lunes, 23 de enero de 2023

En homenaje de mi querida abuela Luz

Tal día como hoy, hace 91 años, nació mi querida abuela, Dª María Luz García Arenas, fallecida hace ocho meses, el día 1 de abril de 2022.


Hija de Julio García Cardona (de padre de Oliete, localidad del norte de Teruel, y madre de Los Duques) y de María Arenas Martínez (de padre de la Balsa de Ves y madre de Requena capital); se crió con su única hermana, Matilde (exactamente cuatro años mayor que ella y que falleció en 2020), y sus primos en la finca de "La Manchuela" en Barrio Arroyo.

Desde muy pequeña, ya supo lo que era sufrir en la vida, pues no en vano, sólo tenía cuatro años cuando comenzó la Guerra Civil, y tuvieron que dar cobijo en su casa, a familiares madrileños pertenecientes al cuerpo de la Benemérita, que habían sido acusados de sumarse al Golpe de Estado.

Como muchos recordarán, se estableció por la zona de la Vega del Magro, la conocida como "Vega Roja", el único intento de independencia municipal de una zona con mucha solera, y las aldeas de Calderón, San Juan y Barrio Arroyo, fueron un pequeño ente territorial inframunicipal que adoptó el tradicional nombre de "La Vega Roja", llamado así por lo rojizo de su terreno, y no tanto por la ideología. 

El caso, es que los comisarios políticos - no eran ni alcaldes pedáneos, ni nada - no "hacían prisioneros", o al menos, esa era su norma general. Si en otras aldeas de Requena y en otros territorios de la comarca, la represión del bando rojo fue brutal, en La Vega se intensificó bastante.

Cualquiera que fuese "sospechoso" de poseer (y trabajar) tierras o de haber ido a misa alguna vez en su vida, podía pagarlo con una grandísima pena o con su vida. Huelga decir que los que ejercían esa "autoridad" e imponían esas draconianas condenas, no eran naturales de las aldeas de La Vega. Algunos como el inclíto Rafael Leiva Gallego - a quién se le afama el haber reestablecido la tradición de "Moros y Cristianos" en la aldea de San Antonio de Requena, sin ser eso cierto - provenían de localidades de Albacete y se encargaron de hacer juicios sumarísimos que dejan a las Chekas madrileñas en mantillas. Uno que tuvo la desgracia de caer en esos juicios, fue el padre de mi abuela Luz, Julio. 

Digamos que fueron a por él, porque cobijaba a los primos de mi bisabuela injustamente represaliados, tenía unas viñas muy buenas y fértiles donde hoy se levantan las Bodegas Sierra Norte (viñas que, afortunadamente, siguen siendo de nuestra familia), y era católico practicante. Se le imputó tener una escopeta de caza. La suerte fue que únicamente le vejaron, pero no lo mataron. Le obligaron a ir al Frente del Ebro junto a milicias anarquistas de La Vega, aún a pesar de tener ya 38 años, en julio de 1938, estando a punto de morir en Tarragona. 

Recordado - en su justa medida - todo esto, mi abuela Luz creció con las dificultades propias de una sociedad de posguerra. Sus profesores decían de ella que tenía madera de ser enfermera, pero lamentablemente, la falta de posibles, hizo que, como muchos otros niños de su época, no pudiera continuar estudiando. 

Y aquí llegamos, a cuando se casó con mi abuelo, en enero de 1959. El año que viene, por estas alturas, hará 65 años de su boda. Sólo tuvieron un hijo, a mi padre, Javier, el 19 de febrero de 1960. Resulta que Javier, era una persona con mucho talento y mucho potencial, así que se le recomendó que se le subiera de curso. Y cuando tenía trece años, empezó la secundaria en el Colegio Santa Ana de Utiel, para luego volver a la escuela de Calderón, ante un caso de bullying. Mi padre, acabó licenciándose de Derecho, después de haber trabajado en Cataluña con dieciséis años y haber hecho el SMO en Madrid en 1981.

Y luego nací yo, en el 2000. Y fui el único nieto de mis abuelos paternos, que me recibieron con gran alegría. A mí, por mis altas capacidades, me quisieron subir de curso en el colegio, lástima que el politiqueo existente no me lo permitiese. Una gran lástima.

Mi abuela, tenía que madrugar para cogerse la Alsina y venir a Requena, a recogerme en el colegio. Cuanto bullying sufrí y como salí adelante, porque mi abuela me quería y me entendía siempre. Hasta en el instituto, cuando ella ya se estableció con nosotros, tras el fallecimiento de mi abuelo Ramón (la semana pasada - 16 de enero - hizo diez años de su fallecimiento).

Hasta el final siempre, conmigo y con todos nosotros.

Aquí, lo que yo leí, el día de su funeral en la Iglesia de San Juan:

Luce dei miei occhi, brilla su di me

Voglio mille lune per accarezzarti
Luz de mis ojos, brilla sobre mí. Quiero miles de lunas para acariciarte.
La Luz de mis ojos, la Luz de mi Vida y la Luz de mi pensamiento, la Luz que dejaba que guiara mis pasos.
Ese era el nombre de la más grande, María de la Luz. Un nombre que evoca la brillantez y la luminosidad aún en los peores momentos, porque siempre existía la esperanza de salir adelante.
Mi abuela siempre me miraba con la mirada más sincera que existe, asintiéndome siempre con la sonrisa más bonita de todas, aquella que no encuentra palabras para describirse, porque sólo aquellos que la entendían a la perfección, podían conocerla. Así pues, Job 17-12 decía que “la noche se convirtió en día, tras las tinieblas espero la luz”.
Las tinieblas que existían en la vida normal y que nos encontrábamos a todas horas, ella las aplacaba con sus abrazos interminables y con sus besos sentidos. Era la perfección hecha humana. Trascendió al final y trascendió a todos los tiempos.
Quién la llamara Luz, sabía lo que hacía. En una mirada se conocen a las personas, y si esa mirada es una mirada de claridad y pureza, uno sabe lo que encierran los ojos. Tenía un ángel especial y un brillo singular. Porque "...el último enemigo que será abolido es la muerte" (1 Corintios 15:26).
Cuando yo emprendía, ella siempre me respaldaba, animándome a que saliese adelante. Ella me hacía saber que estaba conmigo siempre, incluso en los momentos en donde todo parecía perdido. Las peores batallas, las que se dan a los mejores, las libraba ella, y las vencía de una forma sublime, sin necesidad de hacer resonar su triunfo.
Ella jamás quiso protagonismo, pero su mano y su espíritu me guiarán en todo, y se quedarán conmigo para siempre. Ella sí es la protagonista, la protagonista de mi vida. Paradójicamente, ella ha sido capaz de privar de Luz a la primavera, pero a su vez de congregar a tantas flores para despedirla.
“Et lux in tenebris Lucet” (Evangelio de San Juan 1-5), que dice que “la luz lució en las tinieblas”. Porque ella edificó Arenas sólidas de vida y de esperanza, ahora me tocará a mí ser la Luz en la vida en alguien.
La Luz con mayúsculas, porque quién ilumina la vida de las personas, no es una persona, sino un ángel que cae del cielo para todos aquellos que lo necesitan. No es el final, nada es el final, y muchísimo menos para ti. Abuela y madre. Madre Luz.
Por siempre, eternamente, Madre Luz.
DEP María Luz García Arenas (23/01/1932 - 01/04/2022)
Hay una persona, muy especial para mí, que me ha acompañado durante mucho tiempo y espero que me siga acompañando, y a quién mi abuela quería mucho. A esa persona, de nombre, María Ballesteros Pardo, le dedico esta entrada, siendo sabedor que ella también seguirá el ejemplo de bondad que tenía mi abuela con todos.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Otra vez triunfa la barbarie, otra vez triunfa la ética antiestética



María del Pilar Alegría Continente, ínclita ministra, paladín de la mediocridad, promotora de las desigualdades y defensora de la mezquindad, a imagen y semejanza de María Isabel Celaá Díeguez

La Ley Orgánica 3/2020, del 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, del 3 de mayo, de Educación, tiene amplísimas aristas y no hay que quedarse únicamente en las más que evidentes reformas legislativas que tras ella subyacen, sino más bien en esa aplicación de la perversa Agenda 2030, la sanción iuspositivista de esa amalgama globalista y disolvente que Aldous Huxley describía en "Un Mundo Feliz", en un hobbesianismo que degenera en el peor de los orwellianismos. Así lo dice en el preámbulo de este texto legislativo. Y ante esta evidencia, lo que no puede hacer uno es caer en la ilusión de que la Agenda 2030 no sea una agenda política y antihumana, cuando resulta más que evidente.

