martes, 26 de diciembre de 2017

Natalicio del Sol Invicto, precusor de la Navidad

Feliz Navidad, seguidores de Cultura Hespéride, la entrada de hoy querría dedicarla a la Navidad, fiesta importante de nuestra cultura occidental, pero que sin embargo entre las primigenias fiestas del cristianismo no se encontraba, no teniendo su registro hasta inicios del siglo III d.C.
La Navidad conmemora un natalicio, pero no solo el de Jesús, sino el de cualquier deidad en el solsticio de invierno. Esta efeméride es consecuencia de que a partir de ese día, los días son más largos y por tanto, seria una especie de "Año Nuevo". Los romanos, los germánicos e incluso los aztecas e incas celebraban en este día el nacimiento de sus principales deidades. La Navidad cristiana bebe de las costumbres europeas ya establecidas con anterioridad, especialmente del Natalicio del Sol Invicto hecha en honor a Apolo, Dios del sol romano. Esta festividad se celebraba después de las Saturnales (sería como hoy día el Adviento), que duraban del 17 al 23 de diciembre, conmemorando el final de la cosecha y muchas veces, el triunfo de un general. Durante las Saturnalias, que comenzaban con un sacrificio frente al templo de Saturno, dios de la agricultura, se celebraban banquetes multitudinarios, con intercambios de regalos y liberación de esclavos, incluso había un alto al fuego si se producía un conflicto (similar a lo ocurrido en 1914, cuando en Navidad se produjo un paréntesis durante la Primera Guerra Mundial) y las casas eran decoradas con velas. Esta festividad fue establecida en el 217 aC, después de una estrepitosa derrota contra los cartagineses en el lago Trasimeno, y era sin duda una de las más populares para los romanos, tanto que si un día les era quitado, se montaba una buena.
Sin la figura de un Papá Noel o de unos reyes magos, que en realidad, ni eran reyes, ni magos, ya que la Biblia habla de unos "sabios" y su procedencia no era de Oriente Medio, sino que algunos han llegado a especular con un posible origen tarteso, que según los griegos antiguos, fueron los primeros pobladores de Europa situados en la parte occidental de Andalucia (actual provincia de Huelva en mayor grado), los principales dioses a conmemorar eran Saturno, a quién consagabran la cosecha, y Apolo, en quién se encomendaban porque después de él, los días duraban más, y por supuesto, las ceremonias estaban oficiadas por un sacerdote que era escogido los días previos.
Evidentemente, todo ello ha influenciado a la Navidad cristiana, ¿pero nació Jesucristo en diciembre y en el año que se dice?
Ahora mismo, si atendieramos a las escrituras, viviríamos en el 2023 dC, ya que la fecha oficial de nacimiento de Jesucristo es el 6 aC (0, si contáramos a partir de entonces) y todo aquello se debió a un lío de Dionisio el Exiguo, quien en el 532, y atendiendo al imperfecto calendario juliano, cometió este error de bulto. ¿Por qué? Hasta entonces la numeración de los años se seguía desde la fundación de Roma (es decir, desde el 753 aC), y el Papa Hormisdas exigió a este matemático que se empezara a contar desde el nacimiento de Jesucristo, con lo que empezamos desde el 1 aC (ya que todavía no había llegado el número 0 a Europa, un número ideado por matemáticos hindúes).
Todo esto es debido a su datación del reinado de Herodes I el Grande, bailando las cifras en este período de tiempo, ya aceptado por los historiadores.
Añado también, que nos encontramos con unas cuántas incoherencias en como es narrado el nacimiento de Jesús. Coincidiendo con el empadronamiento, que en todas los territorios romanos se hacía, en Belén se hubiera habilitado un hostal para acoger allí al nuevo padrón, y que como María estaba encinta, es posible que en un portal con su correspondiente portero se hubiera tenido al niño. Pastores sin abrigos y yendo al raso por la noche, y la visión de estrellas fugaces, es algo imposible de suceder en invierno (esto último es casi inapreciable durante el estío), pero sí en fechas más cálidas como las de mayo-junio, y si atendemos a las estrellas, en pleno agosto.
Así pues, vemos como la Navidad, nacimiento del Mesías redentor, es una fiesta popular en antiguas tradiciones europeas como la románica y la germánica para conmemorar nacimientos de sus dioses principales. En la germánica, por cierto, se conmemoraba durante el actual día de San Esteban (publicación que ya saldrá este día, disculpad por la tardanza) y la conmemoraban con árboles (los famosos tannenbaum, abetos), que inspirarían la costumbre del árbol de Navidad.
Esta festividad, por cierto, no aparecía en los primeros calendarios de fiestas cristianas, no siendo introducido hasta el siglo IV dC, y de hecho, los primeros cristianos no celebraban la Navidad (de hecho, la Hanukkah judía no es Navidad, ya que como bien sabemos, ellos no conmemoran el nacimiento de ningún mesías, más si la victoria de los macabeos contra los romanos en el siglo II aC). 
Perdonen el retraso, dicho una vez más, y Feliz Día de San Esteban, el protomártir. Agradecimientos a don Oscar Diaz Ruiz, párroco de Nuestra Señora de Terramelar de Paterna, y San Vicente Ferrer de Paterna-Valterna, por haberme ayudado en algunos aspectos.
¡Feliz Navidad, queridos lectores! ¡Felicidades también a todos los Estebanes (especialmente a mi cuadriabuelo -padre de mi tatarabuelo- Esteban Ramos Gabaldón y su padre, también llamado Esteban). 
Disfrutad de estas fiestas con la familia... 😘

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En homenaje de mi querida abuela Luz

Tal día como hoy, hace 91 años, nació mi querida abuela, Dª María Luz García Arenas, fallecida hace ocho meses, el día 1 de abril de 2022. H...