien que no ha de ser únicamente considerado un traidor, un felón o un advenedizo, gracias a algunos que no son traidores a la Patria a la que pertenecen, pero no a la que sienten, porque únicamente abogan por su destrucción, no, Pedro Sánchez es el remate final del declive occidental, pero uno de tantos remates finales que ha tenido el declive de una civilización que abandona la estética de la ética, la ética de la estética. ¿Qué es lo que ha hecho Pedro Sánchez que sus predecesores desde la llegada del nuevo Dios que era el Régimen del 78 no hayan hecho? Aznar también pactó con secesionistas, por poner un ejemplo de alguien con una ideología contraria - pongamos en comillas, lo de ideología porque no hay idea, no hay acción, y en contrario, permítanme que haga casi una mueca más de desagrado que de risa - a nuestro ilustre y actual Primer Ministro del Reino de España (o de lo que quede de ella). Pues el mundo de hoy día, es una sociedad condenada, una sociedad de adocenados para los que todo esfuerzo y toda reivindicación cultural son algo totalmente ajenos, la grandeza de tiempos pretéritos, el orgullo de las raíces, se oculta por quiénes lo consideran ofensivo. Se vocifera la endofobia, se pide perdón hasta por el más simple acto y se promociona la mediocridad como la más alta cota a la que un se humano ha de aspirar. Si eres mediocre, si no divulgas, si vives a costa de quiénes trabajamos y nos partimos el lomo, si eres una persona que en otros tiempos hubiera sido considerado lo que demuestra ser que es el tonto del pueblo pero ahora eres líder de opinión de las juventudes de tu pueblo, si eres envidioso, si detestas tu patrimonio histórico y cultural, y si en definitiva, eres ese 'tonto útil' del sistema establecido por el posmodernismo, que emana del derecho positivo y no del natural, recuerda que recibirás prebendas, recuerda que serás el prohombre de esta nueva moral mundialista.

Protestas en Chile: Encapuchados incendian Iglesia de la Asunción en medio  de masiva manifestación en Santiago | Plaza Italia | Estallido social |  Sebastián Piñera | FOTOS | VIDEOS | | MUNDO | EL COMERCIO PERÚ

Cúpula de la Iglesia de La Asunción en Santiago de Chile que cae ardiendo en llamas tras los incidentes de la pasada madrugada del 18 de octubre.

Y mientras, vemos como se producen evidentes atentados estéticos, porque saben que el peor ataque que puede hacerse al común de un Pueblo, es el ataque a su patrimonio y a su cultura. Las protestas de Chile, independientemente de su legitimidad, se saldaron con un ataque a dos icónicas iglesias de su capital - de una capital fundada por Pedro de Valdivia y que tiene el nombre del Patrón de la Hispanidad - como lo son la Iglesia de San Francisco de Borja construida entre 1872-1876 por iniciativa de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (compañía que, desde su fundación el 29 de noviembre de 1633 por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, abogó por mejoras en la vida de agricultores, aldeanos y construyeron hospitales, orfanatos, residencias e instituciones psiquiátricas) y la Parroquia de La Asunción, destruida sin contemplación alguna y saqueada para posteriormente ser objeto de mofas por ello mismo, siendo remembranza de las peores imágenes de nuestra última Guerra Civil en la que los milicianos saqueaban hasta los osarios y se vestían de forma infame con la indumentaria litúrgica.

¿Pero se quedan ahí todos estos ataques a la cultura occidental, en la que el cristianismo desde Saulo de Tarso encontró su acomodo por su perfecta aclimatación a lo mejor de la Antigüedad? No. Pero recapitulemos, pues el término multiculturalidad implica destrozar cultura occidental, eurodescendiente o cristiana. E implica destrozar también lo que hubo 3.000 años antes de que viniese el cristianismo en Europa.

Pongamos un ejemplo palmario de atentados, de 'accidentes', como los que ocurren en Francia desde principios del siglo XXI, cuando la multiculturalidad entró arrasándolo con todo, merced al 'Liberte, Egalité, Fraternité' que dejó de ser libertad para ser esclavitud posmoderna, que ponía la igualdad por encima de la calidad y la equidad y la fraternidad que jamás reconoció como hermano al nacional al que siempre envidió. ¿Es accidente lo que ocurren con numerosos templos cristianos en Francia? Pues pueda ser, las casualidades - o las no tan casualidades - existen. 