Pero en el histórico legislativo de las leyes educativas en España no se ha tenido suerte, y esto podría hundir sus raíces incluso a la época del siglo XIX, época en la que los padres llevaban únicamente a los niños al colegio cuando llovía o cuando tocaba. Entonces, era muy díficil desligar algo tan sensible como la educación de entes anquilosados y cuando a mediados del siglo XIX, aparece el Plan Moyano en 1857, que reforma una anterior ley educativa de 1845, que estipula que la educación es un asunto de estado y buscó un consenso - ya por entonces imposible - entre determinadas formaciones políticas, aunque lo único que consiguió el bovedano - de Bóveda de Toro, Zamora - Claudio Moyano y Samaniego, aún a pesar de sus buenas intenciones, fue únicamente la división del sistema educativo en tres etapas la enseñanza como la Enseñanza Primaria, Enseñanza Media (con el establecimiento de institutos de bachillerato y las escuelas de magisterio sitas en cada capital de provincia, así como la concesión al clero de centros concertados) y Enseñanza Superior, en Universidades y reservada al Estado.

Hasta la Ley General de Educación - nombre común de la Ley 14/1970, del 4 de agosto - esta fue la principal ley educativa, que además era una Ley de Bases, que, por tanto, delegaba en el Ejecutivo la potestad legislativa a la hora de elaborar un texto articulado. No obstante, no había objetivos delimitados. ¿Se buscaba universalizar la educación? ¿Se buscaba consolidar conocimientos? Y, por encima de todo, ¿se encargaba de formar, en igualdad y reconocimiento de la genialidad, a los jóvenes? Parece ser que todo eso se presuponía, pero aún a pesar de 'universalizar' la educación, no existía la libertad de cátedra, y se pasaba de una excesiva dependencia de la Iglesia Católica - cuya influencia no menguó - a una respecto del Estado, que en un alarde roussiano de búsqueda de la voluntad general, quiso formar a una nueva élite estatal que amase al Dios Estado. El teísmo estatal.
Karl Christian Friedrich Krause, filósofo alemán postkantiano - pero que bebió de su idealismo - y masón - de cuando los masones no se dedicaban a destrozar civilizaciones enteras -, promotor y difusor del panenteísmo, que preconizaba que Dios reabsorbía los "tres términos del mundo": naturaleza, espíritu y humanidad, y creador del krausismo, que consagraba la libertad de cátedra y enseñanza, desarrollando una especie de 'liberalismo espiritual y regenerador' 

Sólo cuando el krausismo llegó a España de mano de Francisco Giner de los Ríos, tras la vergonzante Noche de San Daniel el 10 de abril de 1865 y la 'Segunda Cuestión Universitaria' plasmada en el Decreto Orovio del 26 de febrero de 1875, pudo verse un pequeño halo de luz y una pequeña esperanza de que quizá todo iba a mejorar. La Institución Libre de Enseñanza, tan denostada por los sectores más reaccionarios y falsamente tradicionalistas, se encontró con muchas trabas, siendo la principal la acusación de ser una institución liberal, cuando realmente fue una institución libre - y no únicamente, a efectos nominales - que no dependía del Estado, ni del clero, ni de ninguna otra organización, el primer intento de educación pública a gran escala. Y sí, fue privado, pero no elitista. Privado porque no recibió financiación, ni altavocía política, religiosa o institucional. Huelga decir que entre sus fundadores, nos encontramos a Francisco Giner de los Ríos y su hermano Hermenegildo, Gumersindo de Azcárate, Nicolás Salmerón, Augusto González de Linares o Federico Rubio entre otros, que tras la Restauración Borbónica en 1875, fueron depurados por su afección liberal, merced a la ominosa Circular de Orovio, que prohibía la enseñanza no ceñida al clero.

Seis años más tarde, en 1881, alumnos formados en la ILE, pasaron a ser profesores de esta institución, tales como Ricardo Rubio, Pedro Blanco, José Ontañón, Pedro Jiménez Landi, Ángel do Rego o Manuel Bartolomé Cossío, el sucesor de Giner de los Ríos, al frente de la ILE. Como consecuencia de este afianzamiento de la Institución Libre de Enseñanza, así como de servir de contrapeso a los poderes fácticos y anquilosados, siendo el preludio necesario de la creación del Museo Pedagógico Nacional y la Junta para Ampliación de Estudios, dirigida por José Castillo Duarte - manchego de Ciudad Real -, que daba la posibilidad de becar a alumnos sobresalientes y geniales al extranjero, sin importar la adscripción ideológica que pudieren presentar.
Pero, por encima de todo, es destacar la defensa que hacían de una espiritualidad y no de una ideología, como se puede manifestar en su código deontológico como el enseñar a hacer las cosas (pedagogía de la intuición), la eliminación de exámenes y el tener en cuenta el trabajo continuado de los alumnos (cuanto se hubiese precisado esto en la Universidad), el cómo educar y la correcta formación no ya en letras y números, sino también en educación y respeto.

Cuantas generaciones de españoles abrieron sus mentes y cuantos centros educativos se abrieron, cuantas personas en un país con nula industrialización y con una precaria agricultura empezaron a crecer en una concepción de que la vida no había que vivirla únicamente como un mero fin nutricio, sino como sujetos de Derecho, como gentes iniciadas en arte y cultura. 

Aquí en Requena, tuvimos los más claros ejemplos de D. Ramón Práxedes Gil-Orozco Bastidas - un hombre talentoso con la guitarra como así acredita "Recuerdos de Pernambuco", fundador del Diario "Iberia" que sirvió de nexo de unión entre los hispanodescendientes de Brasil y que además tenía una grafía hermosa -, de D. Venancio Serrano Clavero o 'Cleto' - un poeta descendiente de turolenses que fue el azote de los caciques - o mi antepasado D. Fernando Martínez Checa - también turolense como 'Cleto', concretamente de Villar del Cobo, un pintor excelso -, como alumnos de esta Institución Libre de Enseñanza. Por fin parecía que España volvía a ser cuna de artes y de ciencias, lo necesario para encarar el fin del Imperio, un fin que llegó por gobiernos débiles y una sociedad acomodaticia.

Destaquemos también a las mujeres - 'institucionistas' - de este organismo, tales como Laura García Hoppe, María Juana Moliner Ruiz - la escritora del Diccionario del uso del español -, Gloria Giner de los Ríos García, María Zambrano Alarcón o Carmen García del Diestro Nardiz, quiénes tuvieron un papel bastante importante para la consolidación de una educación libre y descastada en España, quiénes fueron la prolongación de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, creada en 1870, por el pedagogo leonés Fernando de Castro Pajares. 

Y de una institución en la que se educaron los hermanos Machado, dos excelsos literatos, así como también colaboraron Charles Darwin, Bertrand Russell, Benito Pérez Galdós, María Montessori - la precursora de ese método que promovía el trabajo autónomo en los niños y la observancia por parte de los maestros -, Emilia Pardo Bazán, Eugenio D'Ors, Gabriela Mistral o Juan Ramón Jiménez, salieron avances pedagógicos, científicos y académicos, que superaron a los de otros países occidentales. Y era normal que entre los desposeídos, los hijos de aquellos que estaban condenados a seguir siendo pobres, saliera algún genio que desafiase a un sino que no le correspondía.

A destacar también los decretos de Romanones, en los que se renombraba a los Institutos Provinciales de Segunda Enseñanza como Institutos Generales y Técnicos, estableciendo en sus enseñanzas: Estudios generales del Grado de Bachiller, estudios elementales y superiores del Magisterio de Primera Enseñanza, estudios elementales de Agricultura, estudios elementales de Industrias, estudios elementales de Comercio, estudios elementales de Bellas Artes y enseñanzas nocturnas para obreros (precursora de la FP). En la Segunda República, se encallaron los avances, aún a pesar del reconocimiento del estudio y enseñanza de las lenguas cooficiales y la creación de Misiones Pedagógicas por parte de Manuel Bartolomé Cossío, pero a su vez, se garantizó la consagración de la Educación Pública, siendo una lástima que un régimen tan politizado y sanguinario como el 'segundorepublicanista' fuese en contra de estos avances. 

El franquismo dijo inspirarse en San José de Calasanz y las Escuelas Pías, la primera escuela pública universal, y en el fondo lo que hizo fue revocar todos los avances que con anterioridad se hicieron, fomentando un clasismo, en el que los hijos de familias desfavorecidas iban a Escuelas Nacionales - en las que el clero participaba demasiado - y los hijos de las familias pudientes iban a escuelas privadas, yendo a universidades, que sí eran gratuitas. Fue el valenciano Villar Palasí, en 1970, quién intentó dar un vuelco a esta situación, creando además la Educación General Básica y el Bachillerato Unificado Polivalente, así como el Curso de Orientación Universitaria (actual 2º de Bachillerato), que en cierto modo, filtró más y fue de más ayuda. Destacó también la creación de Universidades Laborales, un sistema que estuvo activo desde 1955 a 1991, que facilitó a los hijos de clases obreras, el acceso a una educación pública y de calidad, desde la educación primaria hasta la Universidad. Así que, al final, aún pudo hacerse algo, pero no iba a ayudar el inmovilismo de las clases políticas, sino a lo que dirigía la coyuntura. 

