viernes, 21 de junio de 2019

Breve reflexión antes de los dos años.

En nueve días se celebrará el segundo aniversario de "Cultura Hespéride". Recuerdo, como si fuese ayer, porque realmente, en estos dos años no hemos cambiado nada, cuando empecé con este proyecto. Yo ya poseía un proyecto que era "Lluvia de Cultura", que abrí en septiembre de 2.013, y como es obvio, no tenía la madurez suficiente en el lenguaje y solía perderme en vericuetos interminables. No obstante, ese proyecto fue marcando el camino que, de manera paulatina, habría de seguirse. Recuerdo una entrada de la que yo me siento bastante orgulloso como lo eran los contactos  intercontinentales con América, previos a la época de Cristóbal Colón, donde recogí datos acerca de supuestos emplazamientos budistas en la actual Guatemala - de ahí se especula que viene su origen etimológico por el Buda Gautama -, de príncipes hindúes que se asentaron entre mayas e incas llegando a influenciarles en la organización mediante castas, y hasta de un príncipe galés Madog ab Owain Gynedd, que se embarcó a finales del siglo XII hasta América, siendo tanto el asentamiento que formó en el continente como él mismo, aniquilados por los indígenas. Y, cuando el movimiento separatista catalán, era todavía un embrión del que ya veríamos que traería nefastas consecuencias, allá por 2.013, escribí un artículo llamado "Contra los simposios, historia". Gratamente recuerdo, que por aquellas fechas conocí al que fue mi profesor de Ciencias Sociales e Historia durante los años que irían de Segundo de la ESO a Segundo de Bachiller, D. Víctor Manuel Galán Tendero. A él le comenté el proyecto que estaba comenzando por aquel entonces y me apoyó siempre en todo lo que necesitase. Recuerdo que un examen que realicé en noviembre de 2.013 con él, y lo digo de memoria, esperando que no me falle, saque una calificación de diez, felicitándome él por haber sido yo su tercer diez en sus casi veinte años de profesión. Unos dieces que se fueron repitiendo a lo largo de aquel Segundo de la ESO hasta culminar con una nota final de diez en Ciencias Sociales aquel año. Como sé que D. Víctor es un asiduo lector de mi proyecto, mandarle mi más sincero y eterno agradecimiento, él junto a D. Andrés Castillo Juárez, mi profesor de Filosofía y tutor en Cuarto de la ESO; Dª María Dolores Arribas Pérez, mi profesora de Latín y Literatura Universal en el curso de Primero de Bachiller, y D. César Jordá Sánchez, profesor de Historia del Arte durante el curso de Segundo de Bachiller y un gran amante de la Historia y de su profesión, fueron los profesores que más me animaron a explotar mis capacidades y mi sentido de la autonomía.
Disolví "Lluvia de Cultura" en noviembre de 2.015, porque por aquel entonces, pasaba por una fase de mi vida - que ahora mismo se está repitiendo - en la que me replanteaba un montón de cosas y de pensamientos, siendo el verano de aquel mismo año, el que yo bauticé como el de mi "despertar intelectual", agilizándose en mí el vigor por aprender como lo era cuando era joven. La disolución de "Lluvia de Cultura" coincidió con mi participación en "Historiarum", el proyecto para jóvenes historiadores, que D. Víctor inició en 2.014 y donde hay una gran cantidad de contribuciones mías. Contribuciones que partían desde la honestidad y sin ánimo alguno de afán lucrativo o de reconocimiento, únicamente saliendo de esas ganas de aprender y enseñar, enseñar y aprender. Y durante los veranos de 2.015, 2.016 y 2.017, de los que salieron luego los mejores cursos y años de mi vida, fue cuando mi independencia, mi idiosincrasia, y en definitiva, lo más peculiar de mi identidad, se fue acrecentando. Nacía Javier Ramos Beltrán como concepto, con sus enemigos, pero con sus más fieles amigos.
Y, aunque el alumbramiento de "Cultura Hespéride" coincidió con ese renacer mío, que culminaría de una manera desgraciada e inesperada un año más tarde, hubo una fecha determinante: el 23 de junio de 2.017, que fue la que en cierto modo empezó a cimentar mi desgracia y mis continuas vueltas a la cabeza. Si yo de por sí, he sido siempre una persona irascible y meditabunda, eso no había sido inconveniente para mantener la compostura y el sentimiento de camaradería. Siempre me he destacado por ser una persona que sabía compensar la frialdad de una soledad auto-impuesta con un sentimentalismo que se demostraba no solo con lágrimas, sino con actos. Pero llegó entonces el subidón que precedió a la más estrepitosa de mis caídas, y de la que poco a poco voy recuperándome, pero sopesando el gran costo que ha supuesto en mi vida, en la de mis allegados y en las de mis buenos camaradas.