Se incendió en París la iglesia en la que se filmó "El Código Da Vinci" | TN

Iglesia de San Sulpicio, de estilo barroco y neoclásico, que tomó más de dos siglos para construcción (1646-1870) y que tiene en su interior obras de arte que representan escenas bíblicas como la lucha de Jacob contra el ángel o la expulsión del general Heliodoro el Sirio del templo, ambas pintadas por Delacroix, y numerosas esculturas.

El incendio de Notre-Dame de París - uno de tantos monumentos consagrados a Nuestra Señora de ese arte tan 'mariano' que era el gótico - de 2019 fue el más conocido y el que más conciencia social movió, pero quizá de lo que se hable tan poco, es que un mes antes de la quema de Notre-Dame de París, el día 17 de marzo, se quemó la Iglesia de San Sulpicio, segundo templo más grande de París tras la famosa catedral, y que, como curiosidad 'mariana' hemos de reseñar que tiene un altar dedicado a la Virgen, rematado con un fresco en que la Madre se eleva al cielo rodeada de ángeles (pureza), santos (santidad) y doctores (conocimiento), de San Pedro a la derecha y a su izquierda, Sulpicio Pío (576-646), quién como obispo de Bourges, se destacó por su férrea disciplina y su bondad, junto a otras advocaciones marianas. 

Y, por supuesto, no podía faltar la clásica representación de la "Virgen con el Niño" aplastando a una serpiente, en una escultura del neoclasicista Jean Baptiste-Pigalle, flanqueada por columnas de Leptis Magna, que a Luis XIV le fueron ofrecidas en 1685 tras una de sus incursiones contra los berberiscos, destinándose unas cúpulas a la construcción de este bello monumento eclesiástico y otras al Palacio de Versalles.

Lo más sobrecogedor es ese trasfondo ideológico, de guerras de religión y de las continuas disensiones entre Occidente-Oriente, y como ya he mencionado con anterioridad, atacan al corazón, al pulmón del Pueblo: ese patrimonio histórico, cultural y artístico, ese patrimonio que se levantó por el buen hacer y por la inspiración divina de toda una comunidad nacional. "Los susurros de Dios" los llamamos los amantes del arte; las pulsiones, el talento y la piedra a pulir que la realidad nos lo demuestra. La piedra es firmeza, la piedra es solidez, la piedra es raigambre, es la unificación de un Pueblo, de una comunidad nacional en un credo común y una lucha espiritual.

Pero no sólo arden, en la Iglesia de Nuestra Señora de los Infantes de Nimes, con excrementos humanos se dibujó una cruz, se destrozó el altar, se profanó el sagrario y se robaron las Sagradas Formas, ocurriendo lo mismo en otra Iglesia de Nuestra Señora en Dijon, donde tras forzar la puerta del Sagrario, pisotearon las Sagradas Formas.

Por no hablar de la Catedral de San Pedro y San Pablo de Nantes, cuyo incendio se produjo el día 18 de julio de este mismo año - día de San Federico y conmemoración de un capítulo de nuestra Historia Patria, cuya sola mención hace que se regurgiten los más bajos jugos digestivos de algunos - y que acabó de confirmarse que fue provocado por un ruandés con estatuto de 'refugiado', que 'colaboraba con la jerarquía religiosa local' y al que, como siempre, se le intentó perdonar con un enésimo justificante, eximente de locura transitoria. De aquello que llaman locura transitoria, de cólera, de enajenación, cuando fue un grave atentado y no un mero acto vandálico de un guillado aislado, y más sabiendo la tea de determinada confesión a la que se le ha de llamar 'de paz'.

Y, efectivamente, estamos inmersos en una guerra de religión, en una guerra cultural, en la que todo lo que una comunidad construyó bajo un influjo divino, inspirados en lo puro y bueno, bajo la certeza de llegar a las más altas cotas y cimentados en la firmeza de la roca es derribado como el castillo de naipes que ante una nimia ventolera cesa toda resistencia. 

No es casualidad esa alianza, para nada improvisada, entre los poderes globalista, entre el posmodernismo y entre determinadas confesiones religiosas; a todos ellos les une la destrucción de la Verdad, de lo bello y de lo bueno. Observemos a los famosos Budas de Bamiyán, destruidos en 2001 por un vesanico ataque talibán, quiénes la dinamitaron sin contemplación alguna. ¿Saben qué representaba? La perfecta conjunción entre el arte griego clásico y el budista, ejemplificado en el reino grecobactriano, reino casi mitológico, que queda para la Historia, casi enterrado. Un reino (250 a.C.-125 a.C.) que en su época fue el más rico en todos los aspectos (socioeconómico, moral y cultural). Y a los talibanes, aquellos que jamás han tenido en ese deje virulento la creatividad y la unión de un pueblo en cimentados ideales, todo aquello les sabía mal, porque aquello representaba lo que ellos jamás habían logrado ser.

