domingo, 25 de octubre de 2020

En recuerdo de mi abuelo Ramón, el más grande.

 Hoy, 26 de octubre de 2020, sería la conmemoración del nonagésimo aniversario de mi abuelo. Bueno, sería no, es. Es la conmemoración del nonagésimo aniversario del nacimiento de mi abuelo, D. Ramón Ramos Hernández.

Mi abuelo nació en Calderón, sus padres eran D. Victoriano Ramos García (1890-1963) y Dª Esperanza Hernández García (1904-1931). Y sí, como lo oyen, mi bisabuela murió al poco de nacer mi abuelo. Mi bisabuela murió en enero de 1931, por unas complicaciones del corazón, y mi abuelo había nacido escasos cuatro meses atrás. No corrían buenos tiempos para una España que vivía convulsos cambios políticos. A la desconfianza de la población española sobre la dinastía Borbón, cuya restauración ya llevaba cinco decenios largos, no habiéndose acometido ningún tipo de reforma, sino todo lo contrario, pues además se perdieron las últimas posesiones del Imperio Español, como lo fueron Cuba y Filipinas en 1898, en una derrota deshonrosa, que tuvo la deshonra después del Tratado de París del 10 de diciembre - irónico, pues es el día de la Virgen de Loreto - donde a los españoles se nos repartieron las migajas de una guerra que nosotros jamás provocamos y que perdimos aún a pesar del heroísmo, del resuelto heroísmo de los nuestros, pero que contó con la desidia de la sociedad civil española, la que tantos años lleva siendo empoderada falsamente bajo las premisas de que el odio a la Patria y la falta de respeto a tus mayores y a la experiencia es algo que los "libera".

En ese año 1930, en el mes de enero, Miguel Primo de Rivera, dimitió como Presidente del Directorio Militar, cuando bajo su gestión, tras mucho tiempo, se intentó aparcar el desangramiento que España sufría a causa del turnismo político, del falso Dios del turnismo político. Dimitió por perder el favor de Alfonso XIII, el mismo que en los momentos previos del Desastre de Annual gritaba con total profusión "vivan los hombres", un infame sátiro como toda la patulea dinastía de los Borbones que ni tan siquiera la sangre de un honrado ingeniero alicantino puigmolteño pudo aplacar. Porque Alfonso XIII era un tipo glotón y hedonista, un tipo que tenía películas pornográficas siempre a su disposición y, al igual que su abuela, la "querídisima" Isabel II, fue rey desde niño - en su caso, incluso antes de nacer -, pero sin recibir una educación adecuada al cargo que iba a ejercer. Y como todo tipo glotón y hedonista era incapaz de ver quién se partía la cara por él, creyendo que él era el único representante de España, pues Primo de Rivera le salvó de una investigación parlamentaria como consecuencia del Informe Picasso.

Lo que el bienio reformista de la II República se imputa a sí mismo de una forma demagógica y casi tan falsaria, lo inició Miguel Primo de Rivera, como lo fue la escolarización en pequeñas aldeas y, por supuesto, la igualdad salarial, en un proceso que comenzó en la Huelga de la Ferroviaria "Barcelona Traction" en 1919 y que acabó por confirmarse con la unión corporativista entre la Unión Patriótica - "antipartido" - y los sindicatos existentes. 

Mi abuelo Ramón tenía dos hermanos mayores: Isabel y Enrique. Mi bisabuelo Victoriano - "Víctor" - había casado previamente con una mujer de la aldea de El Derramador, quién también falleció, pero fue por tuberculosis, llevándose con ella a una pequeña niña llamada Felicia (abuela mayor de mi abuelo Ramón, por tanto). Era un ambiente familiar, hogareño y solariego, con las típicas carencias que todo hogar rural en unos tiempos de desigualdades se vivían. La ingente cantidad de tierras que mi Familia tenía en Calderón - seguimos teniendo - y que eran perfectamente trabajadas, por desgracia, no daba para mucho. La "cuestión agraria" se empezó a abordar con Primo de Rivera, mucho antes de que el bienio reformista de la II República, la llevase a práctica. Quede claro que mi bisabuelo tenía tierras y, técnicamente, era un terrateniente; quede claro también que igual que tuvo trabajadores a su cargo y él también trabajó a cargo de otros como su hijo, no fue un "señorito de derechas" como cualquiera que lea esto pensaría. 

Mi abuelo Ramón pronto pasó a cuidados de una familia de San Antonio conocida como "Los Carriles", en una práctica muy común para aquellos que se habían encontrado con el fallecimiento prematuro de una madre, la que proporcionaba lactancia. Mi abuelo tuvo que estar hasta los cinco años junto a su madre 'adoptiva' Maximina en San Antonio, y digo 'adoptiva' entre comillas, pues él seguía viviendo en Calderón con su padre, quién pagaba a su madre 'de leche' para que le proveyera de cuidados. Aquella familia se trasladó posteriormente de San Antonio a Torrente, y seguimos manteniendo una buena relación con ellos, con los 'hermanos de leche' de mi abuelo.

Curtido, como todo hijo de vecino nacido en los convulsos años 30, en las más inimaginables de y atroces de las situaciones, mi abuelo supo salir adelante sin más ayuda que la de sus familiares y amigos que vieron en mi abuelo la mayor capacidad de resistencia nunca antes vista. Aún a pesar de ser muy constante y trabajoso en los estudios, ya sabemos lo que pasaba entonces a quiénes no tenían posibles, y tuvo que seguir trabajando en el campo. De 1948 a 1949 realizó el servicio militar en Manises y afianzó su noviazgo con mi abuela, con la que se casó en 1958. En 1960 nacería su único hijo, mi padre.

Mi abuelo sorteó no sólo las dificultades aparejadas a los hombres y españoles de su tiempo como las dificultades económicas o casi un éxodo rural. Mi abuelo que hasta los cuarenta años estuvo viviendo en su aldea tuvo enfermedades respiratorias que estuvieron a punto de llevárselo por delante y muchos sustos en el corazón. Hablamos de cuando mi padre era un niño pequeño, muy adelantado a los suyos y a quién le propusieron continuar sus estudios en el Colegio Santa Ana de Utiel, donde a mi padre se le subió un curso (como se intentó hacer conmigo, pero aún a pesar de superar favorablemente las pruebas de CI y todo, hubo cierta 'china' en el zapato con un dibujo que no le gustó al psicólogo). Quizá una inteligencia heredada, quizá la inteligencia del esfuerzo, del valor, de un talento que poco a poco se va puliendo.