Yo, que en mi siempre altruista egoísmo, aunque esto sea un oximoron, había conseguido mi bien propio y el bien común, siempre tan buscado por compañeros para desfacerles entuertos y que confiaban en mí, por mi sinceridad y mi predisposición, me diluí como un terrón de azúcar por el perro amor. Yo, que tan insensible, y lo digo en el buen sentido de la palabra, había sido a ese cruel demonio que es el amor, oteé al ver a esa persona que estaba empezando a ser especial para mí, aunque ella jamás lo llegó a saber. Segundo de Bachiller fue un curso en el que no tuve problemas como en otros años, quizá porque mi identidad ya estaba cayendo en picado y para ellos un Javier Ramos siendo Javier Ramos era un peligro, alguien a quién envidiar y a quién había que ponerle palos en las ruedas. Porque un Javier Ramos entregado hasta el punto de ser moñas era más dócil y más manipulable, y yo, que tan desconfiado había sido con la gente, llegué a tal punto de misantropía, que me aparté por un equívoco amor. Y es que el curso 2.017/2.018, fue el del afianzamiento de Cultura Hespéride, puede que mi definitivo despegue, ejerciendo como una especie de profesor "improvisado" de repaso y llevando también mi palabra de patriota y divulgador cultural allá por donde fuese, pero, siempre hay gente que, desgraciadamente, todo lo emponzoña hasta un límite inimaginable. Si ya de por sí, tenía la fama siempre de arisco y retraído, y por supuesto, la injustificada fama de ser un facha - la gente dice facha pensando que es un acrónimo de fascista, sin saber que tiene un significado mucho más despectivo, referido a las malas pintas (un mal atrapazao que diríamos en mi tierra) que uno porta -, se fue a pique todo lo que conseguí. "Cultura Hespéride" un proyecto ilusionante y boyante fue tirado por tierra, únicamente porque su ideólogo y quién detentaba toda su administración era servidor, un tipo fascista y retrógrado, según la mentalidad de los acomplejados. En diciembre de 2.017, miembros del Movimiento Diocesano Juniors se alegraron de que yo dibujase caricaturas - mi gran especialidad ha sido siempre dibujar y pintar - y que consiguiese atraer gente al Festival de Cáritas, pero no les agradó tanto que yo pintase acerca de Cristóbal Colón y, con datos históricos, les contase que "los primeros en matar, fueron los indígenas a los colonos allí establecidos", porque ellos me acusaron de ser un facha y de que tener el himno de la Legión de tono de llamada era de ser un facha. También era ser facha tener la foto de Fernando Torres de fondo de chats en WhatsApp y que el tontilán que me lo vio espetó, con maledicencia, "a ti que eres un facha te gustará el fútbol, pero a mí me gusta más la cultura y demás". Lo obvié. Como hice todo aquel año. Obviarlo. Porque en la mirada cristalina y sincera encontraba siempre cobijo, igual que en las enternecedoras palabras y la, en ocasiones a ultranza, defensa de mi persona.
Hasta que todo se vino abajo, por culpa de una formación política como la APE que no me traería más que disgustos y quebraderos de cabeza, dando a mostrar al mundo una imagen que no soy.
Y esa misma persona fue la causante de mi perdición y por la que se me puso el sambenito de "tiracañas" y otras cosas menos elogiosas. Porque "Cultura Hespéride" recibió desde entonces pedradas, desprestigios y maledicencias, poco importaba la divulgación cultural aquí contenida, poco importaba el esfuerzo y la recopilación de datos, los supuestos defensores de la cultura, la intentaron tumbar abajo y menospreciar. ¿Quiénes lo hicieron? Niñatos y niñatas, pero especialmente, niñatas. Lo duro que va a sonar esto es que me acusaron injustamente de lo que yo no era, un "tiracañas", un "baboso" y demás, asegurando que yo daba pena y que no se qué. Empecé a bloquear contactos porque esos chismorreos ya me irritaban sobremanera y no podía soportarlos. Intentaba seguir mi camino y durante un año tuve que aguantar de todo, y esos improperios me distrajeron de mala manera. Y a "Cultura Hespéride" la han intentado enfangar.
No obstante, agradezco a los que estuvieron desde el principio, a los que se han sumado con entusiasmo, y a los que, con certeza, espero, se unan a este ilusionante proyecto, que parte de la iniciativa y el corazón novel de un chico que lleva la divulgación cultural, el saber y el deber del honor siempre por bandera.
Si me permiten mis más fieles lectores, acabaré con una frase de Don Baltasar Gracián Morales, "El Criticón": Triste cosa es no tener amigos. Pero más triste es no tener enemigos. Porque quién enemigos no tiene, señal de que no tiene talento a quién haga sombra, ni carácter que abulte, ni valor que le teman, ni bien que le codicien, ni honor que le murmuren, ni razón alguna que le envidien. 
Así pues, yo no rezaré por mis enemigos, ni tampoco por los traidores, sino por los descarriados, por los hijos pródigos que vuelven arrepentidos al hogar del Padre, y que de manera miserable, han pensado que su honor y su decencia pasan por insultarme y ponerme siempre al pie del cañón. Pero no importa, Javier Ramos Beltrán es sinónimo de victoria, es sinónimo de impetuosidad, de no rendirse ante la adversidad, de remar aún cuando la tormenta arrecie y viene más virulenta.
Queridos lectores, os quiero a todos.
Javier Ramos Beltrán
San Juan de Requena, 21 de junio de 2.018