Pero, indudablemente, ahora mismo estamos peor que entonces. Huelga decir que mi padre, el hijo de dos humildes labriegos, fue un altas capacidades que tuvo que irse a una escuela-residencia en Utiel donde tuvo que sufrir el clasismo y la marginación de muchos niños ricos que presumían ser de la Organización Juvenil Española y en el 1976, fueron los más centristas, así como en el 1982, fueron los más socialistas. Pero en fin, el afán de supervivencia no se puede perseguir, pero sí la envidia. 

Llegada la democracia, llegó el cambio de fachada, pero más conculcación de derechos y libertades, la consolidación del "Finis Hispaniae" que llevaba tiempo ya avistándose desde el horizonte, y cuando no, gestándose. Comienza con la obligatoriedad de ofertar como optativa la enseñanza de Religión Católica y tener de contraparte la asignatura de Ética. Al menos, había un cambio significativo, pero volvía el hobbesianismo más extremo, y sobretodo, las diferencias acrecieron. 

Eso sí, no se le puede imputar nada al malogrado D. Adolfo Suárez González, como tampoco a D. José Manuel Otero, introductor de la ·Ley orgánica por la que se regula el Estatuto de Centros Escolares" en 1980 y que jamás se llegó a aprobar por las circunstancias que todos conocemos. Y hasta la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación del 3 de julio de 1985, tenemos la Ley de Reforma Universitaria de 1983, que al menos, pudo cristalizar la reforma pretendida por la UCD. La LODE - la primera mencionada - en 1985, trae a colación la 'democratización' de la organización de la educación en España, reconociendo la importancia de la figura de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, así como la participación de toda la comunidad educativa (padres, alumnos y profesores) en la enseñanza.

Y a partir de entonces, ya no hubo una correcta legislación académica en España, prosiguiendo con la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España, impulsada por el que, posteriormente, sería el carnicero de Yugoslavia, el ínclito Javier Solana Madariaga, y que extendió la educación obligatoria de catorce a dieciséis años - y totalmente de acuerdo con esta medida -, así como también la adaptación a los alumnos con necesidades educativas especiales. No obstante, se reflejó también el gran desbarajuste de nuestras autonomías, al no conseguirse cumplir el objetivo de la escolarización obligatoria. La expresión "hijos de la LOGSE" está bien traída, hijos de aquel sistema que buscaba la escolarización obligatoria - elogiable labor - pero que se encontraron con la reducción de contenidos esenciales, y en muchísimas ocasiones, con la prematura búsqueda cautiva de votantes. Le siguió la nonata Ley Orgánica de Calidad de la Educación, promovida por Pilar de Castillo, en el 2002, y que jamás llegó a finalizarse. Y cuatro años más tarde, en 2006, la Ley Orgánica de Educación, que para lograr completar el intento de escolarización obligatoria - aunque esta ya se presuponía - intentó bajar la exigencia de los alumnos, tanto que a los que éramos capaces se nos equiparó a los holgazanes 'amos del pueblo'. 

Por otra parte, la Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa, que entró en vigor un 30 de diciembre de 2013, ni tan siquiera aumentó la exigencia, fue mandar directamente a aquellos que no podían permitirse unos buenos estudios a hacer la Formación Profesional, y si antes nos encontrábamos con una ley que rebajaba la exigencia para alcanzar la escolarización obligatoria, ahora nos encontrábamos con la aparición de los Programas de Diversificación - la conocida y temida 'compensatoria' - y con dos vertientes en 4ºESO como lo era la "Opción de enseñanzas académicas para la iniciación de Bachillerato" - para acceder a Bachiller - y la "Opción de las enseñanzas aplicadas para la iniciación a la Formación Profesional" - para acceder a la FP -. Muchos de esos desbarajustes ni siquiera llegaron a aplicarse, como por ejemplo, las conocidas como "reválidas" - Pruebas de evaluación final para obtener el título de Graduado en ESO y el título de Bachiller - que establecía un cribado, no precisamente aludiendo a fines académicos. Igual que no es deseable la eliminación de las recuperaciones por parte de Celaá, tampoco era bastante deseable lo de Wert, que sin duda es un problema que arrastramos y que favorecía a muchos alumnos de centros privados (que no concertados).

Ya entonces, en 2015, se habló bastante de la eliminación de la asignatura de Filosofía y que esta dejase de ser obligatoria en Segundo de Bachiller. Yo cursé Segundo de Bachiller en el curso 2017/2018 y la Filosofía era optativa dentro de los que hacíamos la modalidad humanística de Bachiller. Me apenó bastante el no cursarla, puesto que escogí Historia del Arte, pero uno de los estragos del sistema educativo ha sido remover la asignatura de Filosofía, una asignatura que abre la mente y que garantiza la plena salud y fortaleza de una sociedad civil desde su juventud. Al menos, pude cursarla en los dos años académicos anteriores: Cuarto de la ESO y Primero de Bachiller, volviéndola a cursar en este cuarto año de la carrera, y sobretodo, autodidactismo.

Pero ya los despropósitos vienen con María Isabel Celaá Díeguez de Ministra y la aprobación de la LOMLOE, el 19 de noviembre de 2020, con la inclusión de "adquisición de competencias" como modo de promoción en Secundaria y Bachiller, sin tener en cuenta las asignaturas suspendidas, dejando todo esto a discreción de los docentes; así como la inclusión de una cuarta modalidad de Bachiller como la 'modalidad general' un mix de Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Puras, Tecnología y Artes Plásticas. ¿Acaso no ocurría eso en la ESO? 

Y, lo primero, ¿no sería una reminiscencia de 'funcivagos' como aquel psicólogo que no quiso subirme de curso porque decía que aún siendo yo un altas capacidades, debía de mejorar las relaciones con los de mi edad, mientras a mis acosadores les daban cancha de juego y red de protección cada vez que me la hacían pasar mal?

Ahora, con su sucesora María del Pilar Alegría Continente, este tétrico sainete que venera la mediocridad devanea hasta la promoción de curso sin importar las asignaturas suspendidas y el otorgamiento del título de Bachiller con un 5 de nota global. Los que sólo tenemos la fuerza del trabajo duro, si hubiésemos experimentado esta circunstancia, desde luego, estaríamos fastidiados. Yo más, que bastante he tenido que nadar contracorriente, aguantando marginaciones, acosos, insultos y difamaciones. ¿Y para cuándo una ley contra el acoso escolar y que blinde a los capaces?

El 'alegre' despropósito - y no es 'alegre', es triste, porque ensalza la mediocridad, pero lo hago para mostrar de quién sale este contrasentido - lleva a la eliminación de la Literatura Universal, provocando que los niños puedan no comentar la exageración de los poetas simbolistas o que puedan regocijarse ante el Beowulf o el Cantar de Roldán. Pero no sólo eliminarán Literatura Universal, eliminarán Filosofía, eliminarán a esa necesaria - pero incómoda para los poderes fácticos - voz de la conciencia, la que frena las aspiraciones más déspotas de los dirigentes y la que nos hace plantearnos que quizá seamos también seres espirituales. Irónicamente, esto es el triunfo de una corriente filosófica que 'bastardiza' el existencialismo de Kierkegaard, como lo es el posmodernismo, que consiste en la negación del hombre y de su identidad, en tanto que este es un ser espiritual.

¿Qué van a eliminar también? Las lenguas clásicas, las conocidas por unos arrabaleros como "lenguas muertas". ¿Hemos de recordar que el castellano, el catalán, el francés y el italiano no son más que meros dialectos del latín? Por cierto, en Roma surge una mentalidad republicana, desde que se abole la monarquía, por la cuál sus ciudadanos no quieren ser más tiranizados por unos dirigentes hedonistas, adoptando una mentalidad republicana e iusnaturalista, en las que Roma dejó de ser un pequeño pueblo costero a conquistar la Liga Latina y a disputarle a Cartago la hegemonía del Mediterráneo, y a ser herederos culturales de Atenas. La noción de Estado como ley que procure seguridad e impuestos en pro de la ciudadanía surge con la Roma republicana que luego se convirtió en Imperio - nominalmente, con Augusto, oficialmente, con el gran Julio César, asesinado por los sectores más reaccionarios, por sus avances sociales -, y que luego decayó en n mar de orgías, depravación y hedonismo desenfrenado, como los imperios que caen y no tienen ánimo de alcanzar la grandeza, salvado únicamente por la tolerancia del cristianismo con el Edicto de Tolerancia de Nicomedia bajo el reinado de Galerio y la oficialización de esta con el Edicto de Milán de Constantino. Quizá aquí esté la explicación de este mundo posmoderno, pero entonces había bárbaros dispuestos a respetar una magna civilización grecorromana, con un idioma común, unas costumbres de hombres superiores y no de mediocres, una estructura de sociedad sana y deseable, ahora no. 

Al final, como en la Antígona de Sófocles, tendremos que ir a llorar a una civilización muerta, aún a pesar de que los Creontes que, hoy día, tenemos, nos prohiban hacerlo. Lástima, la mediocridad y el hedonismo se imponen. Weimar ha ganado, Europa ha muerto.
                
JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 17 DE NOVIEMBRE DE 2021

lunes, 30 de agosto de 2021

Francisco Ramos del Manzano y Fernando Valenzuela, claves en la minoría de edad de Carlos II

Del reinado de Carlos II, el último de los Austrias, se suelen decir más cosas negativas que positivas, quizá por encontrarnos ante el remate final de la dinastía que formó a España como el primer imperio interoceánico de la historia y, también, por ser una persona completamente deficiente, 'hechizada', que no estaba en sus plenas facultades. La gente quizá soslaya las reformas económicas producidas durante su reinado y que la gran crisis, vinculada a su reinado por haberse producido en 1666, cuando el joven Carlos no era más que un niño de cinco años, y el 'mandamás' era Johann Eberhard Nithard, el confesor de Mariana de Austria, madre del niño Carlos, y que accedió al cargo de Inquisidor del Reino - y por tanto, máxima autoridad religiosa en España -, y quién no tenía absolutamente ningún conocimiento sobre administración o economía, pero sí de teología y de ser un manipulador que colocaba a sus correligionarios en los puestos de más influencia del Reino. Finalmente, en 1669, y tras un pronunciamiento militar, encabezado por Juan José de Austria, medio hermano del rey Carlos II por parte de padre e hijo de la actriz María Calderón, Nithard fue depuesto, influyendo en esta decisión sus estrepitosos fracasos en las negociaciones de Aquisgrán y Lisboa en 1668. En el caso de la primera negociación, la coyuntura pudo haberse enfriado, al menos hasta que cuatro años más tarde, estallase el conflicto franco-neerlandés, de forma que España hubiese podido formalizar una alianza con las antiguas provincias rebeldes para hacerle la 'pinza' a Francia, y en el caso de la segunda, fue un ataque a la línea de flotación de la Monarquía Hispánica, porque en un momento en que las tensiones territoriales seguían estando altamente latentes en las distintas tierras del imperio el que se reconociese a un territorio, que durante sesenta años estuvo unido en unión dinástica con España y fue glorío del Imperio, como independiente, y por tnato, sin posibilidad alguna de volver a recuperarla.

Litografía de Carlos II, 'El Hechizado'

Los mimbres con los que comenzaba el mal llamado 'Rey Hechizado' no eran los más resistentes, y más teniendo que cargar con las heredadas deudas de sus antecesores, deudas elevadas que empezaron a manifestarse cuando en 1557, Felipe II de España observó con pasmo como su padre, Carlos I de España y V del SIRG, se había fundido todos los lingotes que venían desde América en contentar a los Fugger, cuya economía se vio resentida casi dos décadas más tarde, así como también la Banca de Amberes. La deuda pública en la Corona de Castilla, conocida como juros - los vitalicios, los perpetuos y al quitar -, llegó a niveles tan altos en 1662, siendo la cuarta suspensión de pagos del rey Felipe IV (tras las de 1627, 1647 y 1652). Con esto tuvo que lidiar Carlos II, a quién se le 'envenenó' desde muy joven por su delicada salud con pócimas y brebajes. No preocupaba, en sí, la preceptiva educación en los quehaceres gubernamentales del rey niño como si el hecho de que dejase descendencia para que continuasen los Austrias... o, al menos, para asegurar una pacífica transición entre Austrias y Borbones, pues se diga lo que se diga, esta última dinastía ya estaba encaminada a reinar en España, tras los continuos enlaces matrimoniales entre ambas coronas, y también porque ante el crecimiento francés, a España le interesaba no perder su preponderancia en Europa, pues el Sacro Imperio Romano Germánico seguía siendo una intrincada y atomizada fabada de margraviatos, ducados y condados, muchos de ellos, en continuas guerras civiles revestidas de religiosidad y de enfrentamientos entre católicos y luteranos, que amenazaban a la estabilidad de la dinastía hegemónica del siglo XIV. Su casamiento con María Luisa de Orleans, sobrina nieta de Luis XIV de Francia y prima segunda del rey Carlos II (pues ella era nieta por parte paterna de Ana de Austria, hija de Felipe III de España), atestiguó esto. Como nota aparte, y sin querer descontextualizar, era tal el amor que sentían el uno por el otro, que la inesperada muerte de la reina en 1689 por una apendicitis, sumió a Carlos II en una depresión, que le llevó a seguir subestimando sus labores. Digna de una telenovela, pero no de las malas. 

Lo cierto es que la gestión de Carlos II no fue tan nefasta como se nos ha hecho pensar, fue más la herencia recibida y el ocaso de los Austrias los que impregnan estos análisis, pero si uno lo ve con óptica, ¿qué más podía hacer? No le dieron un impoluto velero, sino tres tablas de madera roída, y aún así, incluso subestimándose él mismo, hizo lo que pudo.

Francisco Ramos del Manzano

Para una educación deficiente en tareas de gobierno, basada más en una falsa teología, embebida de superstición, ya estaba el inclito personajillo Nithard, pero para los cometidos de valores, allí estará el vitigudinense universal Francisco Ramos del Manzano (nacido el 24 de febrero de 1604), jurista e historiador, hijo de Francisco Ramos y María Portillo, y que recibió los grados de bachiller en Cánones, el 27 de abril de 1620, y en Leyes, el 11 de junio de 1624, los preceptivos para la licenciatura de Derecho. Su carrera divulgativa y jurídica se entiende desde que con dieciocho años, y por orden del rey Felipe IV, cuando ya tenía el título de doctor, es incorporado al Consejo de Castilla. Cuando en 1644, con cuarenta años, y tras haber accedido tres años antes a la Prima de Leyes, se retira de la vida académica, empieza su trayecto con la presidencia del Senado Extraordinario de Milán, ejerciendo también como Regente del Consejo de Italia, Consejero del Real de Castilla y del de Cruzada, Junta de Millones y de Competencia, y también Presidente del Consejo de Hacienda, amén de su labor compilativa con un informe acerca de los obispados vacantes en Portugal y los derechos que Felipe IV podría ejercer sobre ellos en 1659. Al contrario que Nithard, fue un hábil negociador, como atestigua el congreso de la Paz de los Pirineos de 1660, que acabó por cerrar las capitulaciones matrimoniales ajustadas entre España y Francia. La educación de Carlos II, le fue encomendada por Mariana de Austria en 1667, escribiendo el libro de "Reinados de menor edad y de grandes Reyes, apuntamientos de Historia", donde hace un recorrido histórico de los monarcas en la historia de España y su desempeño. Su último servicio a la corona fue la publicación del contramanifiesto "Respuesta de España al tratado de Francia sobre las pretensiones de la Reyna Cristianísima", intentando responder a la Paz de Brabante y a los manifiestos que desde Francia venían para intentar tener algún derecho sobre los antiguos territorios hispánicos en los Países Bajos. Participó también en el ya mencionado levantamiento militar de Juan José de Austria para derrocar a Nithard y deponer a la reina regente, y que se colocase el mediohermano de Carlos II como el válido, triunfando la segunda intentona, por la que recibió la jurisdicción, señorío y vasallaje sobre el lugar de los Francos, nombrado por tanto, conde de Franco para sí y sus sucesores.