Santa Sofía, visita al Templo inquebrantable | Cuaderno de Viajes

En Santa Sofía (la Santa Sabiduría), uno encuentra preciosos mosaicos bizantinos, fue reunión también de importantes literatos y principal centro de peregrinación cristiano durante la Alta Edad Media. También hay inscripciones rúnicas (Halgdan y Ári) que muestran la coincidencia entre vikingos y bizantinos.

En el fondo, es lo que ocurrió también en Turquía este pasado verano con Hagia Sofía, construida por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, entre 532-537, que desde su definitiva construcción (537) hasta la caída del Imperio Bizantino a mano de los otomanos (1453) ejerció como catedral de la Iglesia Ortodoxa Helénica, salvo un paréntesis (1204-1261) en que lo fue de la Iglesia Católica. Siendo durante más de nueve siglos - que se dice pronto - un templo cristiano, e incluso desde que era una simple Iglesia que ejercía desde el 360, por lo que hablamos de casi 1.200 años como uno de los vigías de la cristiandad. Fue mezquita imperial bajo los otomanos y tras la laicización y la 'occidentalización' que preconizaba Mustafa Kemal Atatürk - siendo estos los cimientos constitucionales para regir una sociedad islámica y antieuropea como la turca - se convirtió en un museo, y por tanto de titularidad del Estado. Independientemente de que, a mí, a título personal, como católico practicante, me pareciera también una profanación el que una Catedral fuera convertida en un museo, al menos, se tenía una funcionalidad clara, se demostraba lo que fue, los vestigios de lo que fue durante años el principal centro de peregrinación para cristianos y donde confluyeron artistas y pensadores. Llegó Erdogan, de deje panturánico, otomanista y financiador de esos 'hombres de paz' que a diario - y no sólo con atentados - asaltan lo más sagrado de nuestro Pueblo, y en 2020 decidió devolverle esa funcionalidad como mezquita. No ardió un templo, no ardió un monumento, pero tampoco se han de agradecer esos velados atentados estéticos, que tienen en medio de ese desmedido fanatismo islámico, la ocultación de los mosaicos de la Virgen con el Niño y el anunciador Arcángel Gabriel, por situarse en la zona orientada a La Meca para el rezo musulmán.

Mezquita-Catedral de Córdoba | Sitios de España

Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Córdoba, cimentada sobre la Basílica de San Vicente Mártir, que aunque no fuera la gran basílica que durante mucho tiempo se argumentó, los especialistas sí consideran que las evidencias de allí eran templos cristianos, aún humildes y que fueron la 'caput anguli' de las comunidades cristianas de la zona.

Idéntica situación a la de la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Córdoba, porque es Catedral, no mezquita-catedral ni cosas parecidas (nótese como sitúan el mezquita antes que Catedral), cuando esta fue levantada - en el 780 - sobre la Basílica de San Vicente Mártir y otras iglesias anexas, de gran importancia episcopal para Córdoba. Pues bien, aún a pesar de las reformas posteriores durante el Gótico, durante el Renacimiento y durante el Barroco, a este edificio se le sigue considerando un edificio islámico, y no precisamente por haberse construido durante el período de estadía de estos tipos en la Península, sino únicamente por ideologización y desarraigo. Aprovecho para decir que, independientemente, de mi desapego hacia todo lo islámico por lo que supone esa sociedad, su arte - el cuál no es arte arábigo, ni norafricano, ni musulmán - también tiene un punto de belleza. Lástima que no hubiera innovación, y todo, todo fueran préstamos - como en todos los estilos artísticos, pero aquí de una forma más descarada y sin mediar creatividad - de sus coetáneos. 

Obviamente, yo no quiero anular ninguna expresión artística, ni hacer un ejercicio de etnocentrismo, pero es evidente, muy evidente, que no todas las culturas son iguales, y que algunas culturas han desarrollado más la creatividad y han realzado más el espíritu que las otras. 