jueves, 13 de junio de 2019

Exégesis del "lusitano" San Antonio de Padua/Lisboa

En mi opinión, el más grande santo de toda la cristiandad, pero históricamente, veremos como se juzga. 
San Antonio de Padua, nace en Lisboa en 1195 y es bautizado con el nombre de Fernando Martim de Bulhoes e Taveira Azevedo (o comúnmente conocido como Fernando Martín). No tenemos apenas constancia de quiénes pudieron ser sus padres, pero visto lo visto, serían de clase pudiente, pues quisieron que Fernando comenzase una carrera jurídica. Una incógnita son, también, tanto su fecha de nacimiento como el lugar de Lisboa donde nació, aunque parece ser que nació cerca de la Catedral, donde recibió el sacramento del bautizo. Desde 1201 hasta 1210, Fernando estuvo ingresado en la Escuela Catedralicia, aunque contraviniendo los deseos de su padre de que ejerciese una carrera jurídica, ingresó en la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín, en el Monasterio de San Vicente de Fora, en Lisboa. Dos años más tarde de su ingreso, Fernando se trasladó al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, donde se dedicó enteramente a la plegaria y al estudio. Pudo haber pasado como un monje más, aunque todo cambió de manera determinante en 1220, cuando el Rey Don Pedro de Portugal, retornó victorioso de Marruecos, trajo consigo las reliquias de los santos fraile-franciscanos en aquellas famosas expediciones en donde participó San Francisco de Asís, que a punto estuvo de ser ejecutado en la hoguera. Fernando, al ver estas reliquias y como habían sido conseguidas, tras el sufrimiento de los testimonios de Cristo que daban los monjes, decidió entregar por entero su vida a Dios, ingresando con posterioridad en los Frailes Menores, en el conocido como eremitorio de San Antón de Olivares, con el nombre de Fray Antonio. Hace la profesión religiosa y en diciembre de este mismo año se traslada a Marruecos. Un año más tarde, sufrió una grave enfermedad por la que tuvo que regresar a Europa, aunque las inclemencias del temporal provocaron que la nave en la que viajaba, fuese arrastrada, y esta paró en Sicilia. Ese mismo año, durante las fiestas de Pentecostés que caían entre mayo y junio, asistió al capítulo general de su Orden, en Asís, coincidiendo con San Francisco de Asís, y posteriormente retirándose al eremitorio de Monte Paolo, situado en la región de Emilia-Romaña.
En octubre de 1222, San Antonio de Padua comienza su misión de predicador itinerante por Romaña. Hemos de destacar esa dedicación por la predicación moral y penitencial, sumada con esa acción pacificadora, su enseñanza de la Sagrada Escritura a sus hermanos frailes y su enfrentamiento con los herejes, por los que recibió la denominación de "Martillo de los Herejes" coincidiendo en el tiempo con el famoso Movimiento Albigense. 
Un año más tarde, San Antonio de Padua continúa con la predicación y ese mismo año es nombrado Maestro en Teología por San Francisco, enseñando esta materia por recomendación de su mentor a sus frailes en Bolonia.
Desde otoño de 1224 a finales de 1227, vemos como se acrecienta la fama de "Martillo de Herejes" en San Antonio de Padua, que se dedicó al apostolado en el sur de Francia. Como maestro de Teología en París, fue enviado por el Papa Honorio III para enseñar la doctrina católica, encontrándose en esa particular "evangelización"  a los cistercienses, hijos de Santo Domingo y los de San Francisco. En este periplo en Francia, fue nombrado "custodio" de los frailes en la región de Limoges.
Ya en 1227, acabada su travesía evangelizadora en Francia, regresa a Italia, acudiendo a finales de mayo en Asís al capítulo general, siéndole encomendado la misión de ser ministro provincial a la Emilia-Romaña. En 1228, San Antonio de Padua predicó en presencia del Papa Gregorio IX, en San Juan de Letrán, y éste le pidió que escribiese los "Sermones dominicales", sobre los que profundizaremos a continuación.