Fernando de Valenzuela, a quién la historiografía ha maltratado injustamente

En lo que a Valenzuela respecta, este hijo de un humilde capitán destinado en Nápoles, era similar a Nithard en lo referente a reunirse de su camarilla, pero con dos diferencias: la presentación de un programa político y pragmático para abordar la situación económica empezando por el blindaje de la seguridad del monarca y que contaba con el cariño del pueblo, todo aún a pesar de las habladurías que le llevaban a ser vinculado con la reina de un modo que no se ceñía únicamente a lo político, pues no en vano, se intentó desmerecer el que en 1671 recibiera un hábito de Santiago y que la reina lo nombrase primer caballerizo, aún a pesar de la oposición del caballerizo mayor de ese entonces. Tres años más tarde, Gaspar de Bracamonte Guzmán, conde de Peñaranda y presidente del Consejo de Italia, le concedió una plaza de conservador en el organismo que él dirigía, incrementando la influencia de Valenzuela, quién un año más tarde adquirió un señorío en tierras de Ávila, tanto la villa de San Bartolomé de Pinares como los de Villasierra, del que fue nombrado marqués el día 3 de noviembre de 1675. Ese mismo año fue nombrado embajador de la Corte en Venecia y capitán general del Reino de Granada. Siendo válido, pero no del todo como una figura de considerable poder, aún a pesar de sus preceptivas alianzas, su método para incrementar las maltrechas arcas reales, fue copiado del realizado por el Conde-Duque de Olivares, Gaspar de Guzmán y Pimentel, con la diferencia de que Valenzuela no era del mismo estrato social que otros válidos como Francisco de Lerma, como lo era el otorgamiento de mercedes - o premios - a cambio de dinero, que sirvió en su origen. No obstante, y aún a pensar de que buscase algunas convenientes alianzas, Valenzuela fue pronto descabalgado, pues deseaba reducir el número de ministros y oficiales regios, y otras buenas intenciones como las de apuntalar la Armada, quedaron en agua de borrajas, ante la enemistad - y envidia - de los estacionarios nobles. Por otra parte, Valenzuela, guió su programa de acción política en dos vertientes: seguir mostrando una imagen fastuosa de una Monarquía Hispánica decadente a través de la mejora del teatro y demás divertimento cultural, también quizá para intentar afianzar la posición del nuevo válido, una posición nueva para él como lo era la 'alta sociedad'. Sin embargo, pronto se hicieron de notar sus débiles alianzas frente a las de Don Juan José de Austria, quién contaba con los cardenales de Aragón y Portocarrero, el marqués de Castel Rodrigo, Medellín, el conde de Ayala o el príncipe de Astillano, partidarios de la - en adelante - facción 'juanista', quién se advino al poder con la proclamación de mayoridad de Carlos II en 1675. Se convino, tras una entrevista en el Real Alcázar de Madrid, que tanto Valenzuela como Don Juan tendrían que permanecer lejos de la corona, ambos en Italia, aunque finalmente permanecieron en la Península. No obstante, que Valenzuela continuase en la Península, era visto con muchos reparos por sus contrincantes políticos, así que cuando volvió, con el rey Carlos II siendo ya mayor de edad, se vio la intensificación de su programa de festejos palaciegos. La figura de Valenzuela es otra figura española, de tantas, opacada por la envidia de sus coetáneos, pues sin ser de orígenes nobles, nada más que el hijo de un capitán de compañía, tuvo puestos de responsabilidad en, relativamente, poco tiempo. Motivó también la publicación de un manifiesto en diciembre que exigía el encarcelamiento de Valenzuela, generando la rebelión de Don Juan José con sus tropas en Zaragoza, refugiándose el válido en el real monasterio de San Lorenzo de El Escorial, de donde fue detraído, sin reparo alguno, por Don Juan José. A Valenzuela le hicieron la vida imposible, pues se le acusó, injustamente, de ser un corrupto, por parte de un pueblo fácilmente manipulable, aunque su 'desfalco' fueron sólo diez millones. Una lástima que alguien que fue bueno y se pasó de mentecato sea hoy tratado injustamente sin que la historiografía se moleste un poco en indagar su historia. Fue desterrado a Filipinas durante diez años hasta 1686, cuando fue a parar a Nueva España. 

Así pues, aunque Don Juan José de Austria, accediese al cargo de válido en 1676, sólo duró hasta su repentina muerte en 1679. Fue una guerra civil dentro de los cargos de válido, pero también asimétrica, pues Don Juan José disponía de los medios, de las tropas y del apoyo popular. ¿Debió haber gobernado él como monarca? La transición hacia la dinastía borbónica ya era patente, así que esto sólo es hacer historia-ficción. Lo cierto es que en desagravio de Valenzuela, hay que hablar de como muchas veces, la visceralidad supera al análisis histórico.

JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 30 DE AGOSTO DE 2021

Fuentes: Francisco Ramos del Manzano (DBE) 

sábado, 31 de julio de 2021

Caravaggio, ¿pintor del pueblo a la par que heraldo de Trento?

Cuadro de Santa Catalina de Alejandría, pintado entre 1596 y 1598, en óleo sobre lienzo, y actualmente expuesto en el Museo del Prado

Para ponernos en contexto, desgranemos la figura de Santa Catalina de Alejandría y el por qué de su importancia como símbolo de la cristiandad. Por su contextualización histórica, algunos han querido ver en ella, una suerte de adaptación a la cultura cristiana de Hipatia, por su cultura y sus dotes para las interpelaciones. No en vano, su festividad, 25 de noviembre, es la festividad de los estudiantes.

Aunque pueda dar de sí una entrada con todos los atributos que tiene esta santa y las más representaciones culturales que se le han hecho, el eje de esta publicación está en torno a si Caravaggio fue un pintor del pueblo a la par que un heraldo de las enseñanzas del Concilio de Trento, concilio que surgió como una forma de mitigar la reforma protestante, a través de una especie de reforma de los principios dogmáticos del catolicismo (por otra parte, la religión cristiana verdadera y auténtica). Santa Catalina de Alejandría, destacó desde muy joven por su inteligencia, por su talento, por su maña en las artes (igual que un servidor, sólo que al menos ella no tuvo que aguantar a un psicológo cantamañanas diciéndole que no le subiría de curso, porque tenía que intentar llevarse mejor con los de su edad), y con sólo 18 años, se presentó ante el emperador Majencio - reinó entre 303 y 312 -, uno de los mayores represores de cristianos, para demostrar su excesivo rigor a todos aquellos que no creyeran en las inicuas y falsas deidades. Majencio, sorprendido pero arrebatado por el brío de una joven, que había osado el defender con argumentos una religión tan perseguida, y por entonces considerada una secta radical del judaísmo. Hay que recordar que Majencio fue el precursor de Constantino como emperador romano, y mientras que su sucesor fue el emperador que promulgó el Edicto de Milán en el 313 dC, que permitió la tolerancia con la fé cristiana, y además era hijo de Helena de Constantinopla, la de la Vera Cruz, quién también sirvió de influencia para su hijo, el emperador que ocupa esta historia, no fue más que uno de tantos emperadores que el declive romano destiló, un tiránico y despótico hedonista, cuyas arbitrarias resoluciones eran fuente de ley. Majencio trajo a los mejores filósofos para que pudiesen rebatir la posición de una joven, que ya estaba forjando su santidad, a través de la resistencia a unos argumentos impuestos, y todo a través de la palabra, logrando que muchos se convirtiesen. La ira de Majencio la llevó a pedir que la torturasen y la asesinasen en la rueda, pero sorpresivamente, ella acabó por destrozar la rueda (como se representa en esta obra), y al final fue mandada decapitar a la torre. Esta santa, anterior en el tiempo a Hipatia de Alejandria, experimentó una pareja mitificación en el tiempo, por representar la victoria de la razón y del conocimiento, que lograba una más efectiva conversión que los espadones. La que hoy en día es considerada una de las catorce santas útiles junto a Santa margarita y Santa Bárbara, vio renacer su creencia en el marco del Concilio de Trento (1545-1563), cuando entre las guerras de la Liga de la Esmalcalda y las de Religión en Francia, afloraba no ya el protestantismo religioso que clamaba contra la 'Gran Ramera de Babilonia' en la que se había convertido la Iglesia Católica, sino que germinaba un protestantismo político, entre aquellos principados alemanes disolutos, tradicionalmente enemistados con Roma, y en la antaño 'très chrétien' monarquía francesa, que amenazaba con descabezar el cesaropapismo y destrozar la hegemonía continental del Sacro Imperio Romano Germánico.

No obstante, del Concilio de Trento hubo cosas interesantes a sacar como el hecho de la normativización de los apellidos, la presencia real de Cristo en la Eucaristía, justificación del camino divino por las obras, la conservación de los siete sacramentos, las indulgencias y la veneración a la Virgen María y a los santos, en contraposición a la iconoclasta religión protestante. Incluso, en el plano del arte, la Santa Parentela acabó por establecer a San Joaquín, 'zanjando' el debate cuasi dogmático de la ascendencia genealógica de Jesucristo. 

En como era Caravaggio como persona, no vamos a entrar. Eso en su día, ya fue enjuiciado por quiénes le acusaron de asesinato por matar a Ranusso Tomacci y, posteriormente, amputarle el pene, o por los que le denunciaron por robar o por enfrascarse en riñas. Sí, le bullía con facilidad la sangre y era muy propenso a las escaramuzas. Pero fue un artista inconmensurable, introductor de la fórmula tenebrista, que si bien se descartó en el barroco del XVII, pudo servir de inspiración para la pintura contemporánea. No obstante, esa componenda de denuncia social y de retratar fidedignamente a la gente, sin importar su posición social, sin importar su localización y sin importar lo sacro de sus imágenes, fue inspiración para Rembrandt, Velázquez o Murillo. Y no era la perogrullada de decir que "había que acercar la Iglesia al pueblo", no. Era hacer de pinturas sacras, pinturas totalmente 'vulgares' y 'toscas', sin divinización de por medio. Y esto era, básicamente, el arte etrusco y romano. Sí, ese arte que no idealizaba narices triangulares, ni cuerpos atléticos, sino que a los patricios y a los emperadores los retrataba/esculpía, como eran en aquel momento, narizones de verruga y prominente papada. 