Recordemos Palmira, destrozada en 2015 por los islamistas, donde estaba el templo del Baal - para culturas semíticas y arábigas, el dios del tiempo -, la destrucción y decapitación de estatuas en la ciudad iraquí de Hatra, la total devastación de la mítica capital asiria de Nínive o de su capital precedente como Nimrod, y la destrucción de iconos en el Norte de Malí en 2015. Recordemos las vesanias islamistas y recordemos que es lo primero que atacan estos malditos terroristas.

Recordemos que la Cultura - sí, con mayúsculas, la Cultura - jamás abandonará al Pueblo, se nutre de él - igual que nosotros nos nutrimos de ella -, y siempre, siempre, será la máxima expresión de la genialidad y de la capacidad de una comunidad, de una comunidad que recibe los susurros divinos, los susurros de la más alta exaltación, de las más altas capacidades.

Porque este mundo cobarde, avaricioso y dejado de la mano de Dios y de la Providencia, desprecia la excelencia y desprecia a todo aquel que intente medrar sin depender de prebenditas, desprecia a todo aquel que intente divulgar, a todo aquel que tiene un mínimo de creatividad y todo por la institucionalización de la envidia. Y por desgracia, también se institucionaliza la pereza del que quiere ver al genio destrozado y enfangado, y la avaricia del que no desea ni superarse a sí mismo y ni tan siquiera igualar o superar los logros de su prójimo, sino que este, este sea peor que él a toda costa. Vemos como todo tipo de reivindicación de genialidad es despreciada, porque al mundo de ahora no le interesan librepensadores, ni tampoco gente con cultura. ¿Que arda patrimonio cultural? No hace falta, cuando ardan monumentos, ya habrá alguien que aplauda de forma mecánica y babeante. Arderá la cultura, arderán las ganas por saber más y porque la sociedad actual - recordemos que tienen como voceros a una clase política castuza y despreciativa - a ello lo aboca.

Así se ve, cuando en España se sube al 21% la adquisición de libros o como cuando se pone que se puede pasar de ESO y Bachiller sin límite de suspensos. Finalmente, la nota de corte baja y se tendrán licenciados que no sabrán nada de la materia que en su carrera se da. Así se ve también como en España no se sabe nada, pero absolutamente nada de su digno patrimonio cultural, ni de su naturaleza, pero sí de las tarascadas que el 'panem et circenses' - y ahora más lo último que de lo primero - del fútbol y la política montan. 

La Torre Eschenheim de Frankfurt, que es otro monumento que ilustra esta entrada, es conveniente sacarla a colación, para que sea nuestro ejemplo de vida. Francfórt del Meno, fue la capital de los francos, fue una Ciudad Imperial Libre (Freie Reichsstadt) teniendo su propio Reichsunmittelbarkeit, con el que las ciudades con el estatus de libres, no necesitaban de intermediarios ante el emperador, y siendo la ciudad que hasta 1806 elegía al Emperador, y desde 1562 la ciudad en donde se coronaba. Ahora se le llama Mainhattan, por ser el Manhattan de amplísimos rascacielos a orillas del Meno, ahora es la ciudad donde una familia como los Rothschild empezó expandiendo sus tentáculos hasta dominar el mundo por lo malo, ahora es la capital del BCE donde ejercen Christine Lagarde, esa señora que decía que los ancianos costaban dinero, y Luis de Guindos, quién tuvo la desgracia de ejercer de nuestro Ministro de Economía y partícipe del hundimiento de Lehman Brothers en 2008, un hundimiento que también influyó para la grandísima crisis económica - y moral - de aquel mismo año, y cuyas consecuencias hoy duran. Pues bien, esta muralla fue construida entre 1426 y 1428, y parece una simple torre, pero es la perfecta conjunción de funcionalidad y de estética, de recordarnos hacía donde habrá de derivar el mundo si lo cogemos por los cuernos y el esplendoroso futuro que tras la lontananza habrá de divisarse. Un futuro en el que nos mantengamos en pie frente a un mundo en ruinas, que considera que lo mejor será siempre la homogeneización, la mediocridad y la fealdad. Y yo, no quiero fealdad de alma, ni fealdad estética, yo quiero belleza, yo quiero seguir con la autoexigencia. Sean más coherentes, defendamos la cultura.

"Donde hay poca justicia es un peligro tener razón" (Fco. de Quevedo Villegas), y no le faltaba razón - pido perdón por la redundancia y la gracieta - de lo que nos encontramos a diario.

JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 22 DE OCTUBRE DE 2020

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