En 1230, San Antonio de Padua asiste en Roma al capítulo general, siendo enviado por el Papa Gregorio IX, para arbitrar en la interpretación de la regla de los franciscanos. Ese mismo año, escribe los famosos "Sermones de las solemnidades".
Ya, en 1231, su vida se apaga, aunque en ese último año de su vida, nos encontramos que predica durante toda la Cuaresma en Padua y un mes más tarde en mayo, se traslada al eremitorio de Camposampiero. Finalmente, fallece el día 13 de junio, en el convento de La Arcella.
Los sermones de San Antonio de Padua destacan siempre por su afán de dedicación y consagración a Dios, una exaltación bucólica de la naturaleza tomada de su mentor San Francisco de Asís y un especial apelativo a la juventud que iba a ser evangelizada.
Y los milagros destacan una vez más esa superación que presentó siempre ante todas las adversidades. Destaca el hecho de que hiciese hablar a un recién nacido que había sido repudiado por su padre al considerarlo fruto de una infidelidad para que confirmase que su padre biológico era él mismo o el origen del Pan de los Pobres, con el famoso milagro de Tomasito, dando paso a la oración más conocida a San Antonio - más que la de los traicioneros y farfulleros noviazgos - y es que, si su hijo volvía a la vida, dará a los pobres tanto pan cuanto pese el bebé, aplicándose también a los padres que quieren un hijo sano. Destacar que cuando mi bisabuela Dª Esperanza Hernández García, estaba embarazada de mi abuelo D. Ramón Ramos Hernández - quién sería su último hijo antes de que esta falleciese pocos meses después -, ella ya tenía la afección cardíaca que desgraciadamente la llevaría a la tumba, ella prometió a San Antonio de Padua ofrecerle tanto pan como pesase mi abuelo a los pobres. Finalmente, mi abuelo consiguió nacer sano, se hicieron unos cuantos donativos de pan y, desgraciadamente, mi bisabuela falleció. Creo que a esta oración le debo la vida.
Y entre la regeneración del pie cortado a un hijo que había pegado a su madre o la conversión de Ezzelino, donde este dirigente en lugar de mandar que atizasen con violencia a San Antonio de Padua por haberse rebelado contra él, pidió que lo tratasen con la máxima clemencia y benevolencia posibles, viendo aquí un símil con el Pilatos que nunca quiso ejecutar a Cristo, nos encontramos con su milagro más famoso, la predicación a los peces, heredera de la famosa predicación a los pajaritos en la ciudad de Rímini, controlada por los herejes que le cerraron las murallas de la ciudad. San Antonio decidió predicarles a los peces (a los "ichtus", solo los entendidos en Teología sabrán), que hicieron más caso de las prédicas que los ciudadanos que fueron exhortados por el dirigente herético de Rímini a hacer caso omiso del santo. La Iglesia de San Antonio de Padua, en la aldea homónima - esperemos que más pronto que tarde, capital municipal - , presenta en su fachada esta escena.
Se me ha hecho tarde, casi son ya las vísperas del día 14 de junio, pero yo como sanjuanero-calderonero, querría pedirles a mis paisanos sanantoneros entre los que tengo primos, amigos y conocidos unas felices fiestas de San Antonio. Y que con este santo nada es imposible.
Fuentes para la realización del proyecto:
Cortesía de El Pan de los Pobres, página consagrada y dedicada a difundir la vida, obra y milagros de San Antonio de Padua.
¡Viva España! ¡Viva San Antonio de Padua!
Javier Ramos Beltrán
Valencia, 13 de junio de 2019

En homenaje de mi querida abuela Luz

Tal día como hoy, hace 91 años, nació mi querida abuela, Dª María Luz García Arenas, fallecida hace ocho meses, el día 1 de abril de 2022. H...