Y, ya por último, la representación del 'Viaje a Damasco', la 'Conversión de San Pablo', pintada en 1601. Un primer cuadro, no aceptado, provocó que avezadas gentes dijeran: 'Has puesto al caballo en medio, tirando a Saulo, ¿acaso es Dios?' 'No, pero ocupa su punto de luz' respondió Caravaggio. Pablo de Tarso, un gentil de Judea, que a la par que ciudadano romano, profesaba la religión judía, y estuvo - según la tradición cristiana - presente durante el martirio del protomártir San Esteban, autorizado supuestamente por él, siendo uno de los más recalcitrantes judíos, encargándose de perseguir a los seguidores del Nazareno por todas las sinagogas, amedrentándoles para que abandonará su fe, llegando a la muerte siendo preciso. De camino a Damasco, solicitó cartas que le diesen ordenes expresas de perseguir a cuanto seguidor del Nazareno hubiese por esas tierras, y ya partiendo con esas autorizaciones, cayó del caballo, deslumbrado por una luz que aseguró ser Cristo, preguntándole por qué le perseguía. La ceguera momentánea de Pablo de Tarso, paralizó los procesos y persecuciones contra los seguidores del Nazareno, hasta que Ananías de Damasco, le devolvió la vista y lo bautizó - lo cristianó - en su casa-capilla de Damasco. A partir de entonces, Pablo, empezó a ejercer su ministerio por Arabia y por Turquía, siendo en este último país, concretamente en Antioquía, donde empezó a recibir un reguero de paganos que querían convertirse al cristianismo, recibiendo entonces los seguidores de Cristo, el apelativo de 'cristianos'. Se embarcó en hasta tres viajes por Europa, en donde, merced a su ciudadanía romana, pudo acceder al conocimiento de los antiguos, adecuando una religión semita y superficial hasta una religión de razón, protagonizando además el primer Concilio de la Iglesia Católica, el Concilio de Jerusalén en el año 50 d.C., donde se debatió el tema de la circuncisión para los conversos desde el judaísmo, y también a un incidente en Antioquía con Pedro, patriarca de la Iglesia, en el que imponiéndose la visión de Pablo dejó de verse al cristianismo como una secta judía, pues se planteó que los gentiles ('no judíos') que se convirtieran al cristianismo tenían que observar las leyes dietéticas y circuncidarse, lo que implicaba una conversión al judaísmo, algo a lo que el santo que esta parte de la entrada ocupa se opuso. Fue así, como el cristianismo se hizo homologable en Europa, dejando de verse como una religión supersticiosa y semita, como la 'secta-muleta' del judaísmo. Y, en eso, se incidió en el Concilio de Trento, que la religión cristiana verdadera, era la hija de aquella victoria de la visión de Pablo, e incluso se hablaba de que el protestantismo era una vuelta al judaísmo de superstición e iconoclastia. 

Caravaggio, no es que fuese un heraldo de Trento, propiamente dicho, pero aquellas pinturas, fueron encargos religiosos, hechos al pintor más famoso de Roma entre 1600 y 1606, al pintor bajo el que se reunieron todos los pintores jóvenes, esperando ser enseñados por el nuevo maestro de la pintura italiana. Un maestro en cuya pintura se reflejaba la tosquedad, la virulencia, la realidad y las pinceladas fuertes, y la no necesidad de dibujos preparatorios, como en este cuadro de San Mateo

En la pintura del martirio del Evangelista San Mateo, se ve a Caravaggio, al fondo a la izquierda, asistiendo - y documentando - horrorizado el martirio, mientras justo en la parte superior a él, se ve al verdugo, lanzando a un San Mateo que hace la figura de la cruz bajo las piernas de su asesino, entre que es lanzado a una fuente de agua, que, según las Escrituras, regeneraba. No obstante, el gnóstico cristiano, Heraclio, rechazaba la visión de que San Mateo muriese por martirio. Caravaggio, aquí, hizo un alarde del simbolismo, con esa cruz que hacen las piernas de San Mateo bajo su verdugo, un verdugo que violentamente lo sujeta de la mano, mientras todos los espectadores a su alrededor intentan huir, confundidos y atolondrados.


Y, ya por último, el cuadro de la vocación de San Mateo, representa la escena en la que Cristo llama al futuro Evangelista, entonces tasador de impuestos, diciéndole que vaya con él, que le siga. No obstante, la escena está representada quizá en uno de esos momentos de descanso, en una taberna, destacando además una vestimenta contemporánea a Caravaggio, quizá reflejando una crónica de la vida del momento, queriendo Caravaggio hacerse partícipe de ese momento, de ese pequeño momento narrativo, de esa cotidianidad interrumpida por la aparición de lo milagroso, que refleja la Verdad, a imagen del cuadro de San Pablo. La imagen gustó mucho por su naturalidad, pero también fue fuente de críticas. Encargo religioso hecho por Matteo Contarelli para que en su capilla figurasen motivos de San Mateo, siendo el primer gran encargo religioso hecho a Caravaggio, entonces bajo la protección papal. Entre medio de esta pintura - primera en empezarse y la última en finalizarse - y la anterior - primera en finalizarse y última en empezarse - cuelga el cuadro de "La inspiración de San Mateo". A destacar otro cuadro, supuestamente adquirido en su tiempo por Vincenzo Giustiniani después de ser rechazado por los comitentes, y destruido en la Segunda Guerra Mundial, en que San Mateo escribe los Evangelios dictado por un ángel.

Así fue Caravaggio, un "realista" del Barroco, innovador en el tenebrismo y en cuyas pinturas podía representar toda esa violencia canalizada, toda esa rabia, para reflejar una realidad palpable dentro de escenas sacras, dentro de escenas religiosas. Su vida personal, eso ya será otro cantar, peo aquí no nos ocupaba su vida (dentro de la intrahistoria), nos ocupaba su arte.

JAVIER RAMOS BELTRÁN, A 31 DE JULIO DE 2021

miércoles, 30 de junio de 2021

Torre de la Parada. El pabellón de caza de los Austrias menores y su gran legado artístico.

"Cultura Hespéride" está de celebración. Mañana se conmemorará el cuarto aniversario de la primera publicación de esta bitácora, y oficialmente, el cuarto aniversario desde que el virtual Jardín de las Hespérides, y aún sin poder ofrecerse nada porque la situación sanitaria así lo permite, quería recomendar a todos mis lectores, una obligada visita a 'Orbis Vacui', proyecto de divulgación sociocultural sito en Valencia. La revolución cultural de las personas de buena voluntad empieza por los proyectos sencillos y que crecen a ritmo galopante.
En esta entrada de hoy, hablaremos de uno de los suntuosos pabellones, que lamentablemente desapareció en el 1714, en el marco de la Guerra de la Sucesión Española. Nos referimos a la Torre de la Parada, situada en el Monte del Prado, a las afueras de Madrid, y que durante mucho tiempo, fue una suerte de pedanía dependiente del municipio de Madrid, pero con gran interés cinegético, especialmente para los nobles y reyes, como rinde cuenta de ello, el Libro de la Montería de 1340, publicado bajo el reinado de Alfonso XI, y que nos llega hasta hoy, gracias a la labor recopiladora de Pedro el Ceremonioso, que desmenuzaba todos los recovecos geográficos de España y los lugares idóneos para ir de montería. Más allá de las recomendaciones cinegéticas que se realicen, es una fuente geográfica de gran calado, de como se veía la España medieval.
De hecho, uno de los motivos por los que Madrid es capital desde 1561 bajo el reinado de Felipe II, no fue únicamente porque fuese una ciudad carente de importancia durante las revueltas comuneras o porque allí no se encontrasen dirigentes que hiciesen sombra al poder real, sino por sus vistas excepcionales y su paraje. 

El Palacio del Pardo, conocido por ser la residencia de Francisco Franco desde 1940 hasta su fallecimiento en 1975, fue edificado por Enrique IV de Castilla en 1405 y fue pabellón de caza de los Austrias

Precisamente, en el Palacio del Pardo, una de tantos sitios reales desperdigados por zonas montañosas y que fue, durante mucho tiempo, el lugar de asueto y recreo de los monarcas, se edifició la Torre de la Parada. Luis de Vega - arquitecto del rey Carlos I de España junto a Alonso de Covarrubias - diseñó en 1544 este primitivo pabellón, parejo al diseño del primer 'sitio real' con propiedad que fue el Palacio de Valsaín en Segovia. A partir de su diseño, el mismo arquitecto, entre 1547 y 1549, y por encargo del todavía príncipe Felipe - a la postre Felipe II -, construyó el primer prototipo de este pabellón, tratándose de un edificio de marcada verticalidad, realizado en mampuesto y ladrillo, coronado con un chapitel - introduciendo un sello característico del arte filipino -. 
Sin embargo, es con el nieto de Felipe II, Felipe IV, cuando esta torre empieza a renovar sus aires. Felipe IV era un enamorado de las artes, alguien que supo conjugar su exacerbado hedonismo con su placer por el arte y la cultura, como bien muestra la construcción y amejoramiento del Palacio del Buen Retiro, y en los primeros años de su reinado, allá por la década de 1630, se emprendió, a cargo de Juan Gómez de Mora, arquitecto real, en poco tiempo, una importante transformación arquitectónica y decorativa del edificio. El arquitecto rodeó los dos primeros cuerpos de la Torre con una edificación, en la que utilizó una mezcla de ladrillo y mampostería, finalizándola en 1636. 

Los cuadros de la Torre de la Parada, hoy se encuentran en el Museo del Prado, como la serie 'Torre de la Parada'. Este cuadro es de Jacob Jordaens, el colaborador flamenco más famoso de Rubens, que muestra el mito de Cadmo y Minerva, el mito fundacional de la ciudad de Tebas, ya que esta aconsejó al primero que, una vez asesinado el dragón, enterrara sus dientes en el campo, del que empezaron a brotar soldados que se mataron entre sí, salvo cinco que le ayudaron en su cometido.

El otro día, fue el aniversario del nacimiento de Pedro Pablo Rubens (nació en 1577), y entre sus obras más conocidas, están las representaciones gráficas de los relatos de la Metamorfosis de Ovidio en esta torre, contratando para ello a Jan Boeckhorst, Jean Baptiste Borkens, Jan Cossiers, Cornelis de Vos - y también, someramente su hermano Paul, encargado de las representaciones de animales -, el niño prodigio de la pintura flamenca que fue Jan Van Eyck, Jacob Peeter Gowy y Peeter Simons, pero el más importante fue Jacques Jordaens, cuyo cuadro ilustra esta bitácora.

Cabe destacar que las cincuenta y dos obras que narraban los relatos mitológicos y que fueron encargadas y diseñadas por Rubens, son lo más destacado de esta Torre de la Parada, comenzando en noviembre de 1636 a trabajar el proyecto. Lo que Rubens consideraba, siendo el bocetista, era la 'invención' del ciclo, donde se entremezclaron la capacidad imaginativa y una gran potencia narrativa, de los que el Prado tiene en propiedad media docena, hechas a mano alzada pero con firmeza. De los cuadros que, hoy jalonan el Museo del Prado y previamente destacaron en la Torre de la Parada nos encontramos El rapto de Deidamia, o lapitas y centauros; El rapto de Proserpina; El banquete de Tereo; Orfeo y Eurídice; El nacimiento de la Vía Láctea; Mercurio y Argos; La fortuna; Vulcano forjando los rayos de Júpiter; Mercurio; Saturno devorando a un hijo; El rapto de Ganímedes; Heráclito, el filósofo que llora; Sileno, o un fauno y Demócrito, el filósofo que ríe

Sin duda, es patrimonio artístico español, pero también flamenco, en un momento en que la Guerra de los Ochenta Años, estaba en su punto más álgido, pero a la vez había cooperación entre las Provincias Rebeldes y el Imperio Español.

Lo que hoy se agrupa en el Museo del Prado como una serie de cuadros, tenía a su vez, sus propias series, con temas campestres, cinegéticos y cortesanos, donde se narraban no únicamente historias mitológicos, sino también representaciones de animales, retratos de miembros de la familia real, escenas de cacerías como también obras religiosas que adornaban al oratorio, todo en consonancia a lo que, en los tratados artísticos del XVII, se consideraba para las construcciones de recreo.

Otro de los pintores a destacar es el florentino Vicente Carducho, pintor que murió en 1638, después de que acabase su colaboración para la torre, y que destaca por las veintiséis pinturas que hoy figuran en el oratorio, de las que en el inventario de 1700 se citan seis como la vida de la Virgen, Adán, Eva, una Concepción, diez ángeles con atributos marianos y otros cinco cuadros sobre la Virgen, sitos en el techo.

En lo que a las representaciones animales (cincuenta y tres cuadros) que fueron realizadas por Frans Snyders y Paul de Vos, estas no fueron bocetos de Rubens, quién únicamente supervisaba el proyecto, destaca que únicamente tenían función decorativa, sirviendo la gran parte de ellas como sobrepuertas o sobreventanas. El pintor Peter Snayers representó en seis pinturas las cacerías de Felipe IV o de su hermano, el cardenal-infante, todas ellas en el Prado. 

Los cuadros anteriormente mencionados de Heráclito y Demócrito, se hipotetiza que formaban junto a Esopo y Menipo, de Velázquez, un grupo de cuatro filósofos antiguos. Velázquez tiene retratos cinegéticos como los de Felipe IV, cazador, El cardenal-infante Don Fernando de Austria y El príncipe don Baltasar Carlos, cazador; El Dios Marte, como así también, cuatro retratos de diferentes sujetos y enanos y la conocida como Tela Real, que hoy se conserva en la National Gallery de Londres.

Edificio modesto, pero a la vez lleno de gran cultura.

Finalmente, del edificio de la Torre de la Parada, sólo quedan las ruinas, dentro del Pardo. Poco más queda. En 1714, los austracistas ocuparon este edificio y el fuego destrozó lo que, irónicamente, había sido una de las peritas en dulce de los Austrias menores.

Heráclito no es como Demócrito. Heráclito llora... o mejor dicho, sabe que todo fluye, que todo cambia, que nada permanece, por eso no cabe en él, gran optimismo. Cuadro de Rubens del filósofo griego, pintado entre 1636 y 1638, hoy en la colección 'Torre de la Parada'

JAVIER RAMOS BELTRÁN, EDITOR EN JEFE DE CULTURA HESPÉRIDE, A 30 DE JUNIO DE 2021. 

¡4 AÑOS Y A SEGUIR SUMANDO!

viernes, 30 de abril de 2021

Breve repaso de la Unión de Lublin, el afianzamiento de Polonia-Lituania, la "Antemurale Christianitis", y la introducción del "rex regnat et non gubernat".

Si hay un Estado que merezca respeto por su salvaguarda decidida de Europa y sentar precedentes en lo que a separación de poderes y parlamentarismo se refiere ese es Polonia-Lituania, que es la forma vulgar con la que se conoce a la República - o Mancomunidad - de las Dos Naciones (en latín, Res Publica Utriusque Nationis). Podrá parecer que a día de hoy, Lituania es únicamente un pequeño país del Báltico y que Polonia es un país sin más, pero nada de eso fue en un pasado, donde sin ser especialmente superpotencias tuvieron su grandísima cuota ade importancia.

Lituania, la última nación en europea en ser cristianizada, durante el siglo XII, estaba compuesta por nueve tribus bálticas: galindios y prusianos a orillas del Vístula, escalvianos, yotvigios, lituanos (también lituanos de las tierras altas) y selonianos por el centro, curonios y semigalianos en la saliente con el Golfo de Riga, y los latgalianos en el río Daugava. Nueve tribus bálticas sin apenas tecnificación, que profesaban sus respectivas religiones de corte pagano y politeísta, aunque con la Iglesia de Riga como su principal baluarte frente al expansionismo de las órdenes germánicas fronterizas. No obstante, aún a pesar de que se fundase la Fratres militiae Christi Livoniae (Hermanos Livonios de la Espada) por parte del obispo de Riga, Alberto de Buxhoeveden, en 1202, el proceso de evangelización en Lituania iba a ser duro y costoso frente a la ardua resistencia de sus pueblos, destacando la estrepitosa derrota contra los samogitios, pueblo dentro de la tribu lituana y liderados por Vykintas, en Saule en 1236, derrota que acabó con la muerte del segundo herrmeister de la orden Volquin von Naumbur, y la disolución de esta hermandad, que tuvo que unirse a la Orden Teutónica tras una dispensa papal que obligó a Hermann Balk, quién cinco años antes había cristianizado Prusia entrando triunfalmente por el Vistula, a acogerles. Cabe destacar que Königsberg, la actual Kaliningrado, y que fue la ciudad natal del filósofo Immanuel Kant (de ascendencia lituana), fue fundada en 1235 por el susodicho Balk, y que, hablando en puridad, ni son alemanes, ni son rusos, sino lisa y llanamente prusianos, que eran la tribu lituana más al sur. Irónico que la diosa Borussia, máxima ejemplificación de Alemania, no fuese germánica, sino lituana. Y que Federico II de Prusia, el gran ídolo de muchos dirigentes, incluyendo Hitler, por su pragmatismo y su romanticismo, no fuese el caballero alemán imaginado, sino lisa y llanamente un pescador del Báltico. Pero en fin, "Gott Mitt Uns" y la "Schwarze Adler" son hoy, símbolos de una Alemania (lituana) del pasado.

En 1236, Lituania adquiere el rango de Ducado, el Gran Ducado. Aprovechando las tierras rutenas que los mongolos habían invadido, los lituanos buscaron expansión, firmando a menudo tratados con ciudades fronterizas como Novgórod, y afianzando su dominio en el Báltico bajo el dominio de Danílo Galitsky, quién fue nombrado en 1253, como primer Rey de Rutenia. No obstante, Mindaugas, su gran enemigo y contra el que se habían coaligado las principales órdenes religiosas y Danílo Galitsky, como otras tantas veces se apoyaron, se coronó en 1251 como Rey de Lituania, supuestamente el día 6 de julio, considerado hoy en Lituania como Día de la Patria. El Reino de Lituania, ya como reino cristiano, reconocido por el Papa Inocencio IV, fue la gran esperanza de la cristiandad para contener a la Horda Dorada del Imperio mogol. Se pasó de adorar al dios Perkunas a acoger al cristianismo con gran gozo. Tras ordenar el rey Mindaungas la construcción de la Catedral de Vilna en 1251, Lituania avanzó con paso firme hacia el cristianismo. De esta etapa destaca San Vitas, primer obispo cristiano de Lituania. No obstante, en uno de los errores más garrafales de la cristiandad como lo fueron las cruzadas bálticas contra pueblos europeos que profesaban el paganismo, Lituania abandonó la religión cristiana, produciéndose el Gran Levantamiento Prusiano que duró más de catorce años.

Mindaungas, consiguió por tanto el primer estado unificado de Lituania, y todo a pesar de que a su muerte se produjesen períodos de grandísima inestabilidad, solamente subsanados con el ascenso de la dinastía de los Gediminidis, de la que descienden los Jagellón.

Cuando Vladislao II de Jagellón se convirtió al cristianismo en 1387 para contraer matrimonio con Eduviges I de Polonia y formalizar la unión personal de Polonia y Lituania, este último estado, acabó por cristianizarse tras un largo período de conflictos, intentonas y escaramuzas por estar envueltos entre católicos al norte y ortodoxos por el Este, materializándose la Unión de Krewo el 1 de julio de 1385.

Polonia, por otra parte, desde el 966, ya era un reconocido territorio. Precisamente, ese año 966 se considera el año del bautizo polaco, destacando Miecislao I y Boleslao I como sus duques, antes de que Polonia se convirtiese en un reino en el año 1025. El Congreso de Gniezno, en el 11 de marzo de 1000, también marca el inicio de la identidad nacional polaca, pues se reconocía a Adalberto de Praga, primer dirigente eslavo canonizado, como un defensor de la cristiandad, y al nuevo estado polaco, como un miembro de pleno derecho de la familia de los reinos cristianos.

Los piastas fueron la dinastía reinante hasta 1370, teniendo que aguantar una larga fragmentación - la primera de muchas - desde 1138 hasta 1320. Casimiro III el Grande fue el último rey varón de los piastas, sucediéndole en el trono, su sobrino materno Luis I de Hungría, merced a un acuerdo por el que este sería sucesor de su tío si moría sin descendencia. No obstante, la hija de Luis I de Hungría, Eduviges I de Polonia - posteriormente, Santa Eduviges, patrona de Hungría y de la Europa Unida (que no Unión Europea) - como ya hemos dicho con anterioridad, cumplió con la Unión de Krewo, volviendo Polonia a la dinastía Jagellón, uniéndose esta con Lituania en una unión personal fructífera.

Retrato de Santa Eduviges, pintado por Marcello Baciarelli (1731-1818)

Polonia-Lituania fue el mayor reino cristiano, protagonizando épicas batallas, como la de Grunwald en 1410, en la que es otra hazaña polaca, donde derrotaron a la Orden Teutónica, a orillas del lago Masuria, en la actual Tannenberg. El 15 de julio, en honor a las tropas encabezadas por Jogaila y que se alzaron con la victoria, es un festivo en Polonia, Lituania y Bielorrusia. 

En esta Polonia nació Nicolás Copérnico, el más reconocido de los heliocentristas, precursor de los pensamientos de Galileo Galilei... y dos siglos más tarde, Johannes Hevelius.

La unión personal de Polonia y Lituania se afianzó el día 1 de junio de 1569 en la ciudad polaca de Lublin, a fin de encontrar un sucesor para Segismundo II Augusto I Jagellón, quién no tuvo descendencia. Finalmente, se hizo efectiva una unión de dos siglos, creándose la Mancomunidad de las Dos Naciones, equívocamente una república, pues seguía siendo una monarquía, pero con una particularidad, que era una monarquía electiva, y en palabras de Jan Zamojski, "rex regnat et non gubernat". Pero no al estilo del Sacro Imperio Romano Germánico, atomizado por reinos, margraviatos, ducados y condados, sino una auténtica unión. A ese período se le conoce como rzecpospolita.

La Unión de Lublin estuvo a punto de no salir, por el temor de los nobles lituanos a poder sufrir pérdidas y a que Polonia fuese la centralizadora de todo esto. No obstante, y aún a pesar de las reticencias lituanas acabó saliendo por un gran consenso.

Se decidió que habría un parlamento común, el Sejm, con 114 diputados polacos y 48 lituanos, y un senado con 113 polacos y 27 lituanes, y que habría un único señor de Polonia y Gran Duque de Lituania. Aún a pesar de todo ello, poseían diferentes ejércitos. A destacar los famosos húsares alados, la infantería ligera de vistosos plumajes, que se destacaron en acciones como la de Viena en 1683 o en las dos batallas de Chocim en 1621 y 1673, donde derrotaron a los otomanos, sempiternos enemigos de la civilización europea.

Volviendo al "rex regnat et non gubernat" se produjo una auténtica separación de poderes que relegó al Jefe de Estado a ser un mero representante exterior. La Libertad Dorada - o Democracia de los Nobles - fue el punto álgido de esta grandísima manifestación en 1573, estructurado en elecciones libres para todos los nobles que quisieren participar, la convocatoria del Sejm cada dos años por el rey, tomar a los Artículos del Rey Enrique como la constitución - que además aseguraba transparencia a sus dirigentes -, derecho de insurrección de los nobles contra el Rey, derecho de un diputado a oponerse a la mayoría de la sesión del Sejm ("liberum veto") y también el derecho a configurar organizaciones o parlamentos paralelos.

Libertad Dorada. La República en el cénit de su poder. Cuadro de Jan Matejko (1838-1893)

Lo que hoy se ve como algo normal, en la Mancomunidad de las Dos Naciones ya se practicaba, resultando revolucionario. Influyó también para las guerras civiles inglesas que enfrentaron a los realistas de Carlos Estuardo y los parlamentarios de Devereux, Fairfax y Cromwell. Si bien es cierto, no era una democracia al uso, pues la nobleza - szlachta -, la única con derecho a voto y a ser votado, era únicamente un 10% de la población.

Aunque algunos lo hayan querido comparar a la Unión Europea actual, su unión atiende más al actual Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por no tratarse de una confederación, sino de una unión personal entre dos países diferenciados. Conceptos como confederación o federación provienen de esta época.

Juan III Sobieski, rey de la Mancomunidad de Polonia entre 1674 y 1696, y uno de los más reconocidos estrategas de su tiempo



Finalmente, en 1795, acabaría desapareciendo Polonia, fragmentada entre Prusia, el Sacro Imperio Romano Germánico y Rusia, con un tímido intento de renacimiento en 1807 bajo la égida de Napoleón con el Gran Ducado de Polonia. Lo que vendría después para Polonia sería un gran declive y la emigración forzosa de sus más eminentes hombres cuando Polonia pasó a ser el Zarato de Varsovia en 1815. 
Las tres particiones de Polonia, como consecuencia de la pérdida de importancia de esta nación tras perder la hegemonía del Báltico en detrimento de Suecia y Rusia (con la que estuvo aliada en la Gran Guerra del Norte) y con la Guerra de Sucesión Polaca que acabó con la firma del Tratado de Viena y el ascenso al poder de Augusto III de Polonia, comenzaron en 1772.
Eminentes artistas como el pianista Frédéric Chopin, profesor de piano y virtuoso con sus "Nocturnas", el escritor Niemcewicz y los poetas Adam Mickiewicz y Juliusz Slowacki, tuvieron que emigrar de Polonia, después del fracaso del Levantamiento de Noviembre entre 1830 y 1831 encabezado por Adam Jerzy Czartorysky, la única persona que fue gobernante de dos países: Rusia entre 1804 y 1806, y Polonia en el levantamiento anteriormente mencionado. 
Guillaume Apollinaire (1880-1918), poeta francés, famoso por sus caligramas, nació en Roma, hijo de madre polaca.
Como no hay mal que por bien no venga, entre los innumerables polacos que se vieron forzados a emigrar porque vagaron como nación sin estado, se encontraba el padre de mi tatarabuelo Apolinar Expósito Medina (abuelo de mi abuela materna Julia Medina Peralta). La madre de mi tatarabuelo fue una agricultora villargordeña, Eusebia Medina Guaita, y la pequeña casa en la que Apolinar nació sigue estando en pie en la viña de Sevilluela, de mi propiedad, en el término municipal de Villargordo del Cabriel. Mi honor y reconocimiento para el pueblo polaco, mi honor y reconocimiento por un pueblo que defendió Europa con su sangre, que precedió lo que hoy somos y que está incardinado en mi sangre más cercana. Si se condenan el éxodo judío y el éxodo gitano, ¿por qué no el polaco? Polonia, histórica nación a la que han robado territorio, a la que han humillado y la que han denigrado. Polonia siempre adelante. Similar a Lituania, quién también perteneció al Imperio Ruso, un imperio que de cara al exterior se mostraba europeo y dentro era paneslavista, y que en 1863, tras su Levantamiento, vio como se prohibió el alfabeto latino para sustituirlo por el cirílico. "Si Deus nobiscum, quis contra nos". 

Zyj, swobodo, Polsko, zyj!

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