De mi abuelo Ramón poco más puedo decir. Que se mudó de Calderón a San Juan, no participó de un masivo éxodo rural como si hicieron muchos contemporáneos suyos, pero sí se mudó. De una aldea a otra que distaban apenas tres kilómetros y a la que se fueron andando y sin coche. Compraron una casa, en tiempos en los que se alquilaba, en la Calle Nueva de San Juan, cuando esta era una aldea pujante en la Vega del Magro, y que miraba a los ojos a la siempre hegemónica San Antonio. Una casa que no tenía agua potable, ni cañerías, y en los que se tenían que hacer las necesidades en un corral; una casa que hasta el año en que murió mi abuelo (2013) no contaba con un sistema de vitrocerámica y en el que se tenía que calentar la sartén con una bombona. Recuerdo yo la de veces que he tenido que meter la bombona. 

Y aún así, aún a pesar de las carencias, vivió feliz. Si tenía que doblar turno en el campo para que mi padre - quién nada más acabar el servicio militar quería estudiar carrera universitaria y no tirarse la vida en el bar - pudiera estudiar lo hacía y a su vez, le seguía enseñando a mi padre la utilidad y la bondad del trabajo duro. Si en mi casa hasta mediados de los años 80 se seguía asando una patata, una simple patata, en una estufa de madera se hacía. Época de pocos caprichos, época de sufrimiento y se salió adelante.

Por eso, yo me siento orgulloso de ser el nieto de tan egregio hombre, me siento orgulloso de que cuando yo pintaba y dibujaba, cuando tenía una carrera artística por comenzar, él colgaba mis lienzos y mis dibujos en su sala de estar, porque él siempre se sintió orgulloso de tener un nieto como yo, siempre se gloriaba de hablar de mí. Porque él y nadie más que él, me entendió. Porque yo a él le he dedicado cuadros, dibujos y artículos como este, a él le he dedicado lo poco bueno que me ha pasado en la vida, porque sé que en las muchas veces que me abato, él estará ahí para acompañarme y guiarme. Desde el cielo. Desde el cielo donde están los abuelos, desde el cielo donde están los más grandes.

Porque yo sí siento orgullo de tener cultura de la familia, orgullo de trabajar duro y orgullo de ser aldeano. Porque yo sí siento orgullo de tener valores que hoy día se pierden en medio de la vorágine globalista y torrebabelista. Porque yo te quiero, abuelo. Tenlo por seguro. Me disculpo si alguna vez pudiera haber hecho algo que te deshonrara, pero ten en cuenta que todo lo hice por ti, por tu nombre, por tu figura. Te quiero abuelo. Te quiero mucho. Por haberme enseñado todo lo que soy. A ti, consagro esta entrada. La mejor entrada de Cultura Hespéride.

Y, por cierto, a tres días del cumpleaños de dos personas, también muy especiales en mi vida. Personas especiales que nunca jamás pudieron conocer a mi abuelo, pero que si lo hubieran conocido, lo hubieran querido. Dos personas especiales como lo son los hermanos Mira (Borja y Carlos), a quiénes les deseo la mejor de las suertes y una felicitación de cumpleaños anticipada para el día 29 de octubre.


En memoria de mi abuelo Ramón, en el recuerdo de mi abuela Luz. En el recuerdo de su hijo. En el recuerdo de su nieto. En el recuerdo de todos cuantos le quisimos.


jueves, 22 de octubre de 2020

¿Qué pasa con la cultura, qué pasa con la ética de la estética?

Hagamos como Ludwig Wittgenstein, y establezcamos que ética y estética "sind Eins" (son uno), hagamos un "nulla ethica sine æsthetica", tan necesaria en este mundo cobarde y ávaro, sin justicia, sin belleza y también sin Dios, e intentemos establecer que, no es nada superficial este axioma latino. ¿Es que no son acaso la ética y el arte, auténticos emanantes de la estética y de la belleza? ¿Es que bondad y belleza no están relacionadas? Peor es lo que propone el posmodernismo beauvorista, "evolución" de las peores artes surgidas al albor del siglo XX y mal llamadas vanguardistas. Fue entonces cuando el arte dejó de tener esa función ético-estética, cuando dejó de ser la máxima expresión de la furia y el amor, del espíritu y la bravura, y de las sensaciones contrapuestas de genios. Se democratizó el arte, y se democratizó mal. Entonces cayó el Dios del arte, cayó Occidente, cayó la cultura, cayeron los cardum romanos, cayeron las columnas, cayeron el dórico, el jónico y el corintio, cayó el románico del Pantocrátor, el gótico de la Theotókos que recuperaba la perspectiva lineal, el renacimiento del antropocentrismo botticeliano y davinciano, el barroco de las tinieblas italianas e hispánicas y del regocijo flamenco, el recargadísimo rococó, el neoclasicismo que influyó hasta en la configuración de los Estados Unidos de América - quiénes querían ser una Atenas americana -, la rabia y la incomprensión del romanticismo o las marcadas y coloridas pinceladas del impresionismo. Cayó el arte y nacieron nuevos ídolos. Ni tan siquiera un antropocentrismo, no fue más que un egocentrismo hedonista que defendía - si es que defendía algún ideal - la ideología del 'porqueyolovalguismo', sin haber mérito de ninguna clase, dejándose de hacer arte. Dejándose de proclamar la única verdad, la verdad de la estética, dejándose de lado el susurro divino que a tantos hombres, que a tantos artistas inspiró a llegar a las más altas cotas.

¿Y qué es el mundo de hoy día? ¿Qué son hoy los Pedro Sánchez en España? No me refiero a un nombre que llevan millones de españoles y que es igual de común que un "Antonio López", un "Juan García" o un "José Martínez", me refiero a ESE - si es que se necesita ponerle en mayúsculas -, a alguien que no ha de ser únicamente considerado un traidor, un felón o un advenedizo, gracias a algunos que no son traidores a la Patria a la que pertenecen, pero no a la que sienten, porque únicamente abogan por su destrucción, no, Pedro Sánchez es el remate final del declive occidental, pero uno de tantos remates finales que ha tenido el declive de una civilización que abandona la estética de la ética, la ética de la estética. ¿Qué es lo que ha hecho Pedro Sánchez que sus predecesores desde la llegada del nuevo Dios que era el Régimen del 78 no hayan hecho? Aznar también pactó con secesionistas, por poner un ejemplo de alguien con una ideología contraria - pongamos en comillas, lo de ideología porque no hay idea, no hay acción, y en contrario, permítanme que haga casi una mueca más de desagrado que de risa - a nuestro ilustre y actual Primer Ministro del Reino de España (o de lo que quede de ella). Pues el mundo de hoy día, es una sociedad condenada, una sociedad de adocenados para los que todo esfuerzo y toda reivindicación cultural son algo totalmente ajenos, la grandeza de tiempos pretéritos, el orgullo de las raíces, se oculta por quiénes lo consideran ofensivo. Se vocifera la endofobia, se pide perdón hasta por el más simple acto y se promociona la mediocridad como la más alta cota a la que un se humano ha de aspirar. Si eres mediocre, si no divulgas, si vives a costa de quiénes trabajamos y nos partimos el lomo, si eres una persona que en otros tiempos hubiera sido considerado lo que demuestra ser que es el tonto del pueblo pero ahora eres líder de opinión de las juventudes de tu pueblo, si eres envidioso, si detestas tu patrimonio histórico y cultural, y si en definitiva, eres ese 'tonto útil' del sistema establecido por el posmodernismo, que emana del derecho positivo y no del natural, recuerda que recibirás prebendas, recuerda que serás el prohombre de esta nueva moral mundialista.

Protestas en Chile: Encapuchados incendian Iglesia de la Asunción en medio  de masiva manifestación en Santiago | Plaza Italia | Estallido social |  Sebastián Piñera | FOTOS | VIDEOS | | MUNDO | EL COMERCIO PERÚ

Cúpula de la Iglesia de La Asunción en Santiago de Chile que cae ardiendo en llamas tras los incidentes de la pasada madrugada del 18 de octubre.

Y mientras, vemos como se producen evidentes atentados estéticos, porque saben que el peor ataque que puede hacerse al común de un Pueblo, es el ataque a su patrimonio y a su cultura. Las protestas de Chile, independientemente de su legitimidad, se saldaron con un ataque a dos icónicas iglesias de su capital - de una capital fundada por Pedro de Valdivia y que tiene el nombre del Patrón de la Hispanidad - como lo son la Iglesia de San Francisco de Borja construida entre 1872-1876 por iniciativa de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (compañía que, desde su fundación el 29 de noviembre de 1633 por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, abogó por mejoras en la vida de agricultores, aldeanos y construyeron hospitales, orfanatos, residencias e instituciones psiquiátricas) y la Parroquia de La Asunción, destruida sin contemplación alguna y saqueada para posteriormente ser objeto de mofas por ello mismo, siendo remembranza de las peores imágenes de nuestra última Guerra Civil en la que los milicianos saqueaban hasta los osarios y se vestían de forma infame con la indumentaria litúrgica.

¿Pero se quedan ahí todos estos ataques a la cultura occidental, en la que el cristianismo desde Saulo de Tarso encontró su acomodo por su perfecta aclimatación a lo mejor de la Antigüedad? No. Pero recapitulemos, pues el término multiculturalidad implica destrozar cultura occidental, eurodescendiente o cristiana. E implica destrozar también lo que hubo 3.000 años antes de que viniese el cristianismo en Europa.

Pongamos un ejemplo palmario de atentados, de 'accidentes', como los que ocurren en Francia desde principios del siglo XXI, cuando la multiculturalidad entró arrasándolo con todo, merced al 'Liberte, Egalité, Fraternité' que dejó de ser libertad para ser esclavitud posmoderna, que ponía la igualdad por encima de la calidad y la equidad y la fraternidad que jamás reconoció como hermano al nacional al que siempre envidió. ¿Es accidente lo que ocurren con numerosos templos cristianos en Francia? Pues pueda ser, las casualidades - o las no tan casualidades - existen. 

Se incendió en París la iglesia en la que se filmó "El Código Da Vinci" | TN

Iglesia de San Sulpicio, de estilo barroco y neoclásico, que tomó más de dos siglos para construcción (1646-1870) y que tiene en su interior obras de arte que representan escenas bíblicas como la lucha de Jacob contra el ángel o la expulsión del general Heliodoro el Sirio del templo, ambas pintadas por Delacroix, y numerosas esculturas.

El incendio de Notre-Dame de París - uno de tantos monumentos consagrados a Nuestra Señora de ese arte tan 'mariano' que era el gótico - de 2019 fue el más conocido y el que más conciencia social movió, pero quizá de lo que se hable tan poco, es que un mes antes de la quema de Notre-Dame de París, el día 17 de marzo, se quemó la Iglesia de San Sulpicio, segundo templo más grande de París tras la famosa catedral, y que, como curiosidad 'mariana' hemos de reseñar que tiene un altar dedicado a la Virgen, rematado con un fresco en que la Madre se eleva al cielo rodeada de ángeles (pureza), santos (santidad) y doctores (conocimiento), de San Pedro a la derecha y a su izquierda, Sulpicio Pío (576-646), quién como obispo de Bourges, se destacó por su férrea disciplina y su bondad, junto a otras advocaciones marianas. 

Y, por supuesto, no podía faltar la clásica representación de la "Virgen con el Niño" aplastando a una serpiente, en una escultura del neoclasicista Jean Baptiste-Pigalle, flanqueada por columnas de Leptis Magna, que a Luis XIV le fueron ofrecidas en 1685 tras una de sus incursiones contra los berberiscos, destinándose unas cúpulas a la construcción de este bello monumento eclesiástico y otras al Palacio de Versalles.

Lo más sobrecogedor es ese trasfondo ideológico, de guerras de religión y de las continuas disensiones entre Occidente-Oriente, y como ya he mencionado con anterioridad, atacan al corazón, al pulmón del Pueblo: ese patrimonio histórico, cultural y artístico, ese patrimonio que se levantó por el buen hacer y por la inspiración divina de toda una comunidad nacional. "Los susurros de Dios" los llamamos los amantes del arte; las pulsiones, el talento y la piedra a pulir que la realidad nos lo demuestra. La piedra es firmeza, la piedra es solidez, la piedra es raigambre, es la unificación de un Pueblo, de una comunidad nacional en un credo común y una lucha espiritual.

Pero no sólo arden, en la Iglesia de Nuestra Señora de los Infantes de Nimes, con excrementos humanos se dibujó una cruz, se destrozó el altar, se profanó el sagrario y se robaron las Sagradas Formas, ocurriendo lo mismo en otra Iglesia de Nuestra Señora en Dijon, donde tras forzar la puerta del Sagrario, pisotearon las Sagradas Formas.

Por no hablar de la Catedral de San Pedro y San Pablo de Nantes, cuyo incendio se produjo el día 18 de julio de este mismo año - día de San Federico y conmemoración de un capítulo de nuestra Historia Patria, cuya sola mención hace que se regurgiten los más bajos jugos digestivos de algunos - y que acabó de confirmarse que fue provocado por un ruandés con estatuto de 'refugiado', que 'colaboraba con la jerarquía religiosa local' y al que, como siempre, se le intentó perdonar con un enésimo justificante, eximente de locura transitoria. De aquello que llaman locura transitoria, de cólera, de enajenación, cuando fue un grave atentado y no un mero acto vandálico de un guillado aislado, y más sabiendo la tea de determinada confesión a la que se le ha de llamar 'de paz'.

Y, efectivamente, estamos inmersos en una guerra de religión, en una guerra cultural, en la que todo lo que una comunidad construyó bajo un influjo divino, inspirados en lo puro y bueno, bajo la certeza de llegar a las más altas cotas y cimentados en la firmeza de la roca es derribado como el castillo de naipes que ante una nimia ventolera cesa toda resistencia. 

No es casualidad esa alianza, para nada improvisada, entre los poderes globalista, entre el posmodernismo y entre determinadas confesiones religiosas; a todos ellos les une la destrucción de la Verdad, de lo bello y de lo bueno. Observemos a los famosos Budas de Bamiyán, destruidos en 2001 por un vesanico ataque talibán, quiénes la dinamitaron sin contemplación alguna. ¿Saben qué representaba? La perfecta conjunción entre el arte griego clásico y el budista, ejemplificado en el reino grecobactriano, reino casi mitológico, que queda para la Historia, casi enterrado. Un reino (250 a.C.-125 a.C.) que en su época fue el más rico en todos los aspectos (socioeconómico, moral y cultural). Y a los talibanes, aquellos que jamás han tenido en ese deje virulento la creatividad y la unión de un pueblo en cimentados ideales, todo aquello les sabía mal, porque aquello representaba lo que ellos jamás habían logrado ser.

Santa Sofía, visita al Templo inquebrantable | Cuaderno de Viajes

En Santa Sofía (la Santa Sabiduría), uno encuentra preciosos mosaicos bizantinos, fue reunión también de importantes literatos y principal centro de peregrinación cristiano durante la Alta Edad Media. También hay inscripciones rúnicas (Halgdan y Ári) que muestran la coincidencia entre vikingos y bizantinos.

En el fondo, es lo que ocurrió también en Turquía este pasado verano con Hagia Sofía, construida por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, entre 532-537, que desde su definitiva construcción (537) hasta la caída del Imperio Bizantino a mano de los otomanos (1453) ejerció como catedral de la Iglesia Ortodoxa Helénica, salvo un paréntesis (1204-1261) en que lo fue de la Iglesia Católica. Siendo durante más de nueve siglos - que se dice pronto - un templo cristiano, e incluso desde que era una simple Iglesia que ejercía desde el 360, por lo que hablamos de casi 1.200 años como uno de los vigías de la cristiandad. Fue mezquita imperial bajo los otomanos y tras la laicización y la 'occidentalización' que preconizaba Mustafa Kemal Atatürk - siendo estos los cimientos constitucionales para regir una sociedad islámica y antieuropea como la turca - se convirtió en un museo, y por tanto de titularidad del Estado. Independientemente de que, a mí, a título personal, como católico practicante, me pareciera también una profanación el que una Catedral fuera convertida en un museo, al menos, se tenía una funcionalidad clara, se demostraba lo que fue, los vestigios de lo que fue durante años el principal centro de peregrinación para cristianos y donde confluyeron artistas y pensadores. Llegó Erdogan, de deje panturánico, otomanista y financiador de esos 'hombres de paz' que a diario - y no sólo con atentados - asaltan lo más sagrado de nuestro Pueblo, y en 2020 decidió devolverle esa funcionalidad como mezquita. No ardió un templo, no ardió un monumento, pero tampoco se han de agradecer esos velados atentados estéticos, que tienen en medio de ese desmedido fanatismo islámico, la ocultación de los mosaicos de la Virgen con el Niño y el anunciador Arcángel Gabriel, por situarse en la zona orientada a La Meca para el rezo musulmán.

Mezquita-Catedral de Córdoba | Sitios de España

Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Córdoba, cimentada sobre la Basílica de San Vicente Mártir, que aunque no fuera la gran basílica que durante mucho tiempo se argumentó, los especialistas sí consideran que las evidencias de allí eran templos cristianos, aún humildes y que fueron la 'caput anguli' de las comunidades cristianas de la zona.

Idéntica situación a la de la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Córdoba, porque es Catedral, no mezquita-catedral ni cosas parecidas (nótese como sitúan el mezquita antes que Catedral), cuando esta fue levantada - en el 780 - sobre la Basílica de San Vicente Mártir y otras iglesias anexas, de gran importancia episcopal para Córdoba. Pues bien, aún a pesar de las reformas posteriores durante el Gótico, durante el Renacimiento y durante el Barroco, a este edificio se le sigue considerando un edificio islámico, y no precisamente por haberse construido durante el período de estadía de estos tipos en la Península, sino únicamente por ideologización y desarraigo. Aprovecho para decir que, independientemente, de mi desapego hacia todo lo islámico por lo que supone esa sociedad, su arte - el cuál no es arte arábigo, ni norafricano, ni musulmán - también tiene un punto de belleza. Lástima que no hubiera innovación, y todo, todo fueran préstamos - como en todos los estilos artísticos, pero aquí de una forma más descarada y sin mediar creatividad - de sus coetáneos. 

Obviamente, yo no quiero anular ninguna expresión artística, ni hacer un ejercicio de etnocentrismo, pero es evidente, muy evidente, que no todas las culturas son iguales, y que algunas culturas han desarrollado más la creatividad y han realzado más el espíritu que las otras. 

Recordemos Palmira, destrozada en 2015 por los islamistas, donde estaba el templo del Baal - para culturas semíticas y arábigas, el dios del tiempo -, la destrucción y decapitación de estatuas en la ciudad iraquí de Hatra, la total devastación de la mítica capital asiria de Nínive o de su capital precedente como Nimrod, y la destrucción de iconos en el Norte de Malí en 2015. Recordemos las vesanias islamistas y recordemos que es lo primero que atacan estos malditos terroristas.

Recordemos que la Cultura - sí, con mayúsculas, la Cultura - jamás abandonará al Pueblo, se nutre de él - igual que nosotros nos nutrimos de ella -, y siempre, siempre, será la máxima expresión de la genialidad y de la capacidad de una comunidad, de una comunidad que recibe los susurros divinos, los susurros de la más alta exaltación, de las más altas capacidades.

Porque este mundo cobarde, avaricioso y dejado de la mano de Dios y de la Providencia, desprecia la excelencia y desprecia a todo aquel que intente medrar sin depender de prebenditas, desprecia a todo aquel que intente divulgar, a todo aquel que tiene un mínimo de creatividad y todo por la institucionalización de la envidia. Y por desgracia, también se institucionaliza la pereza del que quiere ver al genio destrozado y enfangado, y la avaricia del que no desea ni superarse a sí mismo y ni tan siquiera igualar o superar los logros de su prójimo, sino que este, este sea peor que él a toda costa. Vemos como todo tipo de reivindicación de genialidad es despreciada, porque al mundo de ahora no le interesan librepensadores, ni tampoco gente con cultura. ¿Que arda patrimonio cultural? No hace falta, cuando ardan monumentos, ya habrá alguien que aplauda de forma mecánica y babeante. Arderá la cultura, arderán las ganas por saber más y porque la sociedad actual - recordemos que tienen como voceros a una clase política castuza y despreciativa - a ello lo aboca.

Así se ve, cuando en España se sube al 21% la adquisición de libros o como cuando se pone que se puede pasar de ESO y Bachiller sin límite de suspensos. Finalmente, la nota de corte baja y se tendrán licenciados que no sabrán nada de la materia que en su carrera se da. Así se ve también como en España no se sabe nada, pero absolutamente nada de su digno patrimonio cultural, ni de su naturaleza, pero sí de las tarascadas que el 'panem et circenses' - y ahora más lo último que de lo primero - del fútbol y la política montan. 

La Torre Eschenheim de Frankfurt, que es otro monumento que ilustra esta entrada, es conveniente sacarla a colación, para que sea nuestro ejemplo de vida. Francfórt del Meno, fue la capital de los francos, fue una Ciudad Imperial Libre (Freie Reichsstadt) teniendo su propio Reichsunmittelbarkeit, con el que las ciudades con el estatus de libres, no necesitaban de intermediarios ante el emperador, y siendo la ciudad que hasta 1806 elegía al Emperador, y desde 1562 la ciudad en donde se coronaba. Ahora se le llama Mainhattan, por ser el Manhattan de amplísimos rascacielos a orillas del Meno, ahora es la ciudad donde una familia como los Rothschild empezó expandiendo sus tentáculos hasta dominar el mundo por lo malo, ahora es la capital del BCE donde ejercen Christine Lagarde, esa señora que decía que los ancianos costaban dinero, y Luis de Guindos, quién tuvo la desgracia de ejercer de nuestro Ministro de Economía y partícipe del hundimiento de Lehman Brothers en 2008, un hundimiento que también influyó para la grandísima crisis económica - y moral - de aquel mismo año, y cuyas consecuencias hoy duran. Pues bien, esta muralla fue construida entre 1426 y 1428, y parece una simple torre, pero es la perfecta conjunción de funcionalidad y de estética, de recordarnos hacía donde habrá de derivar el mundo si lo cogemos por los cuernos y el esplendoroso futuro que tras la lontananza habrá de divisarse. Un futuro en el que nos mantengamos en pie frente a un mundo en ruinas, que considera que lo mejor será siempre la homogeneización, la mediocridad y la fealdad. Y yo, no quiero fealdad de alma, ni fealdad estética, yo quiero belleza, yo quiero seguir con la autoexigencia. Sean más coherentes, defendamos la cultura.

"Donde hay poca justicia es un peligro tener razón" (Fco. de Quevedo Villegas), y no le faltaba razón - pido perdón por la redundancia y la gracieta - de lo que nos encontramos a diario.

JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 22 DE OCTUBRE DE 2020

domingo, 4 de octubre de 2020

Separatismo catalán. Un problema que viene de antaño y continuación de lo mismo de siempre.

 (Cuento con información que utilizaré para el proyecto de libro que estoy escribiendo)

Cuando uno oye hablar de separatismo catalán, piensa en una disyuntiva relativamente joven. Acertadamente, suelen situarla con la llegada de la "democracia" a España y la promulgación de una nueva Constitución, de la que suele hablarse hubo mucho consenso y que tiene la particularidad anecdótica de que se fraguó entre partidas de futbolín porque los líderes políticos no se soportaban, y no únicamente por las evidentes divergencias ideológicas, sino por otros factores de índole personal.

Sí es cierto que la promulgación de la Constitución benefició en demasía a las reivindicaciones de los nacionalistas periféricos, pues si algunos la consideran, estructuralmente, similar a la carta magna italiana de 1949 por ese "sentir autonomista", realmente rescataron rescoldos de la Constitución Republicana de 1931, aún a pesar de que esta defendía un estado integral y jamás se previó en ningún momento la independencia de ninguno de sus territorios. Así bien, vemos como la disposición transitoria cuarta, prevé la unificación de Navarra a las Provincias Vascongadas - a la que se da el nombre de País Vasco - por prohibir expresamente el art. 145.1 de la Constitución Española la federación de comunidades autónomas (duda seria: ¿sería inconstitucional la unificación de Navarra con el País Vasco? Un artículo prohíbe toda federación, pero este específico supuesto se contempla en una disposición transitoria y hasta en el Estatuto de Autonomía del País Vasco). Los rescoldos rescatados fueron los de las mal-llamadas 'naciones históricas' que fueron las siguientes, a saber: Galicia, Vasocongadas (incluyendo Navarra), Andalucía y Cataluña; y recibieron ese apelativo por haberse acogido a la implantación de un estatuto de autonomía durante la II República, aunque hubo otras regiones como Aragón, Castilla La Vieja o Valencia cuyos estatutos se quedaron en anteproyectos. Y ya recordamos lo que ocurrió con Cataluña y la famosa proclamación del Estado Catalán, el día 6 de octubre de 1934, dentro del marco de una supuesta "República Federal Española", por no contar con otras famosas asonadas anteriores durante la época de Primo de Rivera y gran parte de la época de la restauración borbónica.

Pero vayamos por partes y veamos que no existe un sustrato nacional, tampoco una unidad espiritual, que preceda este sentimiento 'nacionalista' catalán. Puede ser que ideológica e históricamente - más bien con 'historia de las ideologías' - tenga los tintes de lo que se consideraría un nacionalismo, especialmente si se atiende a la contemporaneidad en la que se encuadraron como las famosas revoluciones nacionales a lo largo del continente europeo, ya que en Cataluña surgió un movimiento como fue el de la Renaixença para protestar contra la gestión centralista de Espartero, materializada finalmente en las insurrecciones de 1843. 

La historia de las ideologías, si nos dice que el independentismo catalán puede ser considerado un nacionalismo, al menos porque al surgimiento de la Renaixença, esta era contemporánea de otros movimientos nacionalistas y liberales de Europa, de los que tomó una importante inspiración, y siendo una postergación del romanticismo europeo. El pistoletazo de salida de este movimiento lo da la publicación del poema "Oda a la Patria" de Buenaventura Carlos Aribau, siendo por primera vez - en más de tres siglos - la primera publicación catalana, continuándose este 'renacimiento' de lo catalán con el "Diari Català", "Lo Catalanisme" de Valentí Almirall y unas bases para una constitución regional catalana - las conocidas como 'Bases de Manresa' - entre 27 y 28 de marzo de 1892, que aunque no acabaran de cristalizar del todo para la configuración de un hipotético nuevo estado independiente, asentó el fundamento del catalanismo político conservador. Una constitución - un proyecto constitucional, si se es más fidedigno - que sirvió para la evolución del conservadurismo político catalán.

Y se acuñó entonces por Joan Fuster el término de 'Paisos Catalans' para englobar a toda la comunidad lingüística común catalana desde el sur de Francia hasta Valencia y las Islas Baleares, desarrollándose el famoso mito del pino de las tres ramas - el 'pi de las tres branques' - situado en la comarca del Berguedà, en el municipio de Castellar del Riu, el cuál lleva muerto desde 1913 y que antes de toda reivindicación catalanista era visto como un símbolo de la Santísima Trinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Snto).

La Renaixença - o 'Renaixensa' con la 's', cabiendo recordar también que la famosa 'ce cedilla' también es usada en el castellano - además surge como una respuesta a la disglosia castellana, pues prácticamente desde el siglo XV, las principales obras - y muchas de ellas temáticas catalanas - eran escritas en castellano, siendo el idioma que utilizaban literatos, escritores y nobles. La figura de Raymundus Lullius - Ramón Llull en catalán - era una figura muy reivindicada, pero todas sus traducciones al catalán, habían quedado en el olvido. Fue el conocido como período de diglosia - no confundir con disglosia - de la lengua catalana, donde esta quedaba como únicamente una lengua regional y de pueblo frente al imparable castellano, apareciendo desde entonces las principales reivindicaciones contra todo lo castellano. 

Se llega hasta el punto de usar una ciencia como la craneometría - ciencia que aprovecho para puntualizar que a mí me encanta y me fascina, y que es muy exacta - para intentar legitimar el supremacismo catalán sobre el castellano. Así pues, no ya sólo sin ninguna evidencia científica o médica, sino sin los medios necesarios para que se le dotara de oficialidad, el médico Bartolomé Robert, alcalde de Barcelona, el día 14 de marzo de 1899, intentó exponer las diferencias craneales, asegurando que en el Reino de Valencia se era tendente a la dolicocefalia, en Galicia y Asturias a la braquicefalia, y en Cataluña era la mesocefalia la que predominaba. Para los neófitos sepan que braquicéfalo es cráneo plano, dolicocéfalo es cráneo protuberante - para los NS, la dolicocefalia era símbolo de ariedad, es algo muy común en las razas nórdicas o con rasgos puros europeos reducidos - y la mesocefalia está a medio camino entre la braquicefalia y la dolicocefalia, siendo el tipo más común. Una teoría a la que Ramón y Cajal se opuso enérgicamente, al poner sobre la palestra el auge de la pseudociencia y la falta de recursos e incentivos a la arqueología y la historia en Cataluña que llevaban a esta falsa creencia. Una falsa creencia que tenía orígenes literarios, al asegurar que no se claudicó ante las influencias hispanas, ni las francas, algo que, como se podrá comprobar, en el Rosellón y la Cataluña francesa - Cataluña al fin y al cabo - es totalmente falso, pues fueron - y siguen siendo - zonas completamente latinas, de poca incidencia franca y más tendentes a lo hispano. Al hilo de esto, huelga decir que políticos con activa participación en el prusés como Oriol Junqueras han usado estas argumentaciones, las de las supuestas diferencias raciales, para intentar hablar de un pueblo catalán y diferenciado del resto de España, hablando de que España, junto a Alemania (norteños bálticos y sureños alpinos) e Italia (norteños de influencias más nórdicas y sureños de influencias más africanas) eran los únicos estados - nótese como no dice país - donde había imposibilidad de agrupar a toda la población en un grupo genético, una interpretación genérica de un estudio que decía que las diferencias raciales en Europa eran casi inapreciables, debiendo tomarse más en cuenta el alejamiento gradual por la distancia geográfica.

Pero todo este supremacismo, todo este clasismo y todo este falso nacionalismo - porque recordemos, no hay 'nación catalana', no hay 'etnia catalana' - no surge de una ideología del siglo XIX, sino que tiene sus orígenes en la Edad Media. Cuando Carlomagno, rey de los francos, se enfrenta a los omeyas y quiere ganar posesiones en la Península Ibérica, va consolidando una especie de zona 'colchón' en el sur peninsular para contener a los Banu Qasi, una zona que fue ganando independencia tras la imposibilidad del rey franco de tomar Zaragoza y la alianza que este hizo con el valí de Barcelona para tomarla, siendo otra vez más un intento infructuoso, que le lleva a destrozar Pamplona, recibiendo una emboscada de los vascones. La Marca Hispánica, que fueron un conjunto de condados que fueron consolidándose, seguían la estructura geográfica y administrativa de la provincia romana de la Tarraconense, estabilizándose a lo largo del siglo IX, destacando la firma de la Capitulación de Quierzy, para la regulación de los condados en pos del buen funcionamiento imperial, con la introducción de la heredad de los principados y sus cargos, independizándose 'de facto' la Marca Hispánica. Destacan a lo largo de este siglo, condes francos como Aureolo y Aznar I Galíndez - el primer conde de Jaca, según numerosos historiógrafos -, cuyos condados pasarían de la Marca Hispánica al vecino Reino de Pamplona, y serían el germen del futuro Reino de Aragón. 

Y es aquí, en la época de la Marca Hispánica, donde surge el nombre de Cataluña. Algunos hablan de la historia de los Nueve Barones de la Fama que conquistaron Cataluña a los sarracenos y donde destacaba Otger Cataló, casi coincidente con el Duque de Aquitania y una figura muy gloriada durante la época de la Renaixença, otros datos más exactos y fidedignos históricos hablan de Gotholandia (país de los godos), que era el nombre que desde el reino de los francos se daba a la Marca Hispánica o a todo lo que estuviera al sur de los Pirineos, pero sin duda la acepción más generalizada viene por los guardianes de los castellanos. Las continuas fortificaciones de la Marca Hispánica, hicieron que tuvieran numerosos guardianes, a los que se les denominaba como castlanus y a los que todo extranjero que se dirigía la zona de la Marca Hispánica conocía de esa forma. Otra hipótesis refiere a la Batalla de los Campos Catalaúnicos en las que hunos, apoyados por ostrogodos, gépidos, hérulos, turingios, lombardos, esciros, vándalos, escitas y avaros perdieron frente al Imperio Romano de Occidente y los visigodos con los que tenía establecido un foedus, pero aceleraron la posterior disgregación imperial. Batalla ocurrida, según algunas fuentes, el 20 de junio del 451, y según otras, el 20 de septiembre del 451.

La impostada superioridad del separatismo catalán se va cayendo por su propio peso, más teniendo en cuenta que cualquier vinculación que se hiciera de Cataluña, se hacía con España o con la 'tierra de los godos'. 

Y, durante el siglo XIII, la Corona de Aragón buscó una expansión por el Mar Mediterráneo, a fin de afianzar su poderío, dejando de lado la ganadería, actividad clásica en Cataluña y practicada especialmente por los ilerdenses, creciendo Barcelona, situada en una zona geográfica muy poco propicia para la salida al exterior y de irregular crecimiento poblacional en detrimento de una Tarragona - anterior Hispania Citerior Tarraconensis, pero despoblada en sus zonas interiores en detrimento de las zonas costeras - que aunque reverdecía laureles y servía de pequeño puerto, no pudo aguantar el empuje barcelonense. Este siglo es un siglo muy mercantilista, marcado por las rutas comerciales, por el espíritu de una sociedad que quiere abrirse a las ciudades, considerando que su devenir en el campo está anquilosado, buscando no únicamente la realización personal, sino también el crecimiento espiritual - pensamiento muy ciceroniano - que confería el desempañar un buen oficio con dedicación y esmero, aunque también se metía de por medio un crecimiento urbano jamás antes visto, que acabó con todo plano castrense romano, y un hedonismo desaforado. Barcelona, creció como creció Jaca con sus fueros medievales, atrayendo a gente de fuera y a burgueses locales para que crecieran como ciudad. Se establecieron cinco rutas principales: Norte de África (transporte de oro y esclavos), ruta de las islas (transporte de sal y trigo, con Barcelona de puerto matriz), ruta de Bizancio (conexión de Europa con Asia, transporte de algodón, especias y esclavos), ruta ultramarina (prolongación de la anterior y que conducía hasta Constantinopla) y la ruta de Occidente (hasta la capital comercial europea como lo era Brujas, donde Cataluña no encontró importancia en su comercio lanar). Surgieron también las Ordenaciones de la Ribera (Ordinationis Ripairiæ), para contener a los piratas sarracenos y que protegían al comerciante. Competencia mano a mano de Barcelona con las cuatro repúblicas marítimas: Amalfi, Pisa, Génova y Venecia.

La burguesía catalana, tan crecida, se comportó de una forma muy despreciativa y clasista, generando una bicefalia alarmante con el Reino de Aragón. En el siglo XIV, ante el declive de Cataluña en detrimento de Valencia, las Cortes Catalanas - las cuáles habían sido previamente convocadas en 1289 en Monzón - crecieron hasta la fundación de la Generalitat de Catalunya o Diputación del General, donde el poder mercantil tendría un papel destacado, aún a pesar de sus grandísimas marginaciones. 

La firma del Compromiso de Caspe - como todos los documentos de la Corona de Aragón - anteponía la legitimidad jurídica por encima de cualquier poder político, algo que a los "poderes mercantiles", que ejercían autoridad como auténticos lobbies actuales, no les hizo ninguna gracia pues consideraban que Cataluña perdería toda "independencia" ante una eventual unión de las Coronas de Castilla y de Aragón, iniciándose un período de inestabilidad política en Cataluña, con el asesinato de García Fernández Heredia, arzobispo de Zaragoza, a manos de Antón de Luna, partidario de Jaime de Urgel. Tras esto, se firmó la Concordia de Alcáñiz, que aún a pesar de ser equitativa para todos - Cataluña, Aragón y Valencia eran representadas, cada uno, por tres parlamentarios - no fue del agrado de los partidos urgelistas quiénes se lanzaron a tomar Valencia, siendo detenidos en Murviedro por las tropas partidarias de Fernando de Antequera, el que a la postre sería nombrado rey de Aragón el día 28 de junio de 1412 con el nombre de Fernando I de Aragón, y jurando su cargo ante las Cortes acompañado de su hijo Alfonso. Y aún a pesar de que este monarca recibía la aprobación y el apoyo del conde de Pallars, el vizconde de Illa-Canet o Guerau Alemany de Cervelló, los urgelistas también tenían grandes apoyos como los Moncada, los Cardona, los Perellós, los Bernat de Cabrera y el vizconde de Roda, coincidiendo todo ello con la crisis del sector pañero y del sector marítimo en Cataluña, surgiendo el sindicato de la Biga - "nobles" - y la Busca - cuyo grueso eran los pequeños mercaderes, artesanos y agricultores, partidarios del proteccionismo y la devaluación de la moneda - que pusieron impedimentos a la conquista de Nápoles. El crecimiento poblacional, exponencialmente inverso al de los cultivos agrícolas, fue un problema añadido a que los 'bigaires' como grupo de presión protagonizaban enconados enfrentamientos para buscar favores reales. Ambos bandos eran eminentemente antitrastamaristas, pero fueron los 'buscaires' los que apoyaron decididamente a Alfonso V de Aragón, "El Magnánimo". En 1453, se produce un "golpe de estado" a nivel municipal, que provoca la designación directa de los miembros del Consell de Cent - antiguo consistorio municipal de Barcelona - y a mantenerlos fijos, un golpe de estado instigado por Alfonso V, y que tendría sus coletazos finales con su hermano pequeño Juan II al llegar al trono de Aragón, un rey de educaciones y sentires castellanos, de sesenta años y de una avanzada ceguera, que fue motivo para los 'bigaires' para legitimar toda acción antimonárquica. 

Hay que destacar las 'guerras remensas', así denominadas por el movimiento remensa, que tomaba su nombre de la 'redimentia', el pago que en concepto de rescate habían de abonar los campesinos a sus señores para abandonar la tierra, siendo este uno de los seis malos usos (o 'mals usos'), en virtud del 'ius maletractandi', como lo eran la intestia, la exorquia, la cugucia, la ársia, la firma de spolii (derecho de pernada) y por último, la remensa. El movimiento remensa contaba con apoyo real desde 1388, bajo el reinado de Juan I de Aragón, y contando también con el apoyo de una mujer de dotadas virtudes como lo era María de Luna, esposa de Martín I el Humano, quién convenció al Papa Benedicto XIII para que expidiese una bula que pusiera fin a esas "pestíferas y reprobadas servidumbres". La primera guerra remensa, tuvo lugar entre 1462 y 1472, encabezándola Francesc de Verntallat, quiénes apoyaron a Juan II de Aragón contra las instituciones catalanes, sin embargo, el problema agrario no se abordó del todo, por el apoyo que el monarca tuvo de señores feudales. Un conflicto que continuaría con su hijo Fernando el Católico - quién por cierto sufrió un intento de asesinato el día 7 de diciembre de 1492 por parte del campesino remensa Juan de Cañamares - debido a que revocó la pragmática sanción que Alfonso V, su tío, firmó en 1455 y que suspendía los malos usos. Esta rebelión la lideró Pere Joan Sala el 22 de septiembre de 1484, siendo derrotado seis meses más tarde en Llarona, finalizando con la Sentencia arbitral de Guadalupe, que fue un gran avance, ya que perdonó definitivamente de los malos usos a los campesinos de remensa. 

Como aquí se ve, los aires de independencia de Cataluña, no fueron promovidos por un sustrato nacional, espiritual o histórico, sino únicamente por las apetencias económicas y políticas de sectores burgueses que no querían ver menguado su poder, que consideraron una traición que llegara al poder un candidato castellano, un extranjero trastamarista. Irónico es, que la siguiente gran sublevación catalana, la protagonizaran campesinos aliados junto a la Diputación del General del Principado de Cataluña, donde el eclesiástico Pau Claris se alió con el Reino de Francia. El actual himno de Cataluña, de nombre 'Els Segadors', toma su denominación y letra de estos hechos históricos acaecidos entre 1640 - especialmente con el Corpus de Sang el día 7 de junio en Barcelona que desembocó en el aseesinato de Dalmau de Queralt, el Virrey de Cataluña - y 1659. Una rebelión que, curiosamente, se cimentó en la defensa de la religión, pues se aseguró que el mismo día del Corpus de Sang, los ejércitos reales cometieron todo tipo de sacrilegios en la Eucaristía, quemaron conventos y violaron mujeres.

Así pues, en conclusión, el mal llamado 'nacionalismo catalán', que realmente sólo lo sería sobre el papel ideológico y coyuntural, no tiene ninguna precedencia de ningún tipo, ningún sentir popular que lo inspire, únicamente el supremacismo y el clasismo de una clase dirigente, que ha sabido ubicarse bien (como en el caso de la Guerra Civil Catalana entre los nobles bigaires y los trabajadores buscaires), vender la soberanía (Pau Claris a Luis XIII) o inventar un pasado trufado de glorias y romances carentes de fundamento histórico, sustentados en una falta de rigor científico más basada en la visceralidad que en la evidencia (Renaixença y posteriores asonadas separatistas). Es imperativo el educar a los jóvenes españoles en el amor a la Patria, única e indivisible, que es la nuestra, educarles también en lo que fuimos, hemos de ser y seguramente seamos, en nuestra Nación en destino de lo universal, y sobretodo, mandar un mensaje a autoridades, de que pongan freno a toda aspiración de quebrantar España, castigando y no dando prebendas de 92.000 euros como a cierto presidente inhabilitado por colgar banderitas y no por declaraciones ofensivas contra el común de los españoles. Eduquemos en ello. 

Alfonso V El Sabio y Magnánimo, o Alfonso III El Liberal - Colección -  Museo Nacional del Prado

Alfonso V el Magnánimo (1396-1458) - también llamado 'El Sabio' - segundo rey Trastámara de Aragón, entre 1416 y 1458. Cuadro de Felipe Ariosto, 1634, expuesto en el Museo del Prado.

--- JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 4 DE OCTUBRE DE 2020 ---

Fuentes:

http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE07/HEM/1899/03/15/LVG18990315-004.pdf (Craneometría